Ella se sentó lentamente en la cama. Frunció el ceño.
-¿Nino?.- dijo ella con duda. Pero entonces su mente comenzó a traer recuerdos de ella, recuerdos y más recuerdos de una infancia que hacía bastante que no recordaba-. ¡Espera un minuto! ¿Eres Nino? ¿Nino Lahiffe?.- le preguntó parándose rápidamente.
-El mismo que viste y calza, morita.- dijo divertido.
-¡No puedo creerlo!
-¿Cómo estas?.- le preguntó.
-Asombrada.- contestó.
-¿Para tanto?
-Nino, hace... 4 años no sé nada de ti. ¿Dónde estás?
-Llegué hace unos días. Y me instalé en casa de mi padre, busqué tu número y el número de la psicópata de fuego.- Marinette rió divertida al recordar como él llamaba a Alya.
-Ya no tiene las puntas rojas.- dijo divertida.
-Es una broma, ¿verdad?.- preguntó.
-No.- dijo y se tiró pesadamente en la cama.
Aún no podía creer que estuviera hablando con su único amigo de la primaria. Nino Lahiffe había compartido con ella y con Alya torturosos años escolares. Pero cuando éste llegó a su fin, su madre se lo llevó, ya que se había separado de su padre. Por ende, la última vez que se vieron ambos tenían 13.
-¿Sigues viviendo en la misma casa de antes?.- le preguntó él.
-Sí, aquí nací y parece que aquí voy a morir.- dijo ella.
-¿Y Alya? ¿Sigue viviendo donde vivía?
-No, Alya se mudó a una casa un poco más cerca del instituto.
-Tengo muchas ganas de verlas.- dijo él.
-¿Por qué no vienes a casa? Llamo a Alya y le digo que venga para acá.
-En seguida estoy ahí, morita. Aunque no me lo creas, te eché mucho de menos.- ella sonrió levemente y sintió sus mejillas tomar un poco de color.
-Yo también, peligrito.- dijo divertida.
-No puedo creer que lo recuerdes.- dijo él.
-Lo recuerdo, lo recuerdo ¿Cómo olvidarlo? Eras un peligro, Nino.
-Aún lo soy, morita.- ambos rieron. Un silencio se formó entre ellos.
-Mmm, ¿vienes?.- preguntó algo nerviosa.
-Claro que sí.- dijo él.
-Te espero.- dijo y cortó.
Se sentó en la cama y miró sorprendida a su alrededor. Lo que menos ella imaginaba en este momento era que Nino estaría de nuevo ahí. Marcó el número de su amiga.
-¿Hola?.- la atendió.
-¿A que no sabes quien me llamó?.- preguntó la azabache.
-No, no lo sé.- dijo Alya un poco extrañada.
-Utiliza un poco las neuronas, tonta.
-Mis neuronas en este momento, están despertándose de un doloroso trance de alcohol. Así que déjalas en paz.
-Bueno, ¿estás lista para escuchar?
-Ya, Marinette, dime. ¿Por qué tanto misterio? Ni que fuera tu primo Mike.- dijo la morena.
-¿Quisieras que fuera él?.- preguntó de manera pícara.
-¡Claro que no!.- dijo rápidamente.
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El primer amor siempre duele -MLB AU-
FanfictionMuchas veces, el amor es tan silencio que ni te das cuenta que está allí, sin importar que no lo quieras aceptar, es muy difícil alejarte de él. Los problemas y frustraciones siempre están enterradas en la vida, y Marinette lo sabe más que nadie. El...