El pueblo de Youngtown (Arizona) está en peligro: un asesino mata a diestra y siniestra a los habitantes.
Cuando un joven del instituto de Ashley Emmerson es detenido por haber sido declarado culpable se cree que la pesadilla ha terminado.
Pero no e...
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"La muerte es una vieja historia y, sin embargo, siempre resulta nueva para alguien."
—Iván Turguénev
NARRA ASHLEY
Mi instinto me ordena correr pero mi cuerpo no reacciona. La persona encapuchada está cada vez más cerca y soy incapaz de hacer algo.
No me muevo, no respiro, no parpadeo. Estoy quieta. Sumamente sumergida en la máscara de esta persona. No puedo dejar de mirarla puesto que es muy llamativa.
Algo brillate y afilado que lleva en la mano me hace reaccionar: un cuchillo.
Me doy media vuelta y comienzo a correr sin mirar atrás. Antes de doblar por una calle, arrojo la pizza por el aire para poder ir más rápido.
Giro la cabeza y lo veo. Viene detrás de mi corriendo muy velozmente.
Se me enfrían las mejillas y los labios se me paspan. El viento helado me pega en la cara y me despeina. La campera de abrigo que llevo puesta me impide correr más rápido.
Siento los musculos tensos y las piernas temblorosas. Mi corazón está bombeando más sangre que nunca y mi cerebro ya no piensa.
Ya no es él quien realiza la función de pensar. Mi cuerpo corre solo, no sé dónde voy y tampoco a dónde ir. Solo corro con la esperanza de encontrar alguna ayuda muy pronto.
Lo peor de todo es que me encuentro en un barrio que no conozco y no hay nadie por la calle.
¿Justo hoy tenían que ponernos en detención en el colegio? Siempre salimos mucho más temprano pero hoy nos castigaron por dos horas porque Patrick puso pegamento en la silla de la profesora de Geografía.
Salir del instituto de noche, no es una de las mejores cosas que te suceden en la vida. Todo lo contrario.
Giro en una calle que no tengo la menor idea qué es y me encuentro encerrada en un callejón.
¡Maldición!
Ahora no puedo volver atrás porque el asesino solo estaba unos pasos detrás de mí. Miro todo rápidamente sin siquiera analizar mucho y me escondo detrás de un bote de basura metálico bastante alto. Me quedo muy quieta y trato de no provocar ruido alguno. Levanto la vista y veo al demente enmascarado ingresar al callejón.
Pasa por delante de un enorme contenedor de basura y se fija si estoy dentro. Como no me ve, sigue hacia adelante.
Estoy justo a su lado pero estoy tan silenciosa que no me ha visto.
Frena en seco al ver otro contenedor. Repite el proceso. Vuelve a analizar todo.
Dejando el miedo un poco atrás, trato de enfocarme en su figura para tratar de descubrir su sexo y la altura. Quizá pueda deducir quién es, si es que lo conozco.
