Capítulo 48: Lo sabía.

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Punto de Vista de Paige:

Llegué a casa de Harry en cuanto supe lo que estaba pasando, sabía exactamente lo que estaba sintiendo, sé que está confundido y que siente odiar a su padre más que a nada en el mundo. A pesar de querer destruir a Amanda no tengo el valor de decirle a Harry que la amante de su padre es la hermana de su amada; por más mal que quisiera hacerles, simplemente no podía decirle eso, no podía ser yo quien lo hiciera.

— ¡Paige!—chilló Scarlett en cuanto me vio llegar, me abrazo y se recargó en mi hombro.

—Tranquila, Linda—me límite a decir. —Todo estará bien.

— ¿Cómo pudo hacernos esto?—interrogó entre sollozos.

—Hay personas en el mundo que no valoran la felicidad que tienen, personas a las que no les importa arruinar todo lo que los demás han construido.

— ¿Por qué le hizo esto a mamá? ¿Acaso no es ella guapa?

—Y te puedo asegurar que tu madre es mucho más guapa que esa otra mujer.

—Scarlett—dijeron desde la escalera. —Ya no llores, hija.

—Lo lamento mucho—dije. Ella asintió y extendió los brazos en dirección a la chica.

—Nadie ha muerto aún—volvió a decir. —Gracias por estar aquí para mis hijos.

—Sabes que son como hermanos para mí y que siempre estaré ahí.

—Gracias—volvió a decir.

— ¿Ya han hablado con Roger?—negó.

—Estoy esperando a que regrese.

— ¿Donde esta Harry?—pregunté después de un pequeño silencio.

—En el sótano, no ha salido de ahí.

Di las gracias y caminé hasta la cocina, la puerta de las escaleras hacia el sótano estaba abierta y dentro había una iluminación tenue. Baje las escaleras hasta llegar a donde él estaba, para mi sorpresa Amanda estaba con él.

Maldita hipócrita.

— ¿Harry?—dije llamando su atención, se separó de la chica y volteo a verme.

— ¿Qué haces aquí?—preguntó ella.

— ¿Estas bien?—interrogué ignorándola por completo. —Vine en cuanto recibí tu mensaje.

— ¿Mensaje?—cuestionó Amanda. Harry la miró con recelo.

—Mandy...—dije. —Este no es un momento adecuado para tus celos sin sentido. —añadí. —Creo que en estos momentos es más importante Harry que nuestros problemas y mal entendidos.

—Gracias—respondió el chico. —No entiendo cómo pudo hacernos esto—se lamentó. Amanda acariciaba su espalda.

Maldita hipócrita. Maldita mentirosa. Maldita. Mil veces maldita. Ella y su hermana habían llegado a destruir todo lo que se construyó con esfuerzo y dedicación. Ellas eran la destrucción y el engaño en persona.

—Muchas veces los hombres no valoran a las personas que los aman, y caen en las garras de mujerzuelas que no buscan más que robar y destruir. —En cuanto termine de decir esto, note como el entrecejo de Amanda se frunció, pero no dijo nada.

Resultaba bastante interesante decir cosas malas de su hermana y que no pudiera defenderla, todo por querer guardar un secreto que se descubrirá en cualquier momento.

—Quizá fue tu padre quien engatuso a la mujer—dijo después de un corto silencio.

—No, en esta ciudad abundan las prostitutas baratas que se meten con hombres casados para obtener algo de ellos. —interfirió Harry.

—No lo sé—murmuró ella. —Hay hombres que buscan a otras mujeres a pesar de que tienen una familia.

—Amanda, ¿Por qué te empeñas en defender a la zorra barata que está destruyendo la familia de Harry?—cuestioné. —Él es el chico que según tu amas, debes apoyarlo en todo.

— ¡Claro que lo apoyo!—gritó. —Es sólo que tenemos versiones diferentes.

— ¿Versiones?—preguntó Harold. — ¿Como que versiones?

—Yo me equivoque...—balbuceo. —Quise decir puntos de vista diferentes.

¿Por qué sigue mintiéndole? ¿Por qué no le dice la verdad? ¿En qué mierda está pensando?

—Harry...—dudé. Sabía que debía decirle, ella jamás lo haría y se seguiría burlando de él, debía abrirle los ojos para que se diera cuenta de lo que ella significaba, de lo que realmente era, podía hacer que Harry reaccionara y de paso aplastarla un poco más.—Lo siento mucho.

—Sentir ¿Qué?—preguntó mirándome, tenía los ojos y la nariz roja.

—Lo sabía todo—confesé. —Los he visto dos veces. La primera vez fue cuando fuimos a la farmacia por preservativos, ellos llegaron a Eugene's, yo creí que no era nada...

— ¿Por qué no me dijiste nada? ¿Hace cuánto los volviste a ver?—preguntó sujetándome de los brazos. — ¡Con un demonio! ¡Dime!

—Los vi la mañana en que salimos del "X's" y no estaban solos.

— ¿Qué? ¿Tienen hijos?—cuestionó. Negué. Amanda se veía preocupada, sus ojos se comenzaron a llenar de lágrimas. — ¿Viste quien es ella?—asentí. —Paige... Dímelo, por favor—suplicó.

—Es...

— ¡Es Tania!—gritó Amanda. —La amante de tu padre es Tania. —murmuró, Harry la veía fijamente. Ella tenía los ojos llenos de lágrimas.

— ¿Qué?

—Puedo explicarlo—intentó defenderse.

— ¿Qué vas a explicar?—pregunté. — ¿Acaso le vas a decir a Harry que ya sabías que tu hermana es la amante de su padre? ¿Qué por culpa de tu hermana la familia de Harry se está yendo al carajo?

—No lo puedo creer...—masculló. — ¿Cómo pudiste hacerme esto?

—Te dije que ella sólo traería cosas malas—murmuré antes de abrazarlo. —Te dije que solamente quería destruirnos, sólo quería jugar contigo.

—Harry, quiero que me escuches a mí—pidió intentando acercarse a él. —Yo no fui culpable de nada, Tú y yo no tenemos nada que ver en esto—dijo.

— ¡Claro que tenemos que ver!—le gritó. — ¿No te das cuenta de que tenemos todo que ver?—gritó de nuevo. — ¡Es mi jodido padre! ¡Es tu puta hermana!

—Harry, lo que ellos hayan hecho es su problema, nosotros estamos bien, yo te amo.

— ¿Cómo podemos estar bien? Amanda, me mentiste, ¿Cómo pudiste mentirme? ¿Cómo pudiste ocultarme algo como esto?—guardó silencio. —Esto jamás te lo voy a perdonar. —añadió yéndose de ahí.

—Creo que será mejor que te vayas—dije.

La Chica Mala  |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora