Extra~Un viejo Recuerdo

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Teniendo solamente 9 años de edad, sus padres al fin se habían divorciado y cada quien se fue por su camino.  Su madre con tan solo algunos meses de haberse divorciado conoció a alguien, un hombre alto de melena rubia y unos encantadores ojos verdes. Ella y el salían, divirtiéndose llegaron el día en que tomaron la decisión de casarse, despues de todos sus hijos se llevaban bien y se querían como si fueran hermanos, la decisión fue tomada. La ceremonia llego, todo era risas y diversión, todo marchaba bien...Hasta que cierto día, Yurika ya tenia 10 años y su amor hacia la música se hacia mas que obvio, su madre mas contenta no podía estar pero ciertas personas estaban en desacuerdo, para su décimo cumpleaños el único regalo que ella obtuvo fue un violín, su primer violín.

-¿Como se te ocurre haberle comprado un inútil Violín? -Molesto, el padre que se podría decir que era su abuelo tomo de la muñeca a su madre.- En esta familia no puede haber artistas, eso es para muertos de hambre...mi nieta no puede gustarle la música, o mejor dicho, no debe gustarle la música.

-Me tendrá que disculpar señor, pero mi hija decide lo que le gusta. Ni usted ni nadie podrá obligarle a decidir sus interese o gustos.- Molesta, esta se soltó de su agarre. Aquel hombre solo chasqueo la lengua y despues se giro a ver a yurika, la cual miraba asustada a cada uno de los adultos y sostenía fuertemente el estuche de su nuevo violín.

-Lo siento yurika. -Esta se giro a ver a su hermanastro, este le arrebato el estuche a la fuerza.- Pero no puedes volverte una muerta de hambre, no quiero que te vuelvas una amante a la música.

-Hermanito ¿que vas hacer? Por favor dame mi Violín. -Con una voz quebrante, esta dio un paso hacia su hermano, el cual sacado el violín de su estuche. - Hermanito, por favor...no lo hagas! -Apreciando como este tiraba con fuerza el violín contra el suelo, los ojos de la pequeña se inundaron de lagrimas. 

-Muy bien hecho hijo. -Felicitándolo, su abuelo le tomo del hombro y lo estrecho contra el.- Ahora ya no quiero que le enseñas nada sobre la estúpida música, ella debe ser una mujer de negocios.

-Hermanita vamos a jugar.- Sonando como siempre, este camino hacia la triste yurika. Esta levanto su mirada, estaba molesta.

-Te odio ! -Gritando con todas sus fuerzas, esta corrió hacia su habitación, sin antes a haber tomado los restos de su violín. 

-Ella continuara amando la música. -Comento Majime mientras miraba fijamente hacia donde su pequeña había corrido.- Si ustedes están en contra la música, entonces la misma música esta en su contra...

-¿A que te refieres? -La señora que se había mantenido en silencio, se levanto de su asiento.

-Mi pequeña nació con el don de la música, si ustedes odian la música...Mi pequeña los odia a ustedes también...- Sonando amenazadora, esta entrecerró los ojos. 

El silencio reino en la habitación, pero fue interrumpido por lo sollozos de alguien; el pequeño miraba con lagrimas hacia las escaleras, su arrepentimiento era notorio.

-Majime-san, ella...¿me odia? -Mirándola con unos ojos de arrepentimiento y llenos de lagrimas, su corazón de encogió. Esta no sabia que contestar, solamente negó con la cabeza y subió las escaleras.

Los días pasaban y la familia que tanto presumían ser, se fue separando poco a poco. Yurika dejo de hablarle a Kanaye, haciendo que este se volviera mas frió y demasiado violento. Majime se separo de su esposo, al parecer esta había sido segada por el amor y la necesidad de tener a alguien junto a ella. 

-Tu siempre seras mi hermana...-Tomándola fuertemente del brazo, esta se asusto a verlo a los ojos.- No me importa si me odias o me temas, tu siempre seras mi hermana, mi unica y apreciada hermana menor...

-Kanaye-kun, yo no puedo ser tu hermana...- Dijo esta mientras miraba como los ojos de su ex hermanastro cambian por completo, estaba molesto. - Tu hiciste algo que nunca podre perdonar...

-No me importa! -Asustandola por el fuerte grito, esta se encogió mientras temblaba como flan.- Aunque no quieras, tu seguirás siendo mi hermana y yo tu hermano, aunque desaparezca de mi vida, yo siempre te encontrare...

Esta miraba como los ojos de su hermano, a pesar de mostrar enojo se podía notar como la tristeza junto a la desesperación. 

-Kanaye-kun, te quiero mucho. -Dándole un abrazo, este al fin la soltó. Esta sin mirarle camino hacia su madre, las cuales subieron a un taxi y abandonaron aquel lugar.

-Que triste matrimonio. -Dijo su madre mientras se apoyaba en su mano y soltaba un suspiro.- ¿Que tal si vamos por Takoyaki? 

-Si, tengo hambre. -Dijo la pequeña Yurika mientras tomaba su estomago. Ambas se miraron por unos segundo. 

-Lo siento Yu-chan, te hice vivir una terrible experiencia. -Dijo esta mientras tomaba en sus brazos a la pequeña de tan solo 11 años. La pequeña negó con la cabeza y se dejo caer en el pecho de su madre.

-Yo te quiero mucho mami, y siempre estaré contigo. -Aferrándose a ella, esta la rodeo apretándola fuertemente.

-Esa es mi pequeña princesa.- Dándole un beso en la frente, ambas se quedaron así hasta que llegaron a un puesto de takoyaki cerca de su antiguo hogar.

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Un pequeño recuerdo, una pedazo de la infancia que Yurika. Espero que les haya gustado como a mi escribirlo. 

Nos vemos en el siguiente capitulo:D  Bye~ Bye~

Can I meet You? (Fanfic Uta no prince-sama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora