Capítulo 13

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-¿Qué?.- le preguntó sorprendida. Él cayó en cuenta en lo que había dicho.

-Sí, para verte a ti y pedirte que me ayudes en cambiar de imagen.- acertó nervioso.

-¿Cambiar tu imagen?.- le dijo ella sin entender.

-Sí, estoy cansado de que me vean como el raro por vestirme así y necesito tu ayuda. Además te dije que quería un tatuaje.

-¿Estás loco? ¿Un tatuaje? Eso es para toda la vida. Además de que si tu madre se entera te mata.

-Ya dije que mamá no se enterará y además quiero uno porque creo que son geniales.

-¿Y cómo qué por ejemplo?

-Mmm, no lo sé.- dijo y sonrió.

-No seas extraño, extraño. Mañana lo hablamos mejor, ya es tarde.- dijo poniéndose de pie. Adrien se paró rápidamente

-Sí, será mejor que me vaya. No quiero que Marin me encuentre.- le dijo divertido. Ambos se quedaron callados-. Avísale... que mi padre lo espera mañana.

-No te preocupes, estará allí. Y otra vez gracias, Adrien.

-Ya te dije que no tienes porque darme las gracias. Para algo estamos los amigos.- ella sonrió levemente.

-Es genial tener un amigo como tú.- le dijo. Él sonrió y giró un poco la cabeza para mostrarle la mejilla. Marinette rió por lo bajo y se acercó para besar su cachete. Él movió la boca y besó su mejilla también.

-Hasta mañana.- le dijo sin salir del todo.

-Hasta mañana.- dijo ella sin dejar de sonreír.

Vio como bajaba por el árbol y esperó hasta que lo vio entrar en su casa. Quería cerciorarse de que había llegado bien. Sonrió y volvió a entrar a su habitación. Él era tan... tan lindo. "Es tu amigo, Marinette. No puedes pensar cosas raras con tu amigo" pensó. Cerró bien la puerta de su balcón y salió del cuarto para ver a su hermano. Entró a la habitación de al lado. Marin dormía. Se acercó a él y comenzó a sacudirlo.

-Marin, Marin.- lo llamó.

-¿Qué? ¿Qué sucede?.- dijo él sentandoce en la cama. Él la miro bien-. Me asustate, enana. ¿Qué sucedió?

-Sólo quería avisarte que mañana tienes que ir a lo de Adrien para hablar con su padre por el tema del trabajo.- le dijo.

-¿De qué se trata el empleo?.- le preguntó.

-Algo de arreglar computadoras que se tildan en una concesionaría de autos.- dijo ella.

-Wow, pensé que sería algo horrible.- le dijo.

-¿Ves? A pesar de todo siempre pienso en ti.; se puso de pie para caminar hasta la puerta de su habitación-. Por favor no vayas tarde. El señor Agreste quiere que estés ahí a las 9 de la mañana.

-Quédate tranquila. No te fallaré.- le dijo. Ella sonrió y volvió a su habitación. Se acostó y cerró los ojos, mañana sería un largo día.

Adrien se dejó caer pesado en su cama. Ese golpe lo había dejado hecho un idiota. En realidad, ella lo había dejado hecho un idiota. Lo que sentía cuando la tenía cerca, a veces lo confundía. Era algo nuevo, algo que nunca había sentido por una chica. Ni siquiera por Lila. Giró en su cama y cerró sus ojos para intentar dormir.

El sonido del despertador hizo que se levantara rápidamente. Como odiaba ese maldito sonido en la mañana. Se destapó y se puso de pie para ir al baño y darse una rápida ducha. Antes de entrar miró la hora. Eran las 5 am. Hubiera sido mejor dormir un poco más. Hoy era sábado, y anoche no se había acostado para nada temprano. Entró al baño y se metió a la ducha. Iba a salir a correr un rato. Como lo hacía siempre. Y si después tenía sueño, iba a volver a dormir. Terminó y se cambió. Había refrescado un poco, parecía que iba a llover.

Buscó su buzo gris y salió a correr. No había nadie en la calle. No podía creer que nadie saliera a hacer ejercicios por la mañana. No había nada mejor que el aire fresco de las mañanas. Era un aire puro y limpio, que luego con los autos y gases contaminados desaparecía. Sus pasos se escuchaban con claridad. Había algo raro en todo esto. La calle estaba muy vacía. Parecía que las casas estaban vacías. Miró a su alrededor y en menos de lo que esperaba llegó al parque que estaba cerca de su casa. Dejó de correr y miró fijo a la persona que estaba en uno de los bancos. Era ella. ¿Qué hacía ella ahí? Se acercó y la miró bien.

-Marinette, ¿qué haces aquí?.- le preguntó. Ella levantó la vista y lo miró fijo a los ojos. Adrien sintió un pequeño escalofrío recorrer su espalda ante su mirada. Su mirada era extraña. Marinette se puso rápidamente de pie y lo miró de cerca.

-Vine a buscarte.- le dijo.

-¿A buscareme? ¿Para qué?.- le preguntó.

-Para besarte.- le contestó y se acercó a su boca.

Los ojos de él estaban bien abiertos ante su inesperada acción. Pero no tardo en cerrarlos ante la sensación caliente que lo invadió. No entendía el porqué de su beso. Pero no iba a negarse a ello. Él quería besarla, lo había querido desde el primer día que la vio. Marinette se colgó de su cuello, acercándolo más a ella...

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:000
Pero khe estah pazando aki? SE BESARON SE BESARON!!! Esto es demasiado bueno para ser verdad :'D

Estrellita y comenten para la continuación!!!

-Mariana

El primer amor siempre duele -MLB AU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora