Capítulo 23

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Llegó y tocó varias veces el timbre. Comenzó a golpear la puerta. Tenía que entrar y mirar a su mejor amiga, para cerciorarse de que lo que había dicho no era verdad.

-¡Voy, ya voy!.- escuchó su voz del otro lado.

Esperó ansiosa a que la puerta se abriera y pudiera entrar para regañar a su morena amiga hasta que se le acabara la voz. La puerta al fin se abrió y ella entró rápidamente. Se giró a ver a su amiga que tenía la mirada clavada en el suelo.

-Dime que no es verdad.- le pidió. La morena no dijo nada y tampoco la miró. Marinette llevó las manos a su rostro y trató de controlarse. Pero su amiga había hecho una estupidez, de la cual algún día se iba arrepentir.

-¡¿Qué hiciste Alya?!.- preguntó mientras se acercaba a ella.

-¡No lo sé!.- contestó ella alterada-. ¡Yo no quería!

-¿Te obligó?.- dijo sin poder creerlo.

-¡No, no! Él no me obligó a nada.- dijo ella y caminó hasta uno de los sillones y dejar que las lágrimas salieran de ella.

Marinette no pude evitar sentirse mal por ver a su amiga así. Tenia ganas de matarla, pero ella no era nadie para juzgarla. Se acercó y sentó a su lado, para abrazarla dulcemente. Alya respondió su gesto instantáneamente. Era lo que necesitaba. Un abrazo de su amiga, de su mejor amiga. De la persona que siempre la escucha y siempre está a su lado. Estuvieron así por unos cuantos minutos, hasta que la azabache se alejó para mirarla.

-Tú, ¿estás enamorada de Kim?.- le preguntó mientras secaba sus lágrimas.

-No... no lo sé.- respondió Alya.

-Ayer cuando me llamasta, ¿estabas con él?

-Sí.- dijo ella y se sentó bien en el sillón

-¿Cómo fue?.- preguntó interesada en saber un poco más.

Alya la miró y sonrió levemente. Se puso de pie y le hizo un gesto a su amiga para que la siguiera a su habitación y así hablar tranquilas. Llegaron y se sentaron cerca de la ventana, para poder fumar y que el humo no se quedara en la habitación.

-Y así fue todo.- terminó de contar la morena mientras largaba humo por la boca. Marinette llevó el cigarro a su boca y mientras lo hacia recordó lo que su amigo le había dicho.

-Si fumas yo me hago el tatuaje. Lo juro.- dijo él. Ella lo miró bien.

-Eso quiere decir ¿que si yo dejo de fumar, te sacas esa idea tonta de la cabeza?

-Exactamente.- dijo él con una pequeña sonrisa.

-Marinette, ¿me estás escuchando?.- le preguntó Alya sacándola de sus pensamientos.

-Sí, sí. Sólo me había quedado pensando en todo lo que me dijiste.- dijo ella y rápidamente apagó el veneno que tenía entre sus dedos.

-¿Y qué piensas?.- dijo ella. Marinette la miró y sonrió levemente.

-Que no te mato porque eres mi mejor amiga y tengo que comprenderte y tratar de ayudarte. Sólo por eso.- dijo la azabache. La morena rió divertida haciendo que la azabache también riera.

El primer amor siempre duele -MLB AU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora