Él tomó la lapicera y la miró. Ella lo miraba fijo, como queriendo decirle algo. Él sacó su mirada de ella y se acomodó los anteojos.
-Bueno, te escucho.- le habló.
-En primer lugar gracias por venir, Adrien. Pensé que no lo harías.
-¿Por qué? Dijiste que necesitabas mi ayuda, no me cuesta nada hacerlo.- dijo él.
-Lo que pasa es que tú eres amigo de Alya y Marinette. Y ellas dos no me soportan. Seguro que te han llenado la cabeza en contra mío.- dijo Chloe.
-Pues fíjate que no. Jamás me han hablado mal de ti. No les vas, ni les vienes. En especial Alya.- dijo mintiendo descatadamente. Rió por sus adentros al recordar la sarta de barbaridades que su rubia amiga había dicho sobre Chloe.
-Que extraño. Todo el mundo me dice lo contrario. En especial de Alya. Ella si me odia con todo su ser. Lo hace desde el jardín de infantes.- dijo la rubia. Él rió por lo bajo y se acomodó mejor en la silla.
-Bueno, volviendo al tema importante. ¿Cuáles son las materias que tienes que aprobar?
-Son sólo dos. Economía y matemáticas.- dijo ella ruiseña. Adrien la miró extraño. Había algo muy extraño en ella. No lo sabía con exactitud, pero algo le decía que sí.
-Bueno, necesito que consigas un cuaderno y me digas los horarios en los que puedo verte para enseñarte.- dijo él. Chloe sonrió por lo bajo y lo miró fijo a los ojos. No se había dado cuenta lo lindo que era. Esos anteojos no dejaban ver bien sus hermosos ojos.
-Podemos empezar cuando quieras, Adrien. Tengo todo el tiempo del mundo. Mi madre va a matarme si no apruebo esas materias.- dijo ella.
-Está bien, quédate tranquila. Y te llamo hoy a la tarde, para decirte a que hora nos vemos el lunes. Porque empezaremos desde el lunes, ¿te parece bien?
-Me parece perfecto.- dijo sin dejar de sonreír.
-Bueno, Chloe, me tengo que ir. Quedé en ayudar a mi padre en unos asuntos de la empresa.- el rubio se puso de pie y al instante Chloe también lo hizo. Se acercó a él y tomó su mano. Adrien la miró extrañado.
-De verdad, muchas gracias. No estoy pasando por un buen momento.- dijo mientras su voz se hiba apagando y sus ojos se llenaban de lágrimas.
Adrien la miró bien. Rápidamente sacó un pañuelo de su bolsillo y se lo dio. Chloe lo tomó y sonó su nariz para luego soltar unas lágrimas. Agreste la tomó de la mano y se sentó en la silla. Nunca le había gustado que las mujeres lloraran. Era una situación incómoda para él, no sabía como resolverlo.
-¿Qué sucede, Chloe? ¿Te pasó algo malo?.- le preguntó arrodillándose frente a ella.
La rubia clavó sus ojos en los de él. Y sin pensarlo se tiró a sus brazos y romper en un actuado llanto. Adrien no hizo más que dejar que ella llorara abrazada a él. Ya que no podía hacer otra cosa, no iba a soltarla, aunque su acción le parecía extraña. Cuando ella logró calmarse se alejó con cuidado.
-¿Quieres contarme?.- dijo él.
-Rompí con Kim.- dijo entre un sollozo-. Él está muy cambiado, y ya no es el mismo. Y creo que se terminó el amor. Ya no me ama...
-No digas eso. Tal vez solo está estresado.- dijo con un poco de duda.
-¿Estresado?.- dijo ella sin entender.
-Sí, a lo que me refiero. Es que tal vez también tampoco este pasando un buen momento.
-Pero yo no necesito un novio con problemas. Lo que necesito es un novio que me cuide, que me contenga, que me ayude. Así como tú- dijo ella. Adrien comenzó a toser. Y se puso de pie para alejarse un poco de ella. Chloe secó sus lágrimas y se puso de pie también.
-Yo no sirvo para novio, Chloe.- dijo divertidamente nervioso.
-Pues no parece, te juro que pareces el novio ideal.- le dijo. Adrien sonrió por lo bajo.
-Ya no llores. Se va a arreglar todo con Kim.-dijo él.
-Espero que no...
.......::.......
Marinette tocó el timbre y esperó ansiosa a que alguien abriera. Sus pies no dejaban de moverse. ¡Ay, no podía creer que él estuviera con Chloe! Y si fuera así, él tendría que darle una buena y razonable explicación. La puerta se abrió. La mujer de cabellos rubios y ojos verdes sonrió al verla.
-¿Qué tal, Marinette?.- le preguntó y le hizo pasar.
-Hola, señora Agreste.- dijo ella y miró a su alrededor-. Estoy muy bien, ¿y usted?
-Oh, cariño. Ya te dije que no es necesario que me trates de usted. Me haces sentir una anciana.
-Lo siento, trataré de no olvidarlo.- dijo divertida-. ¿Está Adrien?
-No, cielo. Adrien salió aproximadamente hace unas 2 horas.- la azabache sintió un pequeño dolor en su pecho. Como si alguien le estuviera pegando allí. Trato de calmarse, sonrió lo mejor que pudo a la mamá del rubio.
-¿Le molesta si lo espero?
-No, linda, para nada. Es más ¿podrías ayudarme a hacer unas galletas?.- le preguntó.
Marinette sonrió y asintió. Ambas entraron a la cocina hablando animadamente. Emilie adoraba esa muchacha. Le parecía tan tierna y linda. Y sabía que ponía nervioso a su hijo.
-Oh, casi lo olvido.- dijo la mamá de Adrien y dejó de amasar-. Hoy vino tu hermano, y fue con Gabriel hasta la concesionaria. ¿Y adivina qué?
-¿Qué?.- dijo Marinette ansiosa por saber.
-¡Tiene el puesto!.- dijo alegre. Marinette comenzó a saltar y gritar. Emilie copió su acción como si tuviera la misma edad. La azabache divertida se tiró a los brazos de la mujer y la abrazó dulcemente.
-¿Me estás hablando en serio?.- dijo aún sin poder creerlo, alejándose de la señora Agreste.
-Jamás mentiría con una cosa así, linda.- dijo ella.
Marinette volvió a gritar y a saltar. Emilie también saltó, pero tomó un poco de harina con su dedo y manchó la nariz de la azabache. Ella abrió bien sus ojos, divertida claro, miró sin poder creerlo a la madre del rubio. Sin cuidado tomo un poco de harina con el dedo y manchó la mejilla de Emilie. Ambas rieron divertidas.
Emilie se acercó a ella y la abrazó meternalmente. Siempre había querido tener una hija mujer con la que pudiera compartir tardes cocinando o noches hablando de cosas de mujeres. Alguien entró a la cocina. Ambas se giraron a verlo.
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Hola!!!
Marinette ya se ganó a la suegra😏😏😏
Voten y comenten ( ˘ ³˘)♥
-Mariana
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El primer amor siempre duele -MLB AU-
ФанфикMuchas veces, el amor es tan silencio que ni te das cuenta que está allí, sin importar que no lo quieras aceptar, es muy difícil alejarte de él. Los problemas y frustraciones siempre están enterradas en la vida, y Marinette lo sabe más que nadie. El...