Capitulo 33

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"Tenía el oscuro presentimiento de que aún no había concluido todo y de que pronto cometería de nuevo algún crimen espantoso, que borraría con su magnitud el recuerdo de su anterior delito

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"Tenía el oscuro presentimiento de que aún no había concluido todo y de que pronto cometería de nuevo algún crimen espantoso, que borraría con su magnitud el recuerdo de su anterior delito."

—Mary Shelley

NARRA ALEX

Abro los ojos y siento un dolor punzante en la parte de atrás de la cabeza. Me echo la mano para tocarla y mis dedos se manchan con algo rojo. Sangre.

El golpe que me produjo el bufón me ha dejado sangrando. Al parecer, ya ha cesado de sangrar, pero me duele muchísimo.  

Poco a poco voy recobrando el sentido. Comienzo a ver, oler, sentir y oír. Huele a humedad. Debemos encontrarnos en un lugar que nadie ha visitado en mucho tiempo. Veo oscuridad, pero a lo lejos, diviso algo que reconozco... ¡Estamos en el galpón! Aquel sombrío lugar en el cual el asesino me mantuvo oculto cuando le hizo creer a mis amigos que estaba muerto.

Respecto a oír, no oigo más que el sonido de las ramas de los árboles chocar contra el vidrio roto de lo que antes solían ser ventanas. También oigo una respiración entre cortada. Observo a mi alrededor y veo a Bianca y a Melany, esposadas y con una venda en la boca. Bianca está despierta, mirándome. Sin embargo, Melany aún esta inconsciente.  Al verlas, caigo en la cuenta de que yo también estoy esposado a lo que es un antiguo calentador y que también tengo la boca cubierta por una venda.

Miro a Bianca a los ojos echándole una mirada como preguntándole cómo se encuentra. Ella asiente dándome a entender que todo está bien.

Pero no lo está. Estamos muy lejos del puerto e incluso más lejos de nuestras casas y amigos.

Vuelvo mi mirada hacia Melany con preocupación. Recuerdo que estaba inconsciente cuando el asesino me subió a la camioneta y también lo está ahora. ¿Le habrá hecho algo malo? A lo mejor le inyectó algo para mantenerla dormida. No me sorprendería.

Quito esos pensamientos de mi mente, tengo que mantenerme tranquilo y sereno si quiero salir y sacar a mis amigas de aquí.

Vuelvo a observar a mi alrededor y no veo nada. El galpón está mucho más vacío que la última vez que lo vi.

De repente, se oye un fuerte ruido, como si alguien hubiera dejado caer algo al suelo. Miro hacia adelante, tratando de exterminar el miedo que siento, pero éste solo incrementa cuando veo al bufón entrar a donde estamos. Con un hacha en las manos.

Se me eriza la piel y mi corazón deja de latir cuando veo que se acerca a Bianca. Mi amiga tiembla como si fuera una gelatina y es incapaz de mirar al asesino a los ojos. Mantiene su mirada fija en el suelo, como si estuviera rezando o simplemente deseando que no le haga nada. Yo deseo lo mismo.

El maniaco me mira fijamente a la par que levanta el hacha justo sobre la cabeza de Bianca, amenazando con clavársela.

Trato de rogar que no lo haga, pero debido a la venda que tengo en la boca, mis suplicas no se oyen más que como si fueran un simple murmullo inentendible.

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