Capítulo 5

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POV RACHEL

Otro día más de trabajo en aquel bar, otro día en el cual mis esperanzas por escapar de este lugar eran nulas. No sólo existía un contrato que me lo impedía, sino todas las necesidades.
El bar parecía más tranquilo de lo normal, al parecer el que aún no se haya descubierto nada de aquel asesinato los dejaba a todos con un mal sabor de boca y sin ganas de asistir, cosa que realmente era mala para mí. No porque me guste el que los hombres me toquen o cosas así, más bien porque sin trabajo no hay propinas y no puedo darme el lujo de llegar sin nada a casa.

—Berry, necesito hablar contigo.
Escuché una voz a mi espalda y al darme la vuelta la vi observándome. Santana estaba detrás de mí con los brazos cruzados y una mirada asesina en sus ojos.

—¿Qué acaso no escuchaste? —Gritó. —Hablemos. 

—Tengo que trabajar. —Dije y me regañe al instante. El lugar estaba vacío.

—Sólo serán unos cuantos minutos, nadie aquí te delatara.
Asentí y comencé a caminar detrás de ella al cuarto que teníamos asignado para tomar nuestra hora libre.

—¿Qué necesitas? —Pregunté rápidamente. Ella me fulminó con la mirada y empezó a decir:

—¿Acaso eres tan tonta para no saberlo? ¡Eres una idiota Berry! —Gritó. —¿Acusarme con el oficial Hudson como una de las sospechosas? Ojalá te hubieran matado a ti en vez de la estúpida de Cinthia.

—¿Qué otra cosa quieres que pensará? ¡Eres la única que podría tener intenciones! —Ya no tenía control de mí, no sé si era miedo o coraje lo que me impulsaba pero ya estaba harta. —Tú has sido una perra todo el tiempo. Lo has sido con todos y cada uno de nosotros, pero Cinthia era tu presa favorita y puedo imaginar que te alegra que este muerta, ¿no?

De inmediato sentí un fuerte ardor en mi mejilla acompañado de la furiosa mano que se estampó en ella que no cesaba sus golpes. No resistí más y me lancé sobre ella, no dejaría que me tocara una vez más. Ambas caímos al suelo y empezamos a dar vueltas, mis mano se posaban fuertemente sobre su cuello mientras ella mantenía su intento de arrancarme el cabello. Ya no podía más, sostuve su cuello con una mano mientras con la otra formaba un puño que impactó en su nariz.

—¡Alto! —Era una mujer quién gritaba lo que me hizo volver en mi.  Rápidamente me aleje horrorizada por la cantidad de sangre que brotaba de su aparente nariz rota.

En cuanto la propietaria del grito llegó fue que pude distinguir de quien se trataba. Era Yusia, la encargada de nuestros trajes cada noche dependiendo del tipo de presentación. Para trabajar en un lugar como este lejos del escenario era una chica atractiva, una bella cabellera negra bajaba por su espalda combinada con unos cuantos detalles rojos. Su cuerpo no era la excepción, sus curvas compensaban su falta de pechos pero lo más agradable era su alocada personalidad.

—¡Rachel! El que sea una perra no significa que debas atacