Capitulo 29

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"No se muere quién se va, solo se muere el que se olvida

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"No se muere quién se va, solo se muere el que se olvida. La muerte al fin y al cabo va tan segura de ganar que de ventaja te da un vida".

—Canserbero

NARRA ASHLEY

El ambiente del ático se torna incluso más frío y aterrador luego de oír el sonido de la puerta al cerrarse. Lógicamente que no se ha cerrado sola o por el viento, alguien nos ha dejado encerrados. Pero ahora la cuestión es... ¿el asesino está afuera o adentro? ¿Está aquí con nosotros o ya está bien lejos, huyendo?

Trago saliva y me hace doler la garganta. Un nudo de angustia se forma en mi estómago y no puedo evitar soltar unas lágrimas. No me preocupa demasiado estar encerrada aquí, supongo que si estuviera sola, estaría aterrada pero por suerte estoy con algunos de mis amigos. Lo que me angustia es que Richard esté muerto.

Él ha sido uno de los últimos en integrarse a nuestro grupo pero se hizo querer en poco tiempo.

No puedo creer que esté muerte, no puedo aceptarlo.

Miro hacia atrás y veo que Alissa se arrodilla frente a él. Camino hacia ella solo para comprobar que unas cuentas lágrimas se deslizan por su rostro y caen suavemente sobre la madera gastada del suelo. Mira a Richard y puedo sentir como su corazón se quiebra.

Melany se agacha también y la abraza.

—Era una buena persona y un buen amigo.— dice Melany con un nudo en la garganta. Las palabras le salen entrecortadas y se nota en su voz que está temblando.—Lo siento tanto, Richard.— esta vez habla mirando a nuestro amigo asiático.

Observo el cuerpo: tiene dos tijeras de podar clavadas profundamente en el pecho, justo al lado de la zona donde se encuentra el corazón. No puedo evitar sentir un escalofrío cuando noto que ambas tijeras son de mi propiedad. Son unas tijeras que utilizaba mi padre para cortar las malezas que crecían cerca de la casa. ¿Cómo pudo el bufón haber entrado al galpón donde estaban guardadas sin siquiera ser visto? Todo esto ya me está dando mala espina.

Comienzo a presentir que es alguien que está mucho más cerca de lo que creía.

Me vuelvo hacia William y Patrick y ambos miran el cuerpo de Richard con tristeza, dolor e impotencia. Reconozco esa última mirada, pues yo también suelo tenerla: están furiosos por no haber podido hacer nada al respecto. Yo me siento así desde ya hace tiempo.

—Es solo que...—murmura Alissa y hace que me gire hacia ella.—Me hubiera gustado haberle prestado más atención.

La entiendo. Sé a lo que se refiere. Richard se la pasó sus últimos tres años tratando de conquistarla y Alissa no hacía más que rechazarlo y decirle una y otra vez que solo eran amigos. Se siente culpable, pero, ¿quién podría haber sabido que esto terminaría de esta forma?

Cadena de homicidiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora