Capítulo 11

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Alya hablaba y hablaba pero ninguno de los dos le estaba prestando atención. Marinette concentrada colocaba la tintura en la cabellera de su amiga. Alya había decidido cambiar de look. Dejar de lado tener las puntas rojizas, para pasar al rubio. Mientras que Adrien no dejaba de mirar a la azabache. Ella podía sentir su mirada fija sobre ella. Levantó la cabeza para enfrentar los ojos. Adrien sonrió levemente, y se quitó los anteojos para tomar una galletita de limón. Le hizo un gesto y ella rió por lo bajo.

-Madinette, ¿me estás escuchando?.- le preguntó Alya.

-¡Eh!.- dijo reaccionando-. Sí, sí.

-Mentida, no me estabas escuchando.- le reprochó la futura rubia.

-Lo siento, estoy concentrada en tu cabello.- se disculpó ella.

-Bueno, no impodta.- dijo ella y siguió hablando.

Adrien miró de nuevo a la azabache y a su mente vino su boca. Él había mirado muy detenidamente esa parte de ella, y el impulso que sintió por besarla, lo perturbó. Se puso de pie y tomó si bolso.

-Bueno, chicas, yo ya me voy.- dijo. Ambas se giraron a verlo.

-¿Pod qué?.- preguntó Alya.

-Tengo tarea que hacer y todas esas cosas.- le dijo divertido.

-Está bien.- le dijo la ya no rojiza-.  Madinette, ¿puedes acompañad a Adian hasta la puedta?

-Sí, claro.- dijo la azabache. Adrien se despidió de su resfriada amiga y ambos salieron de la cocina. Marinette abrió la puerta y le dio el paso. Él se giró a verla.

-Quiero hacerme un tatuaje.- le dijo. Ella lo miró bien.

-¿Qué?.- preguntó sin poder creerlo.

-Sí, que quiero un tatuaje en mi espalda.- dijo él. Marinette rió divertida.

-Creo que a tu madre no le va agradar la idea.- dijo ella.

-Ella no se enterará.- dijo. Marinette arqueó una ceja ¿Qué estaba pasando con el calmado y respetuoso Adrien? Lo miró bien.

-¿Quieres ser rebelde?.- le dijo. Adrien rió por lo bajo.

-No, sólo quiero cambiar un poco.- dijo y miró a su alrededor-. Esta noche iré a verte en tu casa.

-¿Qué?

-Sí, tenemos hablar sobre el trabajo para Marin y quiero hablar contigo sobre otra cosa.- la azabache sintió un pequeño cosquilleo en su estómago.

-Está bien, te espero.- le dijo ella.

Adrien se acercó y besó dulcemente su mejilla provocando escalofríos por todo su cuerpo. Se fue dejándola totalmente desconcertada ¿De qué querrá hablar, además de lo de Marin? Eso la estaba intrigando.

Volvió a su casa después de estar toda la tarde con su amiga. Después de cambiarle completamente el look y dejarla como la nueva Alya. Entró y detuvo su paso ante el reconocido aroma. Comida. Pero no cualquier comida. Comida de mamá. Dejando así nomas las cosas en la sala, entró apresurada a la cocina. Sabine se dio vuelta a verla. Marinette se acercó rápidamente a ella y la abrazó. Hacia aproximadamente una semana que no la veía.

-Hola, mi cielo, mi vida, ¿cómo estás?.- le preguntó amorosamente, mientras la abrazaba contra su pecho y le besaba la cabeza.

-Bien, mamí, ¿y tú?.- dijo sin soltarla.

-Aquí como ves, excelente.- le dijo y la soltó.

Marinette se alejó y se acercó a la hoya en donde mamá hacía la cena. Sonrió al ver como preparaba su comida favorita, y su corazón se llenó de amargura al pensar en las noches que no la tenía en casa.

