Capitulo 3

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 "No es que me asuste la muerte

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"No es que me asuste la muerte. Es tan sólo que no quiero estar allí cuando suceda".

—Woody Allen

NARRA ASHLEY

Me encuentro sentada en una silla de madera de mi cocina, con los brazos cruzados y apoyados sobre el frío mármol de la mesa.

Frente a mí, está el Sheriff del pueblo. Por lo que tengo entendido, no siempre vivió aquí. Según mi madre, él es alemán y se puede notar ya que es demasiado rubio y muy serio.

Se encuentra sentado frente a mí y no soy capaz de escuchar con claridad lo que dice. Estoy aturdida, no sólo por el dedo humano que yacía en la caja sino también por la nota.

Que comience el juego...

Eso decía. Una nota escalofriante y, tengo que admitirlo, el dedo fue un buen toque para hacerme mear encima.

Ahora no estoy tan segura de que Alex haya hecho esto. Por supuesto que lo seguiría pensando si el dedo hubiera sido falso, pero no. Es más real que mi nariz.

Trato de concentrarme lo más que puedo para responder correctamente a las preguntas del Sheriff. Esto ya no es un juego. Alguien, quienquiera que sea el dueño de ese dedo, está sufriendo. Si es que ya no está muerto.

Cuando llamé a la policía, todos estaban muy sorprendidos. Yo también, por supuesto. Se suponía que el asesino de Youngtown había sido detenido. Eso quiere decir que... ¿mi compañero es en realidad inocente? ¿Hay alguien inocente encerrado y pudriéndose en la cárcel? Hay que hacer algo al respecto.

Pero hay otra opción también: puede ser que haya dos asesinos. El chico que acudía a mi instituto y éste que me dejó la caja en el porche.

—¿Qué estaba haciendo antes de recibir esa llamada anónima?— me pregunta el alemán. Sus orígenes se notan también en su acento.

Clavo mi mirada en sus ojos y trago saliva. Debo hablar con claridad. Alguien podría depender de mi ahora mismo.

—Hablaba por celular con una amiga.— respondo.—Estábamos arreglando para ir a una fiesta con más amigos.

El Sheriff me mira muy atentamente tratando de procesar lo que le digo. Es como digo, todos estamos muy conmocionados por esto que acaba de pasar. Todos creíamos que el asesino estaba tras las rejas.

El alemán apoya sus brazos en la mesa y se acerca más a mí. Me incomoda.

—Dígame, señorita Emmerson.— comienza a decir con una voz embriagadora.— ¿Hay alguien que pueda estar queriéndole hacer una broma?

Bajo la mirada y hago una mueca de duda. ¿Debería decirle lo de Alex? Él siempre ha sido un poco raro pero aún así llegué a amarlo como nunca amé a nadie. Aún lo quiero tanto que me duele.  

—A lo mejor, no sé, podría ser mi ex novio. Terminamos hace dos meses y no hemos vuelto a hablar desde entonces.

Me mira atentamente como si ya supiera qué hay detrás de todo esto.

—¿Por qué cree usted que él querría hacerle una broma?— me pregunta y la verdad es que no lo sé. Todo este tiempo estuve pensando que, quizá, solo quería llamar mi atención para que volvamos a estar juntos.

¿He mencionado que él siempre fue un poco raro? Bueno, lo fue.

No era el típico novio "normal", atlético, fiestero, bueno con las chicas. No, nada de eso.

Siempre ha sido callado y tímido. Creo que eso fue lo que logró que me acercara a él.

Estoy a punto de responder su pregunta, cuando otro policía irrumpe en mi casa acompañado con mi madre.

—¡Ashley!—exclama, corre hacia mi y me abraza fuertemente. Apenas siento el contacto de su cuerpo con el mío, derramo unas lágrimas. La extrañaba: ha estado los últimos dos meses en un congreso en Inglaterra.—¿Qué ha pasado, cariño?— pregunta, desesperada.

Le cuento todo rápidamente porque la verdad es que no puedo concentrarme bien. Estoy tratando de deducir qué le está diciendo el policía que acaba de entrar al alemán.

Cuando estoy tratando de leerles los labios, ambos giran hacia mí.

—Señorita Emmerson.— dice el alemán con voz ronca.—Han encontrado un nuevo cuerpo y ya lo han identificado. La victima era una compañera suya: Leila Simmons. Lo lamento mucho.

La información entra por mi oído y queda dando vueltas dentro de mi cráneo. No puede ser. Leila. No, no, no. Debe haber un error.

—¡Debe haber un error!— grito, comenzando a llorar.—¡Ella no puede estar muerta!

Caigo al suelo llorando y mi madre me abraza y besa mi frente.

—Lo siento mucho, cariño.— dice, también llorando.—Lo siento tanto.

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NARRA ALEX

Salgo de la ducha y me ato una toalla alrededor de mi cintura. Agarro el peine y me miro en el espejo.

Cuando termino de peinarme y afeitarme, salgo del cuarto de baño y me como el desayuno.

Le echo una mirada rápida a mi mochila que se encuentra en la cama desordenada. Debo tener todo para poder viajar: documento, dinero, pasaporte.

Cuando termino de comer, me levanto, me cambio y agarro la mochila. Tengo que irme lo más rápido posible de este hotel. La policía podría aparecer en cualquier momento.

Agarro las llaves, abro la puerta, y me las guardo en el bolsillo trasero de mi jean. Antes de salir, me miro por última vez en el espejo redondo de la entrada: mi cabello rubio está casi seco y mis labios paspados por el frío.

Me peino nuevamente con la mano echándome el cabello hacia atrás y salgo del hotel.

Tengo un tren que tomar.

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Ojalá les haya gustado! Ya conocieron a nuevos personajes!! En el próximo capitulo aparecerán muchos más.

Espero que les esté gustando, por favor voten y comenten♥

Pd: Sé que los capítulos son muy cortos pero prometo que conforme avance la historia serán mucho mas largos, los primeros son así porque son como una introducción.

El próximo ya será un poco mas largo.






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