Corrió lo más rápido que pudo ya que había empezado a llover. Amaba mojarse, pero estaba un poco desabrigada, no quería terminar como su amiga. Tocó el timbre.
-¡Madi!.- escuchó una resfriada voz. La puerta se abrió.
-Hola.- le dijo al verla.
-Hola, cadiño.- le dijo ella y la hizo pasar-. Que suedte que llegaste a tiempo, pod poco y te mojas toda.
-Lo sé, lo sé.- dijo la azabache y dejó las cosas sobre el sillón-. ¿Cómo te sientes?
-Mejod, pedo los malditos mocos me hacen hablad como Chloe.- dijo aterrada. Marinette rió por lo bajo. Entraron a la cocina-. ¿Y Adien?
-Dijo que vendría dentro de un rato, tenía unas cosas que hacer.- dijo y recordó lo de la cafetería-. ¡No sabes lo que ha hecho por mí!
-¿Qué?.- preguntó la morena mientras se servía una taza de té.
-Le consiguió empleo a Marin.- dijo emocionada. Alya comenzó a toser ya que se había ahogado con su té. Se acercó Marinette y palmeó su espalda.
-¿Cómo dices que dijiste?.- dijo calmando su tos.
-¡Eso, eso, que le consiguió empleo a mi hermano! ¿Puedes creerlo?.- dijo tomando una galleta del plato.
-Madinette ¿Adien no quedá algo contigo?.- dijo Alya. Ahora la que se ahogaba era la azabache. Alya se acercó a ella y le palmeó-. Tranquila, tranquila.- le dijo divertida.
-Pero... pero... ¿de dónde sacaste eso?.- le dijo sin dejar de toser aún.
-No lo sé, solo lo pensé.- le dijo ella. Marinette tomó un vaso y lo llenó de agua. Lo tomó lo más rápido que pudo y luego respiró profundamente.
-Pues, estás loca.- y se volvió a sentar en la mesa.
-Tranquila, Madinette. Sólo lo pensaba.- dijo pícara. El timbre sonó. Marinette se tensó. De seguro ese era él. Alya la miró y alzó una ceja.
-¿Puedes atended tú? Tengo que id al baño.- le dijo y se puso de pie para subir las escaleras.
Marinette se puso de pie y caminó hasta la puerta. No sabía porque estaba tan nerviosa, no debería de estarlo, pero lo estaba. Abrió para encontrarse un empapado Adrien. El entró y la miró bien. Ambos sonrieron divertidos. Marinette mordió levemente su labio inferior. Se veía sexy mojado. ¿Qué demonios había pensado?
-Llueve... y mucho.- dijo él nervioso.
-Me he dado cuenta.- dijo ella. Adrien se quitó la campera y la colocó en la cocina-. ¡Alya! ¡¿Donde están las toallas?!.- le preguntó Marinette desde abajo.
-¡Fidjate en el admadio del lavadedo!.- dijo fuerte.
-¡Oh, por Dios! Dime que no tiene esa voz.- le dijo él al escucharla.
-Déjame decirte que sí la tiene.- dijo ella y fue en busca de una toalla. Adrien rió divertido. Marinette sonrió al escucharlo. Encontró las toallas y sacó una bien grande para que él se secara.
-Gracias.- le dijo él al tomarla.
-De nada.- contestó y se volvió a sentar en la silla.
-¿Te molesta si me quito la camisa? Necesito secarme, o sino terminaré con la voz como de Alya.- le dijo. Ella sonrió y lo miró.
-Claro que no.- le dijo.
Él sonrió y empezó a desabrocharse los botones de la camisa. Marinette tragó saliva y trató de no mirarlo, pero eso se le estaba haciendo imposible. La respiración se le fue del cuerpo cuando, un despreocupado Adrien, se quitó la camisa por completo. Trató de no abrir la boca y mirarlo como una desquiciada. Pero él... él era increíble. Cada músculo del cuerpo se le marcaba bien. Cada definida línea de su cuerpo era firme y gruesa. Ahora sabía que cada hora que no dormía valía la pena. Miró hacia otro lado, tenía que hacer otra cosa.
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El primer amor siempre duele -MLB AU-
FanfictionMuchas veces, el amor es tan silencio que ni te das cuenta que está allí, sin importar que no lo quieras aceptar, es muy difícil alejarte de él. Los problemas y frustraciones siempre están enterradas en la vida, y Marinette lo sabe más que nadie. El...