-Mamá, le conseguí trabajo a Marin.- Sabine dejó de cocinar para girar a verla, sus ojos estaban bien abiertos y parecía que estaba más sorprendida de lo que esperaba.

-Juro que me hubiera impactado menos que me dijeras que estabas embarazada o algo así, mi vida. ¿Cómo que le conseguiste trabajo a tu hermano?.- le preguntó. Marinette sonrió levemente y se sentó a la mesa. Acomodando su garganta miró a su madre.

-En realidad no fui yo, fue un amigo.

-¿Un amigo?

-Sí, su nombre es Adrien y es nuestro nuevo vecino. También va a mi colegio y a mi curso. ¿No te había contado de él la semana pasada?

-No que yo recuerde.

-Bueno. Entablamos una linda amistad con él, Alya y yo. Y hoy me dijo que le consiguió empleo al vagabundo.

Ambas escucharon el sonido de las llaves. Ese de seguro era él, y ambas deseaban con todo su ser que no viniera con Andrea. Esta noche querían dormir bien.

-¡Hola, familia!.- saludó alegre y entró a la cocina. Se acercó a su madre-.  Hola, Sabine.- la saludó y besó su mejilla.

Siempre la había llamado por su nombre. Desde chico. Y ella nunca supo porqué. Lo hablaron, varias veces. No hay ningún problema entre ellos, pero él prefiere decirle así.

-Hola, hijo, ¿cómo estás?.- le preguntó.

-Cansado.- le contestó.

-¿De qué?.- le preguntó Marinette mirándolo bien.

-¡Ay! Hola, enanita de jardín. No te había visto.- le dijo y le besó la cabeza.

-¡Alejate apestoso!.- le dijo ella quitando su cabeza.

-¿Lo ves Sabine? Ella es la que no quiere mi amor.

-Ya, ya.- dijo ella divertida-. Tu hermana tiene una noticia que darte.- Marin dirigió su vista a su hermana. Marinette se puso de pie y le sonrió orgullosamante. Él la miro extrañado.

-Te conseguí un trabajo, apestoso.- le dijo.

-¿Qué?.- dijo sin poder creerlo.

-¡Sí, ahora no estarás cansado por nada!.- dijo alegre y aplaudiendo varias veces.

-¿Trabajo de qué o qué?.- preguntó preocupado.

-Tranquilo, apestoso, aún no sé bien de qué. Pero de que ya no seras un vagabundo de profesión, sí estoy segura.

Los tres se sentaron en la mesa y compartieron una divertida cena. Ambas reían por lo preocupado que estaba Marin por comenzar de trabajar algo. Y Marin reía, de que ellas reían. Hace mucho que no la pasaban bien los tres juntos.

Terminaron la cena y limpiaron todo. Los tres estaban cansados. Aunque Marinette se preguntaba ¿De qué demonios estaba cansado Marin? ¿De tener sexo con su novia? Se despidió con un tierno abrazo de su madre y se dirigió a su habitación. Se colocó el pijama y se cepilló los dientes, antes de meterse en su cama.

A su cabeza vino Adrien. Que raro que no haya venido como le dijo, tal vez tuvo algún problema y se le olvidó. Se acomodó en su cama y cerró los ojos. Un ruido hizo que abriera los ojos de golpe y se sentara en la cama. Alguien tocaba la puerta de su balcón. Se puso de pie y tomó lo primero que encontró en su camino. Un paraguas. Lentamente se acercó a la puerta y comenzó a abrirla. Cuando lo hizo golpeó con fuerza la persona que estaba allí. Éste cayó al suelo. Rápidamente prendió la luz para encontrarse con él.

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Hola!!!

Aquí el nuevo capi.

No mames Marinette jajajaja. Me da mucha cosa Sabine, es tan tierna ;-;

Pongan su estrellita y comenten!!!
Les mando un beso ( ˘ ³˘)❤

-Mariana

El primer amor siempre duele -MLB AU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora