Capítulo 42: Lo siento.

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Punto de Vista de Harry:

Hoy se cumplen dos días desde el baile, Paige esta furiosa por el hecho de que no me haya quedado en la fiesta hasta que acabara y también porque hubiera golpeado a alguien.

En cuanto al asunto con Mandy, todavía no habíamos hablado del todo bien, después de que la rescatará de las garras de aquel imbécil, la lleve a su casa y me marché sin decirle nada, me sentía como un completo cobarde.

Lo único que he hecho en estos días es ir al "X' s" por obvias razones Paige no va con nosotros, le molesta mucho que sigamos yendo.

Pero por más mujeres hermosas que haya en ese bar, nunca, ninguna será como Amanda,  ¡Dios, la extraño tanto!

—¿Por que no vas a buscarla?—preguntó Scarlett desde la puerta.—Se nota que estas pensando en ella, ¿Por que no vas a su casa?

—¿Me estas dando consejos para que regrese con Mandy?—pregunté. Ella se encogió de hombros.—Creí que no te agradaba.

—Y no lo hace.—dijo.—pero a ti te quiero muchísimo, y si ella te hace feliz... pues trataré de hacer amistad.—sonrió.—Ahora ve y buscala, no quiero que te sigas viendo como un perdedor.

Extrañamente seguí los consejos de mi hermana menor, estaba decidido a pedirle perdón de rodillas si era necesario.

<<Sé sincero>> me dije a mi mismo.

<<No exijas una disculpa>>

Llegue a la pequeña casa notando que había varios autos estacionados frente a esta, busqué un lugar disponible y caminé a la casa, toque dos veces y la puerta se abrió. Era ella.

—¡Harry!—dijo con una expresión de felicidad. Salió de la casa y cerró la puerta.—¿Que haces aquí?

—Vine a ver como estabas—explique.

—Estoy bien. Gracias por preocuparte.—dijo con una sonrisa sincera en los labios.—¿Que tal has estado tu?

—No tan bien—explique.—Te extraño mucho. Amanda, te he echado mucho de menos.

—Yo...—balbuceó antes de morder su labio inferior.—También te he extrañado, pero...—la puerta abriéndose la interrumpió.

—Hey ¿Donde estan las palomitas?—pregunto un chico alto—¡Hola!—saludo en cuanto me vio.—¿Amigo de Amanda?

—Sí.—respondí tratando de ocultar mis celos. ¿Quien es él?

—Las palomitas están en la alacena, Ryan—explicó ella. El chico se despidió y volvió a dentro.

—¿Ryan?—pregunte.—¿Un nuevo amigo?—Ella negó.— ¿Novio?

—No.—respondió entrecerrando los ojos.—¿Estas celoso?

—N... Sí.—dije por fin.—Me gustas mucho, y no puedo soportar verte con alguien más. Te quiero y te extraño, y lamento muchísimo lo que paso por culpa de Zayn.

—Yo también lamentó mucho lo que paso. No debí mentirte.

—Ni yo. Nada de lo que haga puede enmendar ni error, jamás debí preferir ir con Paige y dejarte sola.

—¿Quieres pasar?—pregunto.

—Sólo si no interrumpo algo.

—Ryan es mi primo. Vino de Alaska para pasar unos días aquí.

—Sospecho que nos llevaremos bien—admití sonriendo. Antes de entrar la bese, necesitaba sentir sus labios, su amor incondicional, la necesitaba a ella.

Punto de Vista de Paige:

Había pasado toda la mañana con Ronan, jugamos al memorama, quise enseñarle a leer pero es muy pequeño todavía, coloreamos, cocinamos y nadamos juntos.

—¿Como esta la chica más guapa de Londres?—pregunto apareciendo por la puerta de cristal.

—No sé. ¿Por que no se lo preguntas?—dije con una sonrisa.

—No tienes sentido del humor—se quejó.

—Pero aún así te gusto.—rió.

—Tienes razón.—guardo silencio.—¿De que querías hablarme? Tu mensaje se veía muy urgente.

—Oh, si, yo...—dudé.—Necesito contarte algo. Quiero que nuestra relación sea completamente honesta y hay algo que tienes que saber.

—¡Dios mío! ¿Mataste a alguien?

—¡Trevor!—grité ahogando una risa.—¡Fui a un prostíbulo!—añadí en el mismo tono. Cubrí mi boca al darme cuenta de que había gritado semejante cosa.

—¿Que?—interrogó al borde de la risa.—¿Te gustó?

—No. Era un lugar horrible, solamente fui porque los chicos me invitaron y quería salir con ellos como hacíamos antes.

—Linda, no te preocupes por eso. ¿No dormiste con alguien, o si?

—No, creo que no.

—¿Crees?

—bebí mucho—expliqué.—pero cuando desperté estaba completamente vestida.—hubo un silencio mortal.—¿Trevor?—su semblante se endurecio.

—También tengo algo que confesarte.—dijo en tono serio.—La chica del starbucks coqueteó conmigo. Me hizo un increíble descuento de 6 dólares.—sonreí y me sentí aliviada.

—Gracias—respondí en voz baja antes de besarlo.

Estaba bastante segura de que lo quería, pero también estaba convencida de que lo que sentía por él jamás lo sentí por Harry, y me duele tener que admitir que quizá jamás le quise como se debe, quizá jamás lo he amado.

—Debo irme, mi papá quiere que lo acompañe al centro, ¿Te llamó mas tarde y nos ponemos de acuerdo para ir al cine?

—Por supuesto que si—respondí. Él se marchó.

Harry, lo siento tanto tanto tanto.

¿Podrás perdonarme alguna vez?

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La Chica Mala  |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora