La Chica Mala |H.S|

Capítulo 33: Siete segundos de tranquilidad.

Punto de Vista de Paige:

-Creo que no le agrado a tu hermano-masculló viéndolo. A pesar de que Roni estaba jugando con sus amigos cada y cuando le dedicaba una mirada amenazadora a Trevor, y no era para menos, si no nos habíamos despegado ni un segundo.

-Cree que aún estoy con Harry-expliqué.-Va a ser muy duro para él.

-Me imagino que no tanto como para ti, entiendo por lo que estas pasando y te ofrezco mi apoyo.

-Eres un buen amigo-dije.

-¿Ya somos amigos?-asentí.-He estado pensando en mostrarle a tu hermano mi gran don con las marionetas.

-¿Marionetas?-pregunté.-Eres algo así como un ventrílocuo?-Asintió.

-Debes creer que soy un perdedor.

-Por supuesto que no, es muy dulce.

****

Las cosas no estaban saliendo del todo bien para mí, Harry y la estúpida esa estaban juntos de nuevo, lo peor del caso era que mi cabeza estaba en blanco, completamente seca, no se me ocurría ningún tipo de maldad con la que pudiera joder la existencia de ambos bichos asquerosos, y eso me hacía sentir frustrada, llena de ira e inundada de coraje, necesitaba idear algo con lo que pudiera hacerlos pelear y necesitaba hacerlo ya.

-Relájate-pidió.-Se te van a marcar las líneas de expresión.

-Cállate, por favor-Sugerí. -Sabes que estoy en graves problemas.

-Oh, sí... ya recuerdo, tu pozo de maldades se está secando.

Y así han pasado alrededor de siete semanas. Tiempo que me he dedicado a mí misma y a mi familia, justo ayer acababa de cumplir 6 años mi pequeño hermano, la fiesta había sido increíble y más de una persona quedo impresionada por el evento, aunque fue algo pequeño, privado y sencillo, no dejaba de ser elegante.

Además de la fiesta de Ronan, mi padre invito a cenar con nosotros a su nueva novia Marianne, una mujer de Los Ángeles, dos años menor que él, abogada de profesión e increíblemente brillante y aventurera, me agradaba porque hacía que mi papá sonriera con más frecuencia, sus ojos se veían más brillantes y casi siempre estaba alegre.

Últimamente me he sentido bien sin dedicarle mi tiempo y pensamientos a Harry, he tenido oportunidad de conocer más personas y acercarme a las ya conocidas, por ejemplos mis amigos y Trevor.

-Paige-llamaron del otro lado de la puerta. Inmediatamente puse en silencio la computadora. -hija, ¿puedo pasar?

-Ya estas adentro- bromee viendo que estaba parado justo frente a mí. En su mano izquierda tenía un sobre azul celeste con el escudo de la universidad de Harvard.

Estimada Señorita Bradbury.

Nos complace anunciarle que ha sido aceptada en nuestra prestigiosa casa universitaria.

Su puntaje final en el examen de admisión se encuentra en el sitio número 10 de los 100 mejores puntajes de este ciclo escolar.

Estaremos encantados de recibir a una persona tan talentosa y entusiasta como parte de nuestra familia universitaria.

Simonne Maxwell

Rector.

-Y... ¿Qué dice?-preguntó mi padre desde su lugar.

-No me aceptaron-mentí.

-Lo siento, hija- se disculpó. -Podría hacer unas cuantas llamadas...