Capítulo 13: Break Up.

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Punto de Vista de Paige:

Regresamos de la fiesta a las 3:00 a.m. hoy tendríamos un día agitado, compras por ahí, compras por allá, tenía que buscar un buen obsequio para Scar, algo para Roni, había pensado en comprarle un lego gigante o algo así, también debía buscar un regalo para mi padre y otro para Harry.

—Buenas noches chicas—murmuró Zuss antes de meterse a la cama y cubrir sus ojos.

—Hasta más tarde—respondí.

—Paige, ¿Qué tal te llevaste con Trevor?—interrogó Sarah.

—Es amable, gracioso y listo, pero no se compara con Harry.

—Es un gran chico—añadió Sarah.—Si algún día llegas a terminar con Harold, no dudes en darle una oportunidad a Trev.

La recámara se quedó en silencio y momentos después me quedé profundamente dormida. Por el mediodía, después de almorzar salimos en la misma limusina a comprar ropa, paseamos por Manhattan, Central Park y esos lugares, nos tomamos fotos y compramos nuestros regalos para Scar, Zuss le obsequiara el vestido que usará el día de su cumpleaños, será un diseño único de su madre. Mientras que yo opté por comprarle un par de aretes de diamantes rosas y un anillo antiguo.

— ¿Me estas siguiendo? —cuestione delante de él, tenía rato de haberlo visto sentado al otro lado de la cafetería, estaba solo con su celular.

—No la estoy espiando, señorita Bradbury—se excusó. —Yo vengo todos los días a tomar un café aquí.

—Eres un mentiroso—me quejé. El sonrió cuando la camarera se acercó a dejarle su orden.

— ¿Es lo mismo de siempre? —le pregunto.

—Lo de siempre—respondió la chica. —Mi padre te envía saludos.

—Dile que me resulta extraño no verlo aquí, dile que se recupere pronto—dijo.

De pronto había pasado a un tercer plano, era como si solo estuvieran ellos dos y realmente Trevor había probado su punto, no nos estaba siguiendo y ya  había quedado como una tonta.
La chica se marchó a atender a la demás gente que llegaba.

—Deberíamos intercambiar números—sugirió. —pronto estarás en Londres y creo que eres una chica muy interesante.

—Está bien—acepte cuando puso una lindísima sonrisa.

°°°

El viaje de doce horas afectó mi reloj interno, programamos nuestra llegada a Londres el lunes por la madrugada y a esa hora no tenía el más mínimo rastro de sueño, pero cuando estaba a punto de ir a la escuela me quede dormida en el comedor, así que mi padre llevó a Roni a la escuela y yo me quedé profundamente dormida.

—Paige—Escuché la voz de Lisa. —Paige—volvió a decir. —El joven Harry esta allá abajo, quiere hablar contigo.

—Hazlo pasar—dije poniéndome de pie y yendo al closet.

Pasaron unos minutos antes de que escuchara sus pasos por la habitación, lo había extrañado tanto, nunca había pasado tanto tiempo sin llamarle, sin oír su voz y sin sentir sus dulces labios dejando besos por mi cuello, hasta llegar a mi boca.

—Hola mi amor—le saludé.—¿Quieres saber como me fue en el viaje?

—Paige, estoy aquí para terminar contigo—dijo severo.

Quitó mis brazos de su cuello mientras me empujaba lentamente. No podía asimilar muy bien sus palabras, ¿A qué se refería con “terminar contigo”? ¿Me estaba dejando? ¿Estaba terminando nuestra relación de más de quince años? ¿Así de un día para otro?

— ¿Qué?—interrogué. Sentí que mi voz comenzaba a quebrarse junto con mis sentimientos.

—Quiero que terminemos—pidió. —Paige, lo nuestro no tiene futuro.

—Harry, lo nuestro tiene todo el futuro del mundo—dije.—Nuestros padres esperan que nos casemos, todo mundo espera que seamos esposos algún día.

— ¡No quiero hacer lo que los demás esperan! —gritó. —Quiero ser feliz.

— ¿Y no eres feliz conmigo? —No respondió.

—Hemos sido novios la mayor parte de nuestras vidas, ¿tú crees que aun siento algo por ti? ¿Crees que después de tantos años aun te amo? Paige, te he visto desnuda tantas veces que…—dudó. —No me provocas nada. —terminó.

Las lágrimas comenzaron a escurrirse de mis ojos, no podía creer todo lo que estaba diciendo, se decía mi mejor amigo y no podía tener ni un poco de tacto al decirme todo esto. Hace apenas unos días habíamos hecho el amor, se veía tan excitado y yo juraba que me amaba y no… viví engañada, ¿Cómo pude dejarme engañar tantos años? ¿Cómo es que no vi que solo me estaba utilizando?

—Me has utilizado, todos estos años no has hecho más que verme la cara de estúpida—aseguré.

—No, Paige… en este momento estoy lleno de dudas.

— ¿Lleno de dudas? ¿Hace cuánto que las tienes? ¿Por qué decidiste decírmelo hasta ahora?—pregunté. Gruesas lágrimas comenzaron a escurrir por mis mejillas al mismo tiempo que se me cortaba la respiración. — ¿Por qué ahora? ¿Por qué así?

—Jamás había tenido dudas sobre lo nuestro, hasta ahora. Paige te quiero muchísimo, pero no soy el chico adecuado para ti, estoy seguro de que...

— ¡Cállate la puta boca, Styles!—grité llena de coraje. —Tú ya hablaste suficiente—respire profundo al mismo tiempo que limpiaba las lágrimas.—Te lo da todo, te amé más que a nada, siempre hice lo que tu querías sin importar si yo estaba de acuerdo, hice tus tareas por años, mi familia te dio lo que tienes, y ahora tú me dejas ¿Sólo por qué estas confundido? ¿De verdad quieres que me crea que aún me quieres? ¿Qué aun sientes cariño por mí? ¿Después de cómo me estás diciendo todo esto?—dije señalándolo. —No te creo ni mierda, estás intentado suavizar las cosas porque tienes miedo de lo que pueda hacer en tu contra.

—No vas a hacer nada, te conozco—respondió. —Y no, no te estoy mintiendo, te quiero pero no de la misma forma que antes.

—Ya sospechaba esto, sabía que tarde o temprano me dejarías.

—No quiero que las cosas terminen así.

— ¿Hay alguien más?—pregunté. Desvió su mirada y luego la llevó directo a mis ojos, podía ver la tristeza y la vergüenza con la que me veía. Asintió lentamente y ahogue un gritó en mi pecho y deje las lágrimas salir.

— ¿Es Amanda McBride?—Asintió sin dudarlo. Las lágrimas salían por montones y mi cabeza empezaba a doler. — ¿Desde hace cuánto tú y esa desgraciada me han estado viendo la cara?

—Unas semanas.

— ¿Te acostaste con ella?—pregunté tranquila. No respondió. — ¿Te acostaste con ella?—le grité.

— ¡Si! y fue mejor de lo que podía imaginar.

—Maldito hijo de puta—mascullé. —Eres un cabrón de mierda. ¡Te odio! ¿Cómo pudiste hacerme esto?

La Chica Mala  |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora