El pueblo de Youngtown (Arizona) está en peligro: un asesino mata a diestra y siniestra a los habitantes.
Cuando un joven del instituto de Ashley Emmerson es detenido por haber sido declarado culpable se cree que la pesadilla ha terminado.
Pero no e...
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"La muerte sólo tiene importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida."
—André Malraux
NARRA ASHLEY
Veo la foto y siento cómo mi corazón se rompe en miles de pedazos. ¿Por qué tenía que quitarme una de las cosas que más me importaban?
Alex.
El gran amor de mi vida está muerto y no puedo evitar sentirme responsable. ¡¿Por qué no hago nada al respecto?! Amigas mías han sido asesinadas por este maníaco y ahora Alex. Y yo estoy aquí, durmiendo en mi habitación como si nada estaría pasando.
Tengo que saber quién es. Tengo que encontrarlo. ¿Debería ayudar al Sheriff con la investigación o investigar por mi cuenta? Creo que haré lo segundo.
Dejaré que la policía investigue por un lado, y yo por el otro. No dejaré que este asesino siga deshaciéndose de mis amigos.
Vuelvo a mirar la foto y una lágrima cae por mi mejilla. Alex se ve tan vulnerable. Creo que todos nos vemos así cuando estamos muertos.
Acerco el celular a mi pecho y lo aprieto contra mi corazón. Cierro los ojos y recuerdo todo lo que viví con Alex. Aún nos quedaban muchas más cosas por vivir, muchas más risas que compartir. Ahora él es solo un recuerdo. Un hermoso recuerdo.
—Te extrañaré.— susurro y comienzo a llorar.
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NARRA MELANY
Corro escaleras arriba sin dejar de gritar. Cuando entro a mi habitación, todos se despiertan sobresaltados.
—¿Qué te sucede?— me pregunta Kiara, muy preocupada.
Alissa levanta la vista, se frota los ojos y me mira con inquietud.
Todos se levantan y Kiara mira hacia todos lados.
—¿Donde está Alisson?— pregunta y se me hace un nudo en la garganta.
¿Cómo le digo que su amada prima está colgando del ventilador del techo de mi cocina con el cuello cortado?
La miro fijamente para tratar de transmitírselo a través de mi mirada. Una lágrima se desliza por mi rostro y ella lo entiende. Cae al piso y comienza a llorar.
Camino hacia ella y la abrazo fuertemente.
Esto tiene que parar de una vez. No puede seguir así. ¡¿Quién demonios es el asesino?! ¡¿Por qué mata a mis amigos y conocidos?!
Si la policía no hace nada... tendré que hacer algo yo misma.
—Tenemos que bajarla de allí y llamar a la policía.— dice Patrick. Todos estamos de acuerdo.
