Capítulo 55: I'm Not Ready For This.

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Punto de Vista de Paige:

—Iré sólo porque parece lo más sensato—respondo viéndolo. Ha estado insistiendo tanto que decirle una vez más "No" sería algo sumamente cruel de mi parte, ya tenía suficiente con la enfermedad, cómo para que yo no pudiera hacerle ni un mísero favor.

—¿Por qué tu vuelo tiene destino en Nueva York?—preguntó. Entonces me di cuenta de que revisaba mi bolsa.

—¡Oye!—me quejé quitándoselo de la mano.—Creí que tu mamá te enseñó a no meter la mano en cosas ajenas.

—Pues no me enseñó muy bien, he metido esta mano en más lugares de los que puedo recordar.–bromeó alzando una ceja.

—Eres un tonto.

—Todavía no me respondes—recordó.

—Iré a verme con Zuss—mentí.—No porque siempre me veas muy feliz quiere decir que no la extraño.

—Si, debes estar fastidiada de mi.

—Si, eres un dolor insoportable en el trasero.

(...)

¿En que momento me convertí en esto? ¿En que momento pasé de ser Paige Bradbury a ser  una acosadora? ¿En que momento había tomado la decisión de seguirlo? ¡Dios! ¡Soy una tonta! ¿Qué estará pensando el anciano del taxi de mi? Seguramente cree que soy una de esas obsesionadas que acosan a alguien que no gusta de ellas, seguramente cree que soy una acechadora o una psicópata planeando su próximo crimen, aunque ni toda la culpa y el remordimiento pueden quitarme esta agradable sensación de verlo. Luce tan feliz jugando básquetbol con sus amigos, se ve tan alegre.

Aunque en mi mente predominan aquellas imágenes de un Trevor solitario, triste y devastado por mis mentiras, la imagen que la vida me regala en estos momentos ayuda a que la anterior comience a dispersarse, pero no así la culpa, la culpa no se va, jamás se irá, me golpea todos los días en la cara y aunque es molesta tengo que aprender a vivir con ella, porque sé bien que no podrá perdonarme nunca.

(...)

Roe # 346  Chittenden Vermont

La dirección parecía ser la correcta, pero no se parecía para nada a lo que Harry dijo, según él, la casa era grande, tan grande que podía haber una granja en el jardín, esto, sin embargo, era tan pequeño que a simple vista era del mismo tamaño que nuestra cochera.

Llamé dos veces al destartalado timbre, no transcurrieron ni cinco segundos antes de que la puerta se abriera, una chica rubia de ojos cafés y cara pecosa salió en mi encuentro.

—Hola—saludé. La chica me miró de arriba a abajo deteniendose en mis zapatos y después en la bolsa.

—¿Que quiere?—preguntó hostil.

—Me dijeron que Amanda McBride vive aquí, soy una vieja amiga de Londres.

—Claro, pasa—respondió dejándome pasar. El interior de la "casa" no era mucho mejor que por fuera, las paredes tenían un horrendo papel tapiz, los muebles se veían un poco descompuestos, no sé como alguien puede soportar vivir así.—Siéntate si quieres, iré a buscar a Mandy.

La chica se internó por un angosto pasillo, los pisos crujian y el olor a humedad era insoportable.

Me es tan triste considerar que yo fui quien la empujó a este infierno, que yo hice que se peleará con su hermana, pero de no haberlo hecho todo seguiría igual, Harry estaría siendo engañado, Anne estaría siendo utilizada, Scarlett decepcionada y Roger saliéndose con la suya, como siempre.

—¿Una amiga?—preguntó en voz "baja".

—No lo sé, es castaña, buena ropa, zapatos caros.—¿Es lo único que pudo ver de mi? ¿Mi ropa y zapatos fue lo único que le importó?

—¿Paige...?—preguntó temerosa. Mis ojos vagaron por todo el lugar hasta encontrarme con los suyos. Había algo extraño en ella, algo que me fue imposible de detectar hasta que vi su abdomen abultado.

—¿Estás embarazada?—la pregunta la sorprendio por completo, inmediatamente bajo una de sus manos para cubrirse el estómago.—Estás embarazada de Harry—afirme.

—Yo...—intentó decir.

—Él te embarazó.—me repetí. Intentaba hallar una repuesta a esto, las fechas parecían coincidir, la última vez que Harry y Amanda se habían visto era ya hace siete meses, ella por lo menos tenía seis, ¿Cómo es que no le había dicho nada? ¿Acaso no pensaba contarle? ¿No iba a hacerle responsable de sus actos?

—No se lo digas—pidió.—Por favor no le digas nada.

—¿Qué? ¿Por qué no? Tiene derecho a saber que tendrá un hijo, y tu tienes derecho a vivir en algo mejor que esto.

—No es tan sencillo...

—A mi me parece que si lo es, sólo debes decirle, él entenderá y te juro por Dios que se hará responsable.

—No, no entiendes—suspiró.—No estoy lista.

—¿Para qué? Amanda ¡Vas a ser madre! Y esto no lo hiciste tu sola.—me quejé señalando su vientre.

—Ya sé que no, pero...—dudó.—No quiero que mi hijo crezca en el mismo ambiente que ustedes, no quiero que le de más importancia a las posesiones de la gente antes que a sus sentimientos, no quiero que crezca pensando que debe ser perfecto en todo lo que hace, no quiero que crezca en un mundo de hipocresía.

—Has hablado de todo lo que tu no quieres, pero ¿Has pensando en Harry? ¿En lo que él quiere?—asintió.—Él quiere estar a tu lado, quiere que estés con él, cuando me ve se que realmente esta harto de que este ahí, él espera por ti. Esta esperando que vuelvas.

—Y lo haré... Cuando esté lista.

La Chica Mala  |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora