Capítulo 15: Sarcasmo.

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Punto de Vista de Harry:

Han pasado dos semanas desde que todos me dejaron de hablar, así que no tiene caso que Amanda y yo sigamos mintiendo, ya todos en la escuela sabían de lo nuestro y sorprendentemente Paige no ha hecho nada en contra nuestra, como dije ella sólo es palabras, ya que nunca se caracterizó por ser mala con la gente.

—Hola—Salude sentándome junto a Mandy. Sus labios eran lo mejor que había en el mundo.

Los chicos entraron al salón sin mirarme, desde que me sentaba atrás con mi novia, para ellos no existía, no me hablan ni me miraban, tampoco me dejaban comer con ellos.

—Hola Niall—dije caminando a su lugar. El rubio les dedicó una mirada a los demás.

—Ah...¿Hola Harry?—dudó

—¿Te dijeron que no hablaras conmigo?—le pregunté. Negó.

—La maestra Meester no quiere que hágamos ruido, ya sabes como se pone.

—La maestra no esta aquí.

—Harry, la verdad es que cuando te dije que te apoyaba no estaba mintiendo, pero ahora que veo como esta Paige, yo...—no terminó.

—¿Ella esta mal?—pregunté. El rubio asintió.—¿Qué tanto?

—Muy, muy mal—se lamentó.

Una parte de mi se sentía muy mal por lo que pasó, me sentía terrible por Paige y sabía que yo estaba mal. Pero la otra mitad de mi ser estaba feliz, estaba contento por primera vez en años, Amanda me hacía muy feliz.

Punto de Vista de Paige:

Ya había desperdiciado muchos días de clases por quedarme en casa llorando mis penas, afortunadamente tengo un padre maravilloso que sabe escuchar y supo darme los mejores de sus consejos para superar una ruptura por engaño, se que probablemente odio a Harry por un instante, hasta que le pedí que no lo hiciera, quizá esta separación no era definitiva y él se daba cuenta de su error y estaríamos juntos una vez más, por lo menos eso esperaba.

Después de algunas clases, la profesora Sterling nos llevó al gimnasio, hoy nos tocaba jugar basquetbol.

—Señorita Bradbury, haga su equipo.—Ordenó.—Señorita Winston usted haga el otro.

—Zuss.

—Penny—dijo señalando a la pelirroja.

—Georgia—respondí en dirección a la rubia.

—Lizzie.

Y así seguimos por un rato mas, ella escogió a sus amigas, Penny, Darleen y Lizzie. Yo también escogí a mis amigas, Zuss, Melissa, Lacey,  y Lane, aunque no les hablaba mucho.

—Señorita Winston—dijo la maestra. Todas giramos a verla.—le falta una chica.

—No—se defendió Emily—Estamos completas.

—La señorita Sherridan se siente algo indispuesta.

—Entonces Paige sacará a alguien de su equipo.

—No, integre a la señorita McBride en su equipo—ordenó la maestra viendo a la estúpida esa que llegaba apenas.

—Ella no sabe como jugamos—reclamó.

—Dudo mucho que la señorita McBride no sepa como jugar a esto, despues de todo viene de la tierra donde fue inventado.

Comenzamos a jugar, todo lo que había pasado entre la zorra de Amanda y yo estaba empezando a resolverse.

—¡Pasenme la pelota!—pidió.

Emily le dio un pase rápido y fuerte. Amanda le dedicó una mirada de enojo mientras corría a la canasta. Comencé a bloquear su tiro, intentó acercarse pero la empuje, ella cayó de sentón y soltó el balón.

—¡Cuidado ahí Bradbury—gritó la maestra. Levanté las manos en señal de paz y la ayude a ponerse de pie.

—Lo siento—dije fingidamente.

—Lo siento—repitió en tono amargo.—Se lo que estas tratando de hacer, idiota.

—¡Maestra Sterling!—grité—Hay una conducta antideportiva aquí.

—McBride, alejate de Bradbury ahora, o te descalifico—amenazó la maestra.

El juego siguió tranquilo de mi parte, tenía que disimular un poco antes de volver a empujarla. Pero ella ya estaba muy molesta y a cualquier toque que yo le daba ella reaccionaba de manera sumamente agresiva.

La Chica Mala  |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora