Ambos miraron a su alrededor. Todo el mundo estaba en pareja, bailando. Bastante melosos se veían. Ya habían pasado unas 3 horas desde que llegaron. Habían comido y bailado un poco. Pero se sentaron en una de las mesas. Estaban esperando el momento para irse y hacer eso que todo el mundo tenía pensado hacer. Casi siempre hacían lo mismo después de la fiesta de graduación. Se volvieron a mirar entre ellos.
-¿Qué te parece si mejor nos vamos?.- le preguntó él a ella.
-Me parece perfecto.- dijo y ambos se pusieron de pie. Marinette buscó con la mirada a Alya. La morena bailaba dulcemente con Nino. Sonrió levemente.
-¿Qué sucede?- dijo Adrien.
-Creo que Alya ya no nos necesita.- dijo divertida. El rubio dirigió su mirada a dónde estaba Alya. Sonrió divertido. Salieron de la casa del salón en donde estaban y comenzaron a caminar hacia el auto de Marinette.
-¿Qué te parece si manejo yo?.- le dijo el rubio. Ella lo miró bien.
-¿Estás seguro?.- preguntó.
-Ahora si lo estoy. Además tuve una muy buena profesora. Claro que estoy seguro.- dijo. Ambos se subieron. Adrien tomó el volante con firmeza y prendió el auto. Ella lo miró fijo y sonrió levemente. Arrancó. Con mucho cuidado comenzó a andar por la calle.
-Creo que valió la pena haberte enseñado.
-Ya lo creo.- dijo él.
Marinette miró hacia la ventana. A su mente vino la charla que había tenido con su mejor amiga ese día por la mañana. ¿Qué debía hacer? ¿Preguntarle?
-Marinette, ya es hora de que lo hagas.- le dijo.
-Pero, Alya, eso no se hace con cualquiera.- dijo ella.
-Lo sé. Y no te estoy diciendo de que lo hagas con cualquiera. Puedes pedirle a alguien que conoces que te haga el favor. Amiga, eso del hombre ideal para la primera vez no existe.
-¿Tú crees?
-Marinette, yo lo hice con Kim. Me arrepiento sí, y lo sabes. Pero si no lo hacía con él, lo iba a terminar haciendo con cualquier otro idiota. Aunque tal vez tuve que haber esperado a Nino...- susurró-. Pero eso ya no importa, ¿entiendes?
-Tengo miedo.
-Miedo siempre tienes. Todas tenemos miedo. Y no te digo que lo hagas con el primero que se te cruce. Eso tampoco es la solución. Sólo fíjate quien necesita también el favor y se hacen el favor mutuamente.
-¿Y quién puede necesitar el favor?.- preguntó divertida. La morena arqueó una ceja. Marinette la miró bien, para luego negar levemente con la cabeza.
-Adrien.- dijo Alya.
-¿Adrien?- dijo tratando de sonar sorprendida. Pero era eso lo que se imaginaba.
-Claro. Tú y yo sabemos perfectamente que Adrien aún se virgen. No lo hizo con la imbécil de Chloe ¿Por qué no con él? Es un buen chico.
-Pero... pero...
-Tú solo háblalo con él, estoy segura que le parecerá una muy buena idea.
Sacudió su cabeza y volvió al auto en donde estaba sentada. Lo miró de reojo. ¿Debería de hablarlo? ¡Dios, esto era tan complicado!
Adrien la miró de costado. Ella miraba por la ventana. ¿Acaso debía de hablarlo con ella? ¿Qué pasaba si se sentía ofendida? Pensaría que es un imbécil. Aunque ya lo pensaba. A su mente vino la charla que tuvo con su morena amiga el día anterior.
-Adrien, Adrien. Lo mejor va a ser que le preguntes.
-¿Estás loca?
-No, amigo, no estoy loca. Tanto tú como Marinette necesitan hacerlo ya. Ambos ya están bastante grandecitos.
-Pero Marinette es mi amiga.
-Vamos, Adrien ¿Acaso me ves la cara? Te encantaría que Marinette no fuera solo tu amiga.- le dijo. El rubio bajó la mirada.
-Mmm... bueno no... no lo sé, Alya. Sabes que no tengo experiencia.
-¡Al diablo con la experiencia! Se aprende. Todo se aprende en la vida. Sólo háblalo con ella, vas a ver que le va a parecer una gran idea.
-Pero...
-Además Marinette tiene casa sola para la noche de graduación. Marin no está, siempre se va con Andrea.
-¿Y si dice que no?
-No va a decirte que no. Estoy completamente segura de ello.- le dijo.
Sacudió su cabeza y volvió su mente al manejo. Acomodó la garganta. Ella se giró a verlo. Pronto estuvieron estacionados en la puerta de la casa de ella. Todo estaba oscuro, nadie estaba allí. Como Alya le había dicho. Marin no estaba en casa. Se bajaron y caminaron hasta la puerta. Por el momento ninguno de los dos se había mirado a los ojos.
-Aún es temprano.- dijo él.
-Lo sé.- contestó rápidamente. Miraron a su alrededor. Hasta que sus miradas se encontraron entre si. Adrien tragó saliva sonoramente.
-Mmm...- dijo nervioso.
-Yo...- dijo nerviosa-. ¿No crees que es hora de que pasemos por esa etapa que ya debimos haber pasado?
-Sí, sí. Era lo justo que estaba por preguntarte.- le dijo y rió nervioso-. Es como que... ya todos la pasaron.
-Claro.- dijo asintiendo-. Y...
-Y... ¿Por qué no nos hacemos el favor?
¿Por qué no nos hacemos el favor? Se preguntaron los dos al mismo tiempo. Adrien sintió su corazón latir rápido. Respiró profundamente. Marinette tragó sonoramente. Ambos estaban pensando en lo mismo. ¿Era casualidad o el destino? Sin decir nada entraron a la casa de la azabache.
-¿Quieres tomar algo?.- le preguntó ella.
-Sí, un poco de agua.- dijo.
Marinette caminó hasta la cocina y tomó una botella de agua. Sus manos temblaban levemente. Estaba nerviosa, realmente nerviosa. ¿Iban a hacerlo? ¡Dios Santo, iban a hacerlo! Sirvió el vaso y fue hasta la sala. Le entregó el vaso y él lo tomó rápidamente. De verdad tenía sed, estaba sediento. Se miraron de nuevo a los ojos. No sabían que decirse.
-¿Crees que sea buena idea?.- le preguntó ella.
-No lo sé. Pero creo que sí.- le dijo.
Adrien estiró su mano para que ella lo tomara. Lentamente ella apoyó la suya sobre la de él. Comenzaron a subir las escaleras. Lo mejor iba a ser que estuvieran arriba. Imagínese que sucedería si de repente llegará Marin y los viera en el sillón de la sala. Ella creía que le daría un infarto.
La puerta de la habitación de Marinette se cerró detrás de ambos. La luz estaba apagada, no la habían prendido. La leve luz de la Luna era la que los iluminaba. Ella lo miró a los ojos. Sus ojos estaban más verdes que nunca. Desde lejos se podía notar. ¿Qué debía decir? ¿Qué debía hacer? Sólo dejarse llevar. Adrien dio un paso hacia delante, quedando perfectamente cerca de sus labios. Como le gustan sus labios. Las veces que los había besado, lo habían dejado hecho un idiota. Levantó una de sus manos y acomodó suavemente uno de sus mechones. Sus ojos estaban clavados en los de él. Escasos milímetros los separaban. Sus alimentos se mezclaron. Marinette cerró los ojos cuando al fin sintió la cálida piel de la boca sobre los de ella.
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Hola!!! K intenzah la zituazion 7u7
¿Quién adora más a Alya? (*-*)/Estrellita y comenten. Les mando un beso ( ˘ ³˘)♥
-Mariana
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El primer amor siempre duele -MLB AU-
FanfictionMuchas veces, el amor es tan silencio que ni te das cuenta que está allí, sin importar que no lo quieras aceptar, es muy difícil alejarte de él. Los problemas y frustraciones siempre están enterradas en la vida, y Marinette lo sabe más que nadie. El...