Capítulo 1

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"La muerte hace ángeles de todos nosotros y nos da alas donde antes teníamos sólo hombros

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"La muerte hace ángeles de todos nosotros y nos da alas donde antes teníamos sólo hombros... suaves como garras de cuervo".

— Jim Morrison

NARRA ASHLEY

Oigo cómo las gotas de lluvia, suaves y frías, caen sobre el tejado de mi hogar.

Observo el café caliente que tengo sobre la pequeña mesa de luz que se encuentra junto a mi cama. A pesar del frío, conserva su calor. El aroma a café se impregna en toda mi habitación y hace que me relaje.

Ha sido una semana dura. No sólo por el colegio, que es más bien una cárcel, sino también por lo que todos los noticieros, incluso revistas e internet están hablando.

Un asesino. ¿Pueden creerlo?

La primera víctima apareció hace tan solo veintitrés horas en el valle del pueblo. Una adolescente que acudía a mi instituto. Yo no la conocía pero me dio pesar saber que ha muerto de una forma tan... horrible.

Garganta cortada. Aún no se sabe si se usó un cuchillo, navaja, hacha o cualquier otro elemento punzante. Pero... ¿Qué importancia tiene eso ahora? Han atrapado al asesino.

Un joven también de mi instituto -que buena racha tendremos ahora por ahí, eh- que sí conocía.

No puedo creer que él haya sido capaz de eso. Bueno, en realidad nadie puede creerlo.

No soy una persona católica, pero confío en que cuando alguien bueno muere, su alma viaja por los lugares más puros del universo protegiendo a aquellos que aún siguen en la tierra.

Estoy tan concentrada oyendo la lluvia caer que me sobresalto cuando mi celular comienza a vibrar en el bolsillo de mi jean. Lo agarro y leo el nombre de la persona que me llama: Melany.

Ella y yo hemos sido mejores amigas desde que tengo memoria, a pesar de ser muy diferentes.

Ella es lo que la gente consideraría "una persona muy extrovertida" o "perra".

Ha estado con más chicos de los que puedo recordar y tiene muchos enemigos. Pero, no es raro que la gente juzgue sin conocer, ¿verdad? Bueno, eso es lo que hacen con Melany.

Si la conocieran... si se tomarán el tiempo de intentar ver qué es lo que hay en su enorme corazón, se darían cuenta que es la mejor persona que puede existir. Cuando quiere, puede hacerte sentir muy mal, pero otras veces, puedes sentirte especial. La persona más especial del mundo.

Solo ella es capaz de lograr eso.

Contesto y su voz delicada me responde.

—Imagino que iremos a la fiesta de esta noche, ¿verdad?—dice, canturreando. Ama las fiestas, aunque claro, eso deben haber notado cuando di su descripción.

Me miro en el espejo: mi cabello rojizo no está para fiestas. Está enmarañado y las ojeras que se encuentran debajo de mis ojos verdes, piden un descanso.

—¿Irá Alex?—pregunto con interés, aunque en realidad, no sé por qué lo hago puesto que ya he decidido que no iré

—Sí. — responde secamente.—¿Ustedes no han terminado? —agrega y oigo un sonido extraño que proviene de la cocina.

No soy capaz de responder. Me quedo helada junto a la puerta de mi habitación. Pego la oreja a la misma y otra vez oigo un ruido.

No es posible. Estoy sola en casa. Mi madre ha salido con su pareja y mi padre ya no vive aquí. Solo viene a visitarme los domingos. Hoy es viernes.

—Te llamo luego, Mel. —le digo y sin esperar respuesta, cuelgo.

Abro la puerta de la habitación y salgo. Me paro junto a las escaleras y observo lo poco que mi vista puede apreciar del piso de abajo.

—¿Papá? —digo, aunque sé que si él estaría, ya hubiera subido a mi cuarto cantando una canción de The Beatles.

Bajo las escaleras, agarro un florero de vidrio que está en una mesa del living y me dirijo hacia la cocina.

Nada. No hay nadie y tampoco hay rastros de que haya habido alguien.

¿Me estaré volviendo loca?

Un ruido se oye. Está vez viene del porche. Me acerco a la puerta de entrada y miro por la mirilla. No hay nadie.

Siento un escalofrío en el cuerpo y los vellos de mi brazo se erizan.

Entonces, mi celular comienza a vibrar.

Sonrío pensando que a lo mejor es una broma de Melany y atiendo, pero al oír la voz que me responde del otro lado, la sonrisa se me borra por completo.

—¿No crees que las niñas no deberían estar solas en casa?—dice alguien, no puedo distinguir si es mujer o hombre, la voz está muy distorsionada.

—¿Quién es? —pregunto, temblando.

—Toc, toc.—me responde y en ese mismo momento, suena el timbre.

Mi corazón deja de latir y clavo la vista en la puerta blanca de madera que está frente a mí.

El timbre suena nuevamente y mi pecho sube y baja rápidamente.

—Más vale que abras. —me aconseja la terrorífica voz. —No me gusta que me hagan esperar.

Apoyo la mano en el picaporte y sé que tengo que abrir. ¿Quién puede ser?

Estoy segura de que es Alex, ese cabrón que quiere recuperarme. ¿Cree que esta es la forma? Pobre.

Sin siquiera pensar en lo que hago, sin siquiera intentar llamar a Alex primero, abro la puerta de un tirón.

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Ojalá les guste!

Lamento que el primer capitulo sea corto pero es como una introducción, prometo que conforme avance la historia, serán mas largos y aparecerán mas personajes.

Comenten y voten así me ayuden a que mi historia prospere... gracias♥







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