Capítulo 51

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Adrien se escondió un poco detrás de la azabache. Marin iba a matarlo si lo agarraba. Sintió fuego en su pecho ante la vista desnuda de la espalda de ella. A su mente vino todo.

-¡Voy a matarte maldito ñoño!.- rugió Marin y se acercó a la cama.

-¡Aléjate, Marin!.- le gritó su hermana haciendo que su paso se detuviera. Marin vio como él estaba detrás de su hermana, y ella casi desnuda sentada sobre él. Su sangre hirvió.

-¡No la toques!.- le advirtió. El rubio alzó sus manos al aire, para demostrar que no tenía ningún tipo de contacto con ella. Aunque quisiera.

-Marin, sal y espérame afuera.- dijo ella.

-¡No, claro que no!.- dijo Marin.

-¡Que salgas te digo!.- Marin le gruñó a Adrien y comenzó a caminar hacia afuera.

-Tú no te salvas, Einstein.- le afirmó antes de salir del todo-. Tú me las pagas por haberte disfrutado la noche con mi hermana.

-¡Sal!.- le gritó Marinette y tiró una almohada para que la puerta se cerrara.

Marin salió al fin. Ambos suspiraron aliviados. Marinette giró la cabeza para mirar al rubio. Sus mejillas se enrojecieron rápidamente. Él la miró fijo y luego miró sus labios. Ella sintió como el aire la abandonaba ante aquella profunda y verde mirada. Su cabello estaba excitadamente desordenado. Mordió levemente su labio inferior y luego lo miró a los ojos. Ella estaba media envuelta con las sabanas...

-¡Marinette sino sales ya mismo de ahí, voy a entrar a matarlo y a buscarte!.- advirtió desde afuera su hermano.

-Voy... a ir a calmarlo. Tú...

-Me visto.- dijo él rápidamente.

-Eso mismo.- dijo ella y se envolvió bien con la sabana, para ponerse de pie y salir de la habitación. Marin estaba rojo de furia y caminaba de aquí para allá, cuando ella salió se giró a verla.

-¿Qué?.- dijo Marinette.

-Encima tienes el descaro de preguntarme "¿Qué?"

-Marin, ya no tengo 13 años.

-No, lo sé. Pero aún eres una niña. Además ¿Por qué con el ñoño?

-¡Ese ñoño me hizo pasar la mejor noche de toda mi vida! ¡Estoy completamente segura de que tú no eres tan bueno como él!.- dijo nerviosa pero en voz baja para que el rubio no la escuchara. Su hermano la miró sin poder creerlo.

-Lo mato.- dijo él y se acercó a la puerta para entrar. Marinette se puso en su camino y lo miró desafiante.

-No y no. No te metas en esto Marin. No tienes derecho. Además... solo fue un favor.

-¿Un favor?.- dijo él y la miró-. O sea que solo te acostaste con él solo por hacerle el favor...

-No, no lo entiendes. Él también me hizo el favor a mí. Y no fue solo eso, ¿no te has dado cuenta de que...?.- dejó de hablar.

-¿Qué?.- le preguntó su hermano-. ¿Estás enamorada de él?.- Marinette pestañeo varias veces y la sangre volvió a concentrarse en sus mejillas.

-Vete a tu cuarto y no te metas. Él ya se va. Y si le haces algo, jamás en mi vida voy a hablarte.- lo amenazó. Marin la miró con ojos venenosos y rugió por lo bajo.

-¡Esta vez te salvaste, ñoñito! ¡Pero cuando ella se descuide te asesinaré! ¿Entendiste?.- le gritó desde afuera. Marinette lo empujó un poco para que se fuera de una buena vez. Cuando vio que su hermano entró a su habitación, suspiró levemente y entró al cuarto.

El primer amor siempre duele -MLB AU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora