Capítulo 57: Yo me opongo.

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Punto de Vista de Paige:

El vuelo 2419 hacia Nueva York saldrá dentro de diez minutos, se les solicita dejar su equipaje en la cinta transportadora y comenzar a formar una fila en la terminal 4L.

-¿Tienen su boleto?-preguntó la encargada. Mostramos nuestros pasajes y nos dejó subir. Estaba tan nerviosa por tener que hacer algo como esto, jamás creí tener que hacer algo así y el hecho de pensar que dentro de diez horas estaré impidiendo una boda, terminaba por revolverme el estómago, me hacia sentir tanta ansiedad, pánico y miedo a ser rechazada.

-Todo va a salir bien-masculló tratando de hacerme sentir mejor, cosa que no funcionó para nada, no podía evitar recrear en mi mente cada escenario posible, quería estar preparada en caso de que me rechazara como había estado haciendo, no podría soportar otro golpe, otra herida. Ya era más que suficiente ver enfermo a alguien que amé tanto como para también ir en busca del rechazo y la humillación por parte de un fugaz, torpe e ingenuo amor que resultó ser también el más puro y desinteresado, aquel amor que yo tachaba de cursi fue el que más me enseño, fue el que me mostró que el amor realmente iba del desinterés hasta ver feliz al otro inclusive a costa de nuestra propia felicidad.

¿Qué le voy a decir? ¿Que dirá cuando me vea? ¿Me echará a patadas de su vida? ¿Me dejará lanzarme a sus brazos en busca de un cálido abrazo? ¿Podré aspirar la loción que me resultaba tan extraña y que ahora no dejó de oler en todo lados?

*****

Aterrizar. Aterrizar. Repito intentando calmarme, hasta ahora me he dado cuenta de que es una palabra bastante graciosa, aterrizar, seguramente estará dentro de mi lista junto con las suricatas.

Al bajar del avión un taxi nos espera, no hay tiempo que perder, saben que si demoramos un segundo más toda mi valentía terminará yéndose por las alcantarillas al igual que el agua de la lluvia, saben que daré media vuelta y no volveré jamás, que me echaré a correr hasta llegar a China y que jamás me alcanzarán.

La puerta de madera negra se encuentra en total calma frente a mi, Zuss y Harry aguardan por mi en el taxi frente a la casa. Mis manos y rodillas tiemblan por el frío y el pánico que se ha instalado en mi pecho, se que si llamó ahora no seré capaz de decir palabra alguna, quedaré como una torpe, daré media vuelta y definitivamente me iré.

Los pasos en el interior hacen que me apresure a llamar, tocó dos veces antes de que la persona del otro lado detenga su marcha, frente a mi se encuentra una niña rubia de ojos claros, tendrá como máximo 7 años, me mira de arriba a abajo deteniendose en mi bolso, mira el escudo del diseñador en él, me toma de la mano y me lleva al interior donde todo esta mucho menos gélido que afuera.

-Soy Isabelle-responde extendiendo su mano.

"Tengo cuatro hermanas" dijo. "Maison, Misha, Annabelle e Isabelle".

-Soy Paige-respondí tomando su pequeña manita.

-¿Buscas a Maison?-preguntó. No me sorprendía que pensará que buscaba a su hermana mayor, después de todo jamás me vio con Trevor.

-No, estoy buscando a Trev...-una voz a mis espaldas me silencio. Mis rodillas temblaban más que antes, estaba tan nerviosa y tenía tanto pánico.

-¡Isa, te dije que no abrieras la...!-se quedó en silencio, probablemente ya me había visto.-Vete a jugar-ordenó, la pequeña soltó mi mano y se marchó ante la orden de si hermano.-¿Qué cree que haces aquí?

-Necesitaba hablar contigo-respondí girando a verlo, llevaba puesto un elegante traje negro, seguramente el que usaría en su... El que usaría ese día.

-¿Y por qué crees que yo necesitaba verte? ¿Qué es lo que quieres de mi?-interrogó molesto.-¿Por que apareces hasta ahora? ¿Por que después de más de un año? ¡Nunca llamaste! y ¿Ahora te apareces así como así?

-Te llamé, he intentando comunicarme contigo cada día de los últimos 18 meses, he tratado por todos los medios de que me escuches, pero Maison dijo que eras feliz sin mi y yo... Sólo quise que fueras feliz.

-¿Maison?-cuestionó confundido. Asentí.

-Inclusive llame ayer antes de venir, era de esperarse que no te diera mis mensajes.

El silencio invadió el lugar.

-¡Johanna!-gritó sumamente molesto, su rostro estaba rojo de la irá ¿Dije algo malo? Una chica de cabello negro, cuerpo diminuto y rasgos asiáticos apareció ante nosotros, llevaba puesto un traje de novia, ella era la prometida.

-¿Qué te pasa?-cuestionó. Su voz, esa voz, era ella.

-¿Alguien ha llamado preguntando por mi?-preguntó dándole una mirada rápida. Negó. Maldita mentirosa.-Sabes bien que no me gustan las personas mentirosas-añadió, sentí sus palabras filosas en mi contra.

-Bueno, hubo alguien...

-¿Alguien? ¿Quién fue?

-Una chica, ha llamado un par de veces.

-¿Un par de veces? ¿No sabes cuantas con exactitud? -negó.

-Quizá, 20 o 30 veces, no lo sé.

-14, 238-murmuré. Sus ojos se abrieron al instante en que oyó mi voz. Los ojos de Trevor viajaron hasta mi y después hacia su prometida.

-¿Eras tu?

-¡Por supuesto que era ella!-gritó lleno de irá. Aunque no me estuviera gritando a mi, sentí que parte de ese alarido de coraje iba en mi dirección.-Sabías que esperaba con ansias que ella me llamara, sabias que lo único que deseaba era oir su maldita e inglesa voz, sabias que ella era todo lo que deseaba y no me dijiste que me estaba llamando.-sus ojos se llenaron de lágrimas.-¿Qué te hice?-preguntó. La chica no respondió.-¡Dime que carajos te hice Johanna! ¿Por que me odias tanto? ¿Por qué?-preguntó mientras empezaba a llorar. Me mataba verle así, de haber sabido todo lo que mi llegada desencadenaria, jamás hubiese venido, jamás habría venido a arruinarle la vida.

-¡Te amo!-chilló la chica.-Siempre te he querido y cuando me contaste lo que esta mujer te hizo yo... Me enfureci, me enfureció tanto que no haya podido valorarte, yo habría hecho cualquier cosa por ti, porque siempre estuvieras feliz.

-No, hubieras hecho todo por ti... Johanna, si de verdad me quisieras habrías dejado que yo decidiera que hacer, y créeme que te hubiera elegido a ti.

La hubiera elegido a ella, ¿Por que carajos vine? ¿Como pude arruinar la felicidad de alguien a quien digo amar? ¿Como es que puedo ser tan egoísta como para pensar solamente en mi?

-Trevor, esto no cambia nada...-escucho su voz a lo lejos conforme empiezo a irme hacia la salida, no puedo seguir ahí, no creo poder soportar el dolor y la decepción que emana de Trevor, no puedo verlo destrozado.

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Hola :)

Como sabrán la novela está por terminar :'( y yo estoy trabajando en un proyecto alejado de los fanfics y estoy en un severo dilema, ¿Quien creen ustedes o quien les gusta más Beau Mirchoff o Ansel Elgort?

¿A cual de los dos escogerían cómo novio?

P.D. Beau en la galería.

La Chica Mala  |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora