Capitulo 13

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"La muerte se lleva todo lo que no fue, pero nosotros nos quedamos con lo que tuvimos

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"La muerte se lleva todo lo que no fue, pero nosotros nos quedamos con lo que tuvimos."

—Mario Rojzman.

NARRA ASHLEY

Busco en internet la prisión más conocido de Youngtown. Es allí donde encerraron al chico sospechoso de asesinato que iba a mi instituto.

No sé si él es inocente. Puedo que sea un asesino pero, lógicamente, no es quien está matando a mis amigos. Siento que él puede ayudarme a descubrir quien se encuentra detrás de la máscara de bufón. Quizá no sepa quién es, pero puede que tenga alguna idea o algún indicio.

Lo último que se pierde es la esperanza, ¿no es así?

Abro una página en internet y me anoto en un papel pequeño todos los datos de la prisión, principalmente la dirección. Podría llamar y pedir hablar con el chico pero prefiero hacerlo personalmente. Además, tengo algo personal en contra del asesino: ha matado a mis amigas y a Alex. Parece que haber discutido con el Sheriff ha agilizado las cosas puesto que toda la policía de Youngtown está en busca del cuerpo de Alex. 

Cierro la página y me dispongo a bajar a la cocina.

Mi madre está aquí, cocinando sus riquísimos huevos revueltos.

—¿Vas a desayunar aquí?— pregunta con una sonrisa al verme.

Me da pena decirle que no. Ella cocina raras veces y, bueno... ha hecho huevos revueltos con panceta. No puedo rechazarlo. Asiento y me siento en la silla. Ella se pone frente a mí y me sirve un plato. Luego, se sirve para ella.

Como lo más rápido que puedo. Quiero ir y volver de la prisión sin levantar sospechas, sin que nadie se entere.

—¿Qué harás hoy?— pregunta mi madre.—Es sábado. Tienes que divertirte.

Uf, sí. Ir a la prisión a hablar con un supuesto maniaco es muy entretenido. Sin duda alguna, pasaré el mejor de mis sábados.

Le respondo que aún no lo sé, que es posible que pase la tarde en el shopping con Melany, Alissa y Kiara.

—Muy bien.— replica.—Pero tengan cuidado. Ese asesino aún sigue suelto.

Vuelvo a asentir. Seré muy cuidadosa. Además, el asesino no puede estar en todas partes. Dudo que sepa que iré a la cárcel si ni siquiera yo misma lo sabia hasta hace unas horas.

Me despido de mi madre y salgo de casa.  En ese mismo momento, suena el celular. Es Melany.

—¿A dónde estas yendo?— me pregunta y me quedo paralizada. ¿Cómo demonios sabe que estoy yendo a alguna parte?

Antes de responder, me doy vuelta y ahí la veo, caminando hacia mi. Maldición.

Nos saludamos y me cuenta que es una casualidad. Ella salió de su casa con la idea de venir a la mía para pasar la tarde tratando de resolver los crímenes. Bueno, eso es bueno: Melany quiere hacer lo mismo que yo. ¿Por qué no ir a la cárcel con ella?

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