Capitulo 15

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"La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene."

—Jorge Luis Borges

NARRA ASHLEY

No puedo creer lo que mis ojos están viendo. Delante de mí está el cuerpo de Alex, pero... vivo.

Me quedo muy quieta, incapaz de moverme o pronunciar palabra alguna. El alemán se gira hacia mí y noto que está casi tan sorprendido como yo.

Alex. Está vivo.

Supongo que el asesino solo quiso torturarme con aquella foto, estaba editada o algo así.

Esa foto no era real. La muerte de Alex no era real. Está vivo justo delante de mí.

Está dentro de una bolsa negra muy grande, de esas que siempre meten los cuerpos de los difuntos, con una venda en la boca y muy asustado.

Corro hacia él con lágrimas en los ojos y le quito la venda con brusquedad debido a mi desesperación. No puedo creer que este vivo. Siento, de repente, una felicidad indescriptible en mi cuerpo y me olvido de con quienes estoy y donde. Nada me importa, salvo Alex.

Cuando le quito la venda, respira con dificultad. Está golpeado y se nota que ha estado encerrado por bastante tiempo. Ni siquiera soy capaz de imaginar todo el horror que padeció en manos del psicópata.

Lo ayudo a salir de la bolsa y descubro que también tiene los pies atados con una soga. Lo desato con facilidad y lo abrazo fuertemente. Con desesperación y pasión.

No creí que seria capaz de verlo de nuevo, de tocarlo y abrazarlo.

Me separo de su cuerpo y nos vemos a los ojos. Un impulso me nace repentinamente y lo beso. En los labios.

Siento sus labios cálidos sobre los míos y sonrío. Jamás pensé que sentiría esto de nuevo.

Nos separamos y vuelvo a abrazarlo con ganas.

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El viaje de vuelta hacia el hospital se me hizo mucho más lento que el viaje de ida al galpón. Yo supongo que fue por el temor y la preocupación acerca de Alex.

Apenas lo encontramos, nos subimos a la camioneta y arrancamos hacia el hospital más cercano. Si bien no encontramos muchas cosas, encontré lo más importante para mí.

Richard, Patrick, William, Liam, Melany, Alissa y Kiara están aquí conmigo, haciéndome compañía. Todos me miran con cautela, no saben qué decir. Los entiendo: no es fácil manejar una situación así.

Alex estará bien, eso es lo que dijo el médico. Solo se tendrá que quedar a pasar la noche para que le revisen los golpes y lo hidraten. Estaba deshidratado.

A pesar de todo, estoy feliz de tener a Alex aquí, conmigo.

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NARRA MELANY

Vuelvo a casa junto con Liam sin decir ni una palabra. Aún estoy conmocionada por haber encontrado a Alex en el galpón. Podía esperar cualquier cosa sobre ese lugar, pero... ¿encontrarlo a él? Sin duda es algo que no tenia en mente. Otra cosa que jamás me imaginé fue que vería a Liam allí. Tengo que admitir que fue muy sospechoso encontrarlo allí pero él ya explicó todo. Le creo.

Cuando llegamos a mi casa, paramos en la puerta.

—Gracias por acompañarme.— le digo.

Él me mira y me sonríe.

—Fue un placer.— dice, se acerca a mí y me da un beso en la comisura del labio. Retrocedo, sorprendida.

Nunca espere que Liam de este paso. Siempre soy yo la que besa a los chicos primero. Si bien no fue un beso apasionado, ha sido... magnifico.

Me pide disculpas y yo le resto importancia con la mano. Camino hacia él, envuelvo mis brazos alrededor de sus hombros, y lo beso con ganas. Cuando nos separamos, me mira con una gran sonrisa.

—Nos vemos luego.— le digo, entro a casa y cierro la puerta.

Entro en la cocina y activo la alarma, con todo esto que ha pasado últimamente me da miedo estar sola. Mi padre "trabaja" día y noche y no puede acompañarme.

Mi hogar está muy silencioso, demasiado y me hace dar escalofríos. Decido encender la tele y me la quedo viendo un rato. Justo antes de apagarla, pasan una noticia que capta mi atención: "Ayer por la noche alguien ha irrumpido en el centro de estudios de Youngtown y han desaparecido todas las muestras de cabello que estaban para analizar. La policía está investigando profundamente en el caso. ¿Quién se llevó todas las hebras de cabello y por qué? Esas son algunas de las preguntas que merodean la mente de los habitantes del pueblo, aún sin respuesta."

Me quedo mirando la televisión quita, creo que ni siquiera respiro.

La muestra de cabello que encontraron en mi casa ha desaparecido. Si el asesino se la llevó, eso solo quiere decir una cosa... tiene cabello marrón.

Ahora... ¿cómo sabremos quién demonios es? ¡¿Cómo pudo habérsela robado sin que nadie vea nada?!

Justo cuando ese pensamiento entra en mi mente, me suena el celular. Tengo un mensaje.

Lo abro y lo leo: "Estuvieron muy cerca de descubrirme. Por suerte, siempre estoy un paso delante de ustedes."

Trago saliva preocupada. El mensaje me llega justo después de ver la noticia, ¿eso quiere decir que el asesino me está espiando ahora mismo?

Guardo el celular, trabo todas las puertas y ventanas y subo a mi habitación. Me acuesto en la cama y me quedo dormida.

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Me despierto a media noche con mucha hambre. Durante el día, no he almorzado ni tampoco he cenado.

Me levanto de la cama, bajo a la cocina, me preparo un sándwich y lo como con ganas. Luego de hacerlo, me siento muy mal.

Corro hacia el baño pero justo antes de vomitar, me detengo. Esto no es bueno para mi salud, tengo que parar, tengo que ser fuerte.

Me veo en el espejo y una imagen viene hacia mi. Es mi madre, cuando estaba viva, diciéndome que solo valgo por mi figura y que tengo que cuidarla. Que sin ser delgada, no llegaré a triunfar.

Una lágrima cae por mi mejilla y ya no aguanto. Meto dos dedos en la boca y los empujo.

Vomito todo el sándwich.

—¿Melany? ¿Qué demonios haces?

Escucho la voz que viene de la puerta.

Me giro a allí y lo veo: William parado, observándome.

Ha visto todo. 

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Ojalá les guste!!

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