El pueblo de Youngtown (Arizona) está en peligro: un asesino mata a diestra y siniestra a los habitantes.
Cuando un joven del instituto de Ashley Emmerson es detenido por haber sido declarado culpable se cree que la pesadilla ha terminado.
Pero no e...
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"Si quieres poder soportar la vida, debes estar dispuesto a aceptar la muerte."
—Sigmund Freud
NARRA ALEX
Observo cómo Bianca me prepara el almuerzo sin quitarle la mirada de encima. No sé qué es lo que me pasa pero creo que me gusta demasiado. Amé mucho a Ashley, es por eso que me sorprendo al descubrir que mientras estoy con Bianca, me olvido completamente de todo el mundo, incluyendo Ashley.
Igualmente, no quiero darle indirectas a Bianca de lo que me pasa ya que no quiero exponerla a los peligros que conlleva ser una persona que quiero y me importe. Si el asesino se entera que estoy con ella y que la quiero, la matará. De eso no me cabe dudas.
Se acerca con su hermoso cabello marrón revoloteando por el aire y apoya el plato de pasta sobre la mesa, justo frente a mí. El aroma de la comida casera entra por mis fosas nasales, me envuelve y me hipnotiza.
Huele demasiado bien. Apuesto a que Bianca es una de las mejores cocineras que conozco.
—Pruébalo.— me incita con una hermosa sonrisa y yo obedezco. De solo sentir el contacto de la pasta con mi paladar, se me hace agua la boca. Está demasiado sabroso. Ella sonríe al ver mi expresión y se dispone a comer también.
Cuando terminamos, la ayudo a lavar los platos.
—¿Helado de chocolate o de frutilla?— pregunta sacando dos envases de plastico del freezer. La miro como diciendo: ¿Bromeas? y guarda el helado de frutilla.
En cuestión de unos pocos minutos, ya no queda nada.
Me gusta pasar tiempo con ella. La conozco hace tan solo una semana y unos días pero es lo mejor que me ha pasado este año. No sé si ella sentira lo mismo por mí pero espero que no. Si encima de todo, yo también le gusto, se me complicará demasiado mantenerla lejos y, por ende, a salvo.
Es divertida, es bonita e inteligente. Además, me gusta que no se averguence de sus orígenes. En estos días, me ha estado contando que viene de una familia muy pobre y trabajadora y que su abuelo es el mejor pescador del pueblo, pero que aún así, no tienen mucho dinero.
La mayoría de las chicas que conozco, solo presumen lo que tienen y siempre quieren más. Creí que todas eran así hasta que conocí a Ashley. Cuando terminé con ella, pensé que nunca más encontraría a alguien así de honesta y humilde, hasta que conocí a Bianca. Es por eso que no quiero perderla, y si para cuidarla tiene que estar alejada de mí, pues eso haré.
—¿Quieres que algún día haga un retrato tuyo?— me dice y me quita bruscamente de mis pensamientos.—No sé si te conté, pero soy bastante buena dibujando.— agrega, riendo.
La miro y sonrío de medio lado. La respuesta es que sí, me encantaría que me haga un retrato pero no puedo aceptarlo.
<<Debes alejarla de ti, Alex>> me dice mi conciencia y yo asiento. Bianca me mira y cree que la afirmación fue para ella. Me dice que mañana mismo traerá todo el material y hará el mejor retrato que ha hecho jamás.
