El pueblo de Youngtown (Arizona) está en peligro: un asesino mata a diestra y siniestra a los habitantes.
Cuando un joven del instituto de Ashley Emmerson es detenido por haber sido declarado culpable se cree que la pesadilla ha terminado.
Pero no e...
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"He visto mi propia muerte en sueños y me ha ayudado a apreciar más la vida. También he visto mi vida en sueños y me ha ayudado a apreciar más la muerte."
—Marilyn Manson
—Una semana después—
NARRA MELANY
Todo salió bien. Mi rostro solo tenía pequeños tajos debido a las ventanillas que explotaron pero no sucedió nada malo.
Liam se esguinzó la muñeca por un mal movimiento y tuvieron que enyesarlo. Sacando aquellos temas menores, damos la gracias por estar vivos.
Recuerdo lo que sentí cuando el auto comenzó a dar vueltas por el suelo. Una adrenalina y miedo único que solo había sentido cuando era perseguida por el asesino en la escuela. Mi padre, que ha venido a visitarme, me ha dicho que él nunca envió ese mensaje. Todo era una trampa del maldito asesino para provocar el accidente. De todas formas, no le salió como esperaba. Ambos estamos vivos.
En toda esta semana, el asesino estuvo tranquilo. Nadie recibió mensajes o llamadas y tampoco hubo más muertes. ¿Se habrá rendido por fin?
Ahora me encuentro en mi casa junto con mis amigos. Lo único malo que realmente ocurrió fue que tuve que posponer la fiesta de cumpleaños para que las cicatrices de mis rostros se curen y la muñeca de Liam mejore. Hoy es sábado y por fin haré esa fiesta.
Cuelgo globos y guirnaldas tanto en las puertas como el las ventanas. Mientras tanto, Ashley, Alissa y Kiara preparan las bebidas alcohólicas y las guardan el freezer. Observo el reloj: las 19:30 hs. He citado a todos a las 20:30 hs. Tenemos que apurarnos un poco más.
—¿Necesitas ayuda con eso, Rubia?— pregunta William mientras me sostiene la silla que me sujeta mientras cuelgo los globos.
Sacudo la cabeza.
Cuando termino, veo cómo Liam viene hacia mi dirección con un pequeño paquete en sus manos cubierto por un envoltorio dorado. Me bajo de la silla, corro hacia él y lo beso.
—No hagan eso delante de mí.— dice William.— Me dan ganas de vomitar.
—Deja tus celos un poco de lado.— replica Alissa entrando en la habitación y William la fulmina con la mirada.
Abro el regalo de Liam y quedo encantada: un precioso collar que dice mi nombre con pequeñas piedras brillosas. Me lo pongo en el cuello y vuelvo a besarlo.
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La fiesta está fuera de control. Toda la gente está bailando, cantando, saltando, bebiendo. Algunos, a pesar de ser otoño, se han metido a la piscina y mojan todo el suelo de mi casa. No me importa, ya me ocuparé de eso. Ahora solo hay que divertirse.
Ashley ha invitado al Sheriff alemán puesto que hoy era su día libre. Los miro de reojo mientras están bailando. ¿No pasará algo entre ellos? Sonrío pícaramente.
