Capítulo 26: Ellos.

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Punto de Vista de Harry:

Abrí los ojos lentamente, para mi fortuna me encontraba en mi recámara, llevaba la misma ropa de ayer, la cama estaba distendida y Mandy dormía junto a mí, tenía puesta un pijama de Scarlett, su cabello estaba revuelto y había algo de saliva en su mejilla. A pesar de haber dormido muy bien, no podía quitarme de la cabeza las palabras de Paige, ¿Por qué estaba haciendo esto? ¿Por qué estaba dispuesto a enfrentarme a mi padre por Amanda? ¿Qué es lo que estoy buscando?

Llamaron a la puerta. Me levante lentamente y fui a abrir.

—Sus padres lo esperan a desayunar.

—Claro, dígales que solamente me baño y bajo—pedí antes de cerrar la puerta.

La cabeza estaba que me explotaba, todo me daba vuelta y la garganta me quemaba, además de que los pies me estaban matando. Abrí la regadera y regresé al closet en busca de algo que ponerme, tome lo primero que vi y volví al baño, me quite la maldita ropa y entre al agua.

— ¿Harry...?—la escuché llamarme.

— ¡En el baño!—grité. Escuche la puerta abrirse y su figura apareció, se acercó al lavabo y echó agua en su cara. — ¿No quieres darte un baño?—Negó. —No te preocupes por la ropa, seguramente Scarlett tienen algo. —dije. — ¿Por qué no entras?—pregunté abriéndole la puerta de cristal.

—Tus padres están aquí, no es muy correcto—dijo.

—Mis padres no se enteraran—volví a decir

Punto de Vista de Paige:

Sí que fue una noche bastante intensa. No recuerdo a qué hora me fui a dormir, ni a qué hora Trevor se había marchado. Recuerdo muy bien mi platica con Harry, sé que a pesar de lo que está pasando lo quiero mucho, es decir, siempre será mi primer amor, mi mejor amigo, pero al pensar en él no siento nada como lo de antes, quizá la decepción y la tristeza aun ocupan un lugar mi grande en mi corazón, o… ¿podría ser que me estuviera enamorando de otro? ¿Así de rápido? Cuando cerraba los ojos no veía más a Harry, él ya no estaba en mis sueños, si, era un recuerdo hermoso, pero en el presente y en el futuro, no lo veía a él.

Me senté lentamente en la cama y observe a mi alrededor, como era de esperarse no estaba en mi casa, si no en la casa de los Styles, estaba sola y todo el cuarto estaba en perfecto orden, supongo estuve sola.

Me levante de la cama y fui al baño, saque mi ropa de la bolsa que había traído y abrí la llave del agua, cuando estuvo suficientemente tibia entre en ella mojándome bien el cabello, tratando de retirar los restos de fijador, espuma y confeti que me había caído ayer; Tallé mi cara con fuerza para deshacerme de los restos de maquillaje. Al terminar de bañarme salí y me puse un vestido azul marino hasta las rodillas, zapatillas del mismo color y recogí mi cabello en una coleta alta.

—Buenos días, señorita—saludó. —Los señores la esperan para desayunar juntos en el comedor.

— ¿Ya ha bajado Harry?

—No, acabo de ir a llamarlo.

—En un segundo bajo. —Respondí. Vi a la mucama marcharse y caminé hasta la habitación de Harry. Bastó con un pequeñísimo empujón para que la puerta se abriera, en el suelo estaba la ropa que traía ayer, la cama estaba vacía y del baño provenía el ruido de la regadera.

— ¡Basta Harry!—decía una voz. — ¡No me hagas cosquillas!

—Eres muy hermosa.

—Seguramente eso le dices a todas—se quejó.

—No, tú eres la chica más hermosa con la que jamás he estado.

— ¿Qué hay de Paige?

— ¿Paige? —cuestionó. En su voz pude notar cierto tono de desprecio. —Nunca, nunca jamás Paige será tan bella como tú.

—Te quiero—masculló.

—Y yo a ti—se quedó callado. —No he querido a nadie como te quiero a ti.

Estoy segura de que algo se rompió dentro de mí. Sentía las palabras arder en lo profundo de mi ser, el estómago comenzó a arderme y una extraña sensación se hizo presente en mi pecho. No era dolor, era molestia, me molestaba que fuera así con ella, me molestaba que tuvieran que mencionarme en todos sus malditos asuntos, me molestaba que hablaran mal de mí. Retrocedí en silencio hasta llegar a la puerta, cerré con cuidado y baje al comedor, donde estaban Zayn, Scarlett, Roger y Anne.

— ¡Paige!—saludo Roger. —Que milagro que te veo.

—Vengo todos los días, pero tú jamás estas. —bromeé sentándome junto a Zayn.

—Todo te quedó increíble—chilló —Mis amigas estaban muriéndose de la envidia. Todas quieren hacer sus fiestas como la mía. Gracias Paige.

—Tú sabes que te quiero mucho, así que no me des las gracias, fue un placer hacerte la envidia de todas.

— ¿Qué le pasa a Harold?—dijo Roger. —Lo llamaron hace cinco minutos y no ha bajado.

—Está ocupado—respondí. —Tiene una invitada.

— ¿Una invitada?—Preguntó Anne.

— ¡Oh sí! se quedó con Amanda McBride—informó Zayn.

— ¿McBride?—interrogó Roger. Asentí.

— ¿La conoces de algo?—pregunto su esposa.

¿Que si la conoce de algo? ¡Bah! Su hermana esta robándote a tu esposo, ¡Claro que la conoce!

—Creo que he tratado algo con su padre—mintió.

—No lo creo—anunció Zayn comiendo fruta. —Amanda es huérfana. Creo que sólo tiene a su hermana—añadió el moreno.

— ¿Cómo se llama?—pregunté en dirección a Zayn. El señor Styles estaba transpirando demasiado. ¿Nervios acaso?

—Tania, si, se llama Tania.

La Chica Mala  |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora