Su celular comenzó a sonar. Lo tomó y miró la pantalla. Era Alya.
-Alya.- dijo algo agitado al contestar. Había ido a la cafetería en busca de Marinette, y le habían dicho que había salido apurada y sin decir a donde. Ahora estaba camino a casa.
-Adrien.- escuchó la voz llorosa de su amiga. Y en ese instante él lo supo.
-¿Dónde está Marinette?- le preguntó mientras sentía como un nudo se formaba en su garganta.
-Sabine murió, Adrien.- sollozó la morena. El rubio cerró los ojos al escuchar esa noticia, que ya sentía en su corazón.
-¿Dónde están?- volvió a preguntar, necesitaba saber de Marinette.
-Yo estoy yendo hacia el hospital con Nino, están en el hospital Munich.- dijo ella.
-Voy para allá enseguida.- dijo y cortó. Sintió una impotencia muy grande, unas ganas tremendas de romper todo lo que estaba a su alrededor.
Se sintió miserable por no haber estado con ella en todos estos meses. Se sintió un imbécil al dejar que los celos y las tontas palabras de Chloe lo alejaran de ella. Se sintió un estúpido al no haber creído y confiado en las palabras de Marinette. Se sintió impotente al no haber reaccionado a tiempo, cuando Alya le contó todo.
Tomó un taxi y pidió casi desesperado que lo llevará rápidamente al hospital que Alya le había indicado. Cuando llegaron le pagó y se bajó rápidamente. Entró y comenzó a correr desesperado por el largo pasillo. Lo único que quería era encontrarla y abrazarla. La gente se abría paso a su camino, ya que su velocidad era rápidamente y parecía que iba a llevarse puesto a alguien. Dobló hacia su derecha y detuvo su paso al verla allí parada. Ella no parecía estar allí. Sus ojos estaban fijos en la nada, su rostro empapado en lágrimas, estaba pálida y temblaba. Adrien sintió un dolor en su pecho, era el dolor que le causaba al verla así.
¿Por qué le tenía que pasar todo esto a ella? ¿Acaso no era suficiente todo lo que ya había sufrido?
Marinette levantó la mirada y lo miró allí. Su corazón sintió achicarse un poco más de lo que ya estaba. A pesar de todo, ella sabía cuanto lo necesitaba en ese momento. Sin seguir pensando de acercó a él corriendo. Adrien la abrazó con fuerza cuando chocó con su cuerpo, dejando que la azabache rompiera en llanto.
-Estoy aquí, no voy a dejarte.- le dijo él reteniendo unas lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos. Le dolía tanto verla así. Ella sollozó dolorosamente agarrándose más al pecho del rubio. Adrien acarició su espalda y la apretó con fuerza. Era mejor que se desahogara con alguien abrazándola, y él no iba a soltarla por nada en el mundo.
Pasaron varios minutos hasta que Marinette logró calmarse un poco. Con cuidado Adrien se alejó un poco para mirarla a los ojos. De sus ojos aún salían lágrimas, lágrimas silenciosas, llenas de dolor. Él levantó una de sus manos y las secó suavemente.
-¿Qué haces aquí?- le preguntó ella. Lo menos que esperaba en ese momento era verlo allí, pero le agradaba tanto verlo, lo necesitaba más de lo que ella quería admitir.
-Soy un imbécil, soy una mierda. Yo no sé que pasó conmigo, Marinette, este que ves aquí no soy yo. Yo soy el chico que conociste hace unos meses, ese si soy yo...
-Adrien...
-Lo siento tanto, Marinette.- dijo mientras su voz se iba quebrando al final de la oración. Ella miró atontada como las lágrimas resbalaban por las mejillas del rubio. Entonces sintió un impulso posesivo que recorrió todo su cuerpo. Se acercó rápidamente a él y tomó sus labios, mientras soltaba un nuevo sollozo.
El rubio cerró los ojos y la tomó de la cintura abrazándola. Dejó que las lágrimas siguieran cayendo de sus verdes ojos, mientras sentía los labios y las lágrimas de ella también. Su sabor era una mezcla dulce de ella y las saladas lágrimas que derramaba. Marinette no dejaba de llorar, y al sentir las lágrimas de Adrien sobre su rostro, su llanto aumentó. No sabía porque estaba haciendo esto. Lo único que sabía era que lo necesitaba. Lo necesitaba mucho.
Sintió un pequeño alivio ante todo ese reciente dolor que se había apoderado de ella. Sus labios se movían despacio sobre los de ella, y sintió una agradable sensación de protección. Él la rodeó más con sus brazos, como si eso fuera suficiente para alejarla del dolor.
-Perdóname, por favor, perdóname.- susurró él alejándose apenas de su boca y volvió a tomarla para otro beso.
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Hola!!! Al fin, Adrien, al fin!
Estrellita y comenten. Les mando un beso ( ˘ ³˘)♥
-Mariana
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El primer amor siempre duele -MLB AU-
FanfictionMuchas veces, el amor es tan silencio que ni te das cuenta que está allí, sin importar que no lo quieras aceptar, es muy difícil alejarte de él. Los problemas y frustraciones siempre están enterradas en la vida, y Marinette lo sabe más que nadie. El...