Capitulo 34

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"Las lágrimas derramas por otra persona no son un signo de debilidad

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"Las lágrimas derramas por otra persona no son un signo de debilidad. Son un signo de un corazón puro."

—José. N. Harris

NARRA MELANY

Abro los ojos al escuchar el ruido de una puerta abrirse. El viento que ingresa me golpea el cabello y azota mi rostro haciéndome sentir el frío que hace fuera.

Me duele el cuerpo, tengo hambre, me siento cansada y débil. No sé hace cuánto tiempo estoy aquí debido a que me la he pasado inconsciente, solo recuerdo ver cuando el asesino le cortó el pie a Bianca. Fue algo traumático. Ya no me queda duda de que el asesino es alguien que está muy mal de la cabeza, y más allá de la venganza que quiera hacer contra mi padre, me odia por más razones. Además...¿Involucraría a mis amigos solo para verme sufrir a mí? Creo que hay muchas más cosas detrás de todo esto.

Me sacudo un poco y me horrorizo al ver que estoy atada. También tengo una venda en la boca por lo que no puedo hablar ni tampoco respirar con facilidad.

Un recuerdo fugaz aparece en mi mente: hace no mucho, Alex estaba frente a mí, también atado y herido. Ahora no está. ¿Será que el asesino se lo llevó? De solo pensar en eso se me acelera el pulso.

Fuerzo los ojos para ver lo que sea que se encuentre adelante de mí y veo el pie de Bianca en el suelo. Se me erizan los vellos del cuerpo y mis ojos se cristalizan.

Vuelvo la cabeza hacia la izquierda y ahí veo a Bianca; está acostada en el suelo, llorando en silencio. Ojalá nada de esto hubiera pasado, ninguno de los tres merecemos estar aquí y en esta situación.

Comienzo a soplar la venda para intentar quitármela de la boca pero es bastante difícil. De todas formas, sigo intentando.

Me pregunto si mis amigos ya habrán notado que desaparecí. Dudo mucho que mi padre lo haya hecho debido a que está todo el día matando gente, digo... trabajando, pero sí les tengo fe a mis amigos. Además, supongo que la familia de Bianca también debe de estar buscándola.

Confío en que nos encontraran pronto, pero tan solo espero que nos encuentren con vida. A los tres.

Siento una punzada en el pecho al pensar en eso puesto que no sé dónde diablos está Alex. Estaba aquí antes de que me desvanezca por milésima vez, y ahora simplemente desapareció. Solo espero que siga con vida...

Oigo el ruido de otra puerta y allí veo al bufón acercándose a mí. Fijo mi mirada en sus manos y me permito respirar un poco al notar que no trae ningún cuchillo ni nada con lo que pueda asesinarme.

Se detiene justo frente a mí y me mira fijamente. Al sentir su mirada clavada de mí, comienzo a temblar. Está persona está realmente loca, nunca se sabe lo que puede llegar a hacer.

Se agacha para quedar a mi altura, cara a cara, y mantiene la vista en mí. No puedo sostenerle la mirada, estoy realmente aterrada y temo que si lo hago, piense que quiero desafiarlo y empeore toda la situación.

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