Capítulo 6

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Salió de la cocina y su madre bajaba las escaleras.

-Hijo, ¿Cómo te fue? No te escuché llegar.- dijo ella y se acercó a besarlo en la mejilla.

-Bien, mami. Acabo de llegar.- contestó él.

-¿Ya hiciste amigos?

-¡Ay, mama!, ¡Ya no tengo 5 años para que me preguntes esas cosas!.- le dijo y comenzó a subir las escaleras.

-¡Lo sé, pero me gusta saber!.- dijo ella.

-Sí, conocí a dos chicas muy simpáticas.

-¿Chicas?.- dijo con un tono pícaro. Adrien se giró a verla seriamente.

-Mejor voy a ver a papá.

Emilie rió divertida. Sabía lo quisquilloso que era Adrien con esas cosas. Siempre fue un chico algo tímido y de pocos amigos. Con sus 17 años, sólo tuvo una sola novia en toda su vida, la relación no duró demasiado. Y a pesar de que su hijo, y no lo dice porque sea su madre, es muy atractivo, parecía que las chicas no lo notaban. Tal vez eso era así, porque su hijo se la pasaba estudiando y tenía una apariencia muy cerrada. Algo que es todo lo contrario a como es Adrien. Es un chico divertido, alegre, dulce y sobre todo bueno. Ella estaba muy orgullosa de ser su madre y que no tuviera ninguna clase de problema con él.

Adrien golpeó dos veces la puerta del nuevo despacho de su padre. Se asomó un poco y lo vio sentado escribiendo concentradamente. Entró.

-Hola, papá.- lo saludó.

-Hola, hijo. ¿Cómo te fue hoy?.- le preguntó y dejó de escribir unos informes que estaba haciendo para la empresa en la cual trabajaba.

-Bien, papá. Parece un buen colegio.- le dijo él.

-Lo es, me lo recomendaron varias personas.- le dijo y miró-. ¿Qué tal los compañeros de clase?.- otra vez vino ella a su cabeza. Marinette.

-Bien.- contestó quedante.

-Tengo una noticia para ti.- le dijo sonriente.

-¿Qué cosa?.- preguntó él.

-Luego de que te gradúes, irás a estudiar a Londres.- le dijo. Adrien lo miró bien.

-¿Qué?. - preguntó sin poder creerlo.

.......::.......

Salió de la ducha, tras estar adentro allí aproximadamente media hora. Odiaba llegar del instituto y sentirse sucia. Era la peor sensación del mundo. Se cambió y se puso algo cómodo para estar en casa. Bajó las escaleras para ir a la cocina en busca de algo que llenara a su estómago. Justo antes de entrar a la misma, divisó a su hermano sentado a el televisor, mirando entretenidamente el mismo. Rió por lo bajo al escuchar lo que era. ¡Oh, si! Su hermano era un puerco, patán y futuro director de películas caseras.

-Enanita de jardín, ¿me pasas una cerveza?.- le preguntó sin dejar de mirar la televisión.

-Ahí va.- le dijo ella y entró a la cocina.

Se dirigió hacia el refrigerador y buscó lo que él pedía. Y para ella tomó una manzana y chocolate. Era lo único que había. Tenía que ir a hacer las malditas compras. Cerró la puerta del refrigerador y fue hasta la sala. Se sentó a lado de su hermano.

-¡Por el amor de Dios! ¡Quita eso!.- le dijo asqueada y dejo de mirar la pantalla.

-Sino te gusta, vete.- le dijo y tomó la cerveza.

El primer amor siempre duele -MLB AU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora