Capítulo 39: Mal aconsejado.

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Punto de vista de Harry:

—Te odio—masculló. Tenía los ojos inundados de lágrimas.

—Yo también te odio—respondí viéndola.

—No quiero saber nada más de ti. Te quiero fuera de mi vida

Punto de Vista de Paige:

Han pasado tres semanas desde la épica pelea entre Harry y la tonta de Amanda. Me alegra haber sido la causa por la cual estos pobres bastardos no estén más juntos, y me entusiasmaba todavía más el hecho de que Harry se refugiaba en mí, pero me enfurecía el hecho de saber que soy su maldita segunda opción.

—No quiero hacerte enojar—dije con cuidado. — ¿Pero no crees que es hora de hacer algo más que pensar en ella?

— ¿Algo como que?—pregunto levantando la cabeza. Tenía los ojos rojos y el ceño fruncido. Me hartaba escucharlo llorar.

—No sé... ¿Quizá salir con alguien?—sugerí. —Ir a un bar, salir con tus amigos, buscar chicas. Cosas como las que hacías antes.

—No estoy de ánimos para ir a buscar mujeres, Paige, ¡Le dije puta!—gritó. Rodé los ojos y suspire.

Harold Styles es patético.

—Y es una palabra horrible. ¿Pero tú crees que ella está sentada en un rincón de su cuarto llorando por ti?—pregunté captando su atención. —No. —respondí frunciendo el entrecejo y moviendo la cabeza de lado a lado. —Probablemente está paseando por ahí con cuanto imbécil la invite.

— ¿Tú crees?

¿Tan fácil es influenciar a este chico? ¡Pobre Harry Styles!

— ¡Por supuesto! Esa chica no es una santa. —dije. —Es igual de zorra que su hermana.

— ¿Su hermana?—interrogó. ¡Mierda!— ¿Conoces a su hermana Tania?

—Trabaja para mi padre en el hospital—excusé. —Y sé que Amanda no está llorando por ti.

—Tienes razón. ¿Por qué no salimos de fiesta?

— ¡Ahí lo tienes! ¡Ese es el ánimo que quiero ver!

Harry se fue a su casa para darse un baño y vestirse correctamente, llamar a los chicos y organizar toda la salida.

Pasamos por ti a las 8:30, Zayn conoce un bar excelente.

H.

Llegado el mensaje corrí a darme una ducha, alacié mi cabello, mi maquillaje era bastante presuntuoso y mi ropa no era más que una falda de mezclilla hasta arriba de las rodillas, una blusa de tirantes y lentejuelas combinada con una chaqueta de mezclilla y zapatos altos.

— ¿A dónde vas tan guapa?—preguntó Marianne. Quien había vuelto con Ronan dos días después de que mi madre se fuera.

—Me invitaron a una fiesta. Papá ya me había dado permiso.

—Entonces diviértete. No bebas, y si lo haces no conduzcas, ¿Está bien?

—Por supuesto. ¡Nos vemos más tarde!—me despedí en cuanto escuché el claxon.

Al llegar al bar pude notar las miradas lascivas que caían sobre los chicos, mujeres viéndolos por todas partes y a ellos les encantaba toda esa atención.

— ¡Vamos por unos tragos!—gritó Liam entre la multitud.

— ¡No!—respondió Zayn. — ¡Este no es el lugar adecuado!

La Chica Mala  |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora