Capitulo 18

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"El dolor es para la humanidad un tirano más terrible que la misma muerte"

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"El dolor es para la humanidad un tirano más terrible que la misma muerte"

—Albert Schweitzer

NARRA MELANY

Tengo que admitir que las palabras de la doctora me han servido mucho. En media hora, me ha quitado de la cabeza toda la mierda que mi madre me metió en años. Además, me ha dado varios consejos para alimentarme de forma saludable y poder cuidar mi figura sin vomitar después. Recalcó una y otra vez que eso no es saludable. Por supuesto que eso yo ya lo sabía, pero oírselo decir a una especialista en alimentación me hizo reflexionarlo más. Intentaré no vomitar nunca más. Yo sé que no solo valgo por la figura, sino por lo que hay dentro.

—Yo te dije que esto era buena idea.— me dice William cuando llegamos a la puerta de mi casa.—Ahora tienes que poner todo de ti para lograr lo que te propongas.

Lo miro a los ojos. Realmente estoy agradecida con él por haber hecho esto. Si él no me hubiera visto aquella noche en el baño, nunca se habría enterado de mis problemas alimenticios y nadie me hubiera ayudado. <<Todo en la vida pasa por algo>> es una frase muy verdadera.

Asiento y le sonrío. Por primera vez le sonrío.

—Sí, la verdad es que ir me abrió mucho la cabeza. Prometo que ya no vomitaré.— le digo.

Él me mira con una sonrisa orgullosa. No solo está contento por mí, sino también porque fue él quien me ayudó. No Ashley, no Alissa, no Kiara, sino William. ¿Quién lo diría?

—Bueno, será mejor que me meta a casa. Gracias... William.— las últimas palabras las suelto con mucha dificultad. Me cuesta mucho reconocerle que me ha sido de ayuda y agradezco lo que hizo.

Me doy media vuelta, pero él me sujeta del brazo, me gira hacia él y me da un beso en la boca.

Siento sus labios sobre los míos y abro los ojos como dos platos. ¡¿Qué demonios hace?!

Lo empujo con fuerza y me limpio la boca con la manga de mi chaqueta. Lo miro con asco.

—Vuelves a hacer eso alguna vez en tu vida, y te castro.— le advierto, señalándolo con el dedo índice para enfatizar mi palabras de amenaza.—Total... para lo que te sirve.

El me mira y suelta una risita sarcástica.

—Claro, finge que no te ha gustado, Rubia.— me dice, volviéndose a acercar. Yo estampo mi rodilla en su entrepierna y él grita de dolor.

—Te lo advertí.— le susurro al oído, lo empujo y cae de cola.

Entro a casa, lo miro por última vez y cierro la puerta con fuerza.

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Luego de insultar a William en todos los idiomas y por poco hacerle vudú con un muñeco, decido preparar mi fiesta de cumpleaños. Cumplo diecinueve en una semana y quiero que sea la mejor fiesta del mundo. Lógicamente no será tan buena como cuando cumplí dieciocho pero quiero pasarla bien. Alcohol, música, bailes, tragos y chicos es igual a noche perfecta.

Cadena de homicidiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora