Capítulo 31

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Dos semanas pasaron para todos. Nino se incorporó al sistema educativo y sorprendió a más de uno con su regreso. Las chicas del instituto estaban fascinadas con él. Tenía una sonrisa compradora y un gran sentido del humor. Pero al parecer solo estaba dispuesto a sus dos únicas amigas.

-Oye, ¿hacemos algo está noche?.- le preguntó Nino a Marinette.

-No lo sé, Niño.- dijo algo desanimada. Él detuvo su paso y la tomó del brazo con cuidado para que ella también lo hiciera. Marinette se giró a verlo.

-Te conosco, ¿qué pasa?.- le dijo.

Ella lo miró fijo a los ojos y sin saber porqué sus ojos se llenaron de lágrimas. Se acercó a él y lo abrazó con fuerza. Estaban parados en medio de uno de los pasillos del instituto. Era viernes y las clases ya habían terminado. Nino la acurrucó dulcemente cerca de él, dejando que ella llorara tranquila. Tenía una pequeña idea del motivo de su llanto. Luego de unos cuantos minutos, Marinette se alejó de él.

-Lo siento.- se disculpó. Nino tomó su rostro con ambas manos e hizo que lo mirara.

-No tienes porqué sentirlo. Sabes que me importas y mucho, necesito saber qué te pasa.

-Estoy preocupada.- contestó ella.

-¿Por Sabine?.- dijo él.

-Sí.- susurró ella por lo bajo. Nino la volvió a abrazar. El timbre sonó y todo el mundo comenzó a salir, pero a pesar de eso Nino no soltó a Marinette y ella tampoco hizo nada para que la soltara.

En esas semanas Marinette había notado un terrible cambio en Adrien, no sólo en su forma de ser, sino en la forma en la que la miraba. Parecía estar enojado. Ahora se la pasaba rodeado de gente y haciendo planes para salir los fines de semana.

Ambos escucharon como alguien aplaudía. Se giraron a verlo. Marinette secó sus lágrimas y se alejó de Nino. Era Adrien, y detrás de él todo su nuevo grupito de idiotas.

-¡Bravo!.- dijo el rubio sin dejar de aplaudir. Giró para mirar a sus "amigos"-. Vamos muchachos, aplaudan conmigo.- todos comenzaron a hacerlo. Marinette frunció el ceño y Nino miró sin entender.

-¿Se puede saber a qué están aplaudiendo?.- preguntó Nino.

-Tú ganas, Nino.- le habló Adrien-. ¿O debo decir tu pérdida?

-Vámonos, Nino, últimamente está hecho un idiota.- le dijo Marinette y lo tomó del brazo para hacerlo caminar, pero Nino se soltó suavemente de ella.

-¿Mi pérdida? ¿De qué estás hablando?.- dijo Nino, ya un poco molesto de la actitud del rubio.

-¿Cuánto le has pagado ya?.- preguntó Adrien. Marinette lo miró sin poder creerlo. Ella giró para darle la espalda y que no viera sus lágrimas. No podía creer que ese que estaba allí, era Adrien. El chico más dulce y bueno que ella conoció en su vida.

-¡Eres un maldito bastardo!- le rugió Nino y se tiró sobre él para comenzar a pelear. Al instante Marinette los miró y se acercó a ellos para intentar separarlos. Miró a los supuestos amigos del rubio.

-¡¿Qué hacen ahí parados, imbéciles?! ¡Ayúdenme a separarlos!.- les dijo nerviosa. Pronto recibió la ayuda que estaba buscando. Lograron separar a Adrien de Nino y Marinette sostuvo a su amigo de la cintura para que no volviera a lanzarse sobre él.

-¡Eres un infeliz! ¡No tienes idea de las cosas que dices!- le gritó Nino tratando de acercarse de nuevo a él.

-¡Ya, ya Nino!.- le dijo Marinette elevando un poco la voz-. No vale la pena que des explicaciones.- miró con dolor a Adrien-. Me parece que ya le lavaron el cerebro.- comenzó a caminar con su amigo para alejarse de ellos.

-¡Eso es! ¡Vete a disfrutarla, Nino! ¡Esa clase de mujeres son de tu tipo!.- gritó él. Nino intentó soltarse de nuevo de Marinette e ir a tirarse sobre él para romperle toda la cara. Pero Marinette tensó más sus brazos alrededor de él impidiendo la salida. Llegaron a fuera y se acercaron al auto de la azabache. Marinette hizo que Nino se apoyará sobre el mismo, y que se calmara un poco.

-Mira lo que te hizo.- susurró ella mientras sus ojos se humedecían. Levantó su mano y la apoyó levemente contra la mejilla que estaba roja. Un poco de sangre salía de su nariz.

-Es un infeliz, debiste dejar que lo matara.- le reprochó él.

-No, no. Esa no es la solución.- dijo ella y se acercó al interior de su auto para buscar el pequeño botiquín de primeros auxilios que siempre tenía.

-¡¿Y cuál era la solución?! ¡¿Dejar que te siguiera faltando el respeto?!.- dijo él nervioso mientras veía como ella sacaba un poco de algodón para ponerlo en su nariz.

-A mi no me duelen sus palabras.- mintió descaradamente, mientras bajaba la mirada. Sintió como una de las manos de Niño levantaba su mentón.

-Te conozco tanto, que sé que eso que me estás diciendo es una mentira. A ti sí te duele todo lo que ese imbécil te dice.- le dijo él. Ella colocó el algodón en su nariz y luego sonrió lo mejor que pudo.

-Vamos , peligrito, te llevo a casa.- le dijo. Nino asintió y se subieron al auto.

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Ella bajó de su auto y buscó las llaves para entrar. Ya había dejado a Nino en su casa. Él le había dicho que a la noche pasaría por ella para ir al cine. Él era tan terco, no aceptaba un no como respuesta.

Alya se había estado ausentando casi toda la semana al colegio. Marinette habló con ella pero su morena amiga le aseguró que no era nada grave. Abrió la puerta y entró. Escuchó como alguien vomitaba en uno de los baños. Rápidamente se paralizó y corrió con prisa hacia allí.

Abrió la puerta y encontró a su madre devolviendo sobre el retrete. Se acercó a ella y le ayudó sosteniéndole el cabello. Sus ojos se llenaron de lágrimas, mientras veía a su madre en ese estado. Sabía que era provocado por el cáncer que tenía. Y últimamente había estado siendo más seguido de lo común. Sabine se incorporó y miró bien a su hija.

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Hola!!! Esta vez Adrien sí se pasó con madres, ke pazo amigitoh? ;-;

Ahora que estoy de vacaciones no se que hacer en mi casa U-U

Estrellita y comenten. Les mando un beso ( ˘ ³˘)❤

-Mariana

El primer amor siempre duele -MLB AU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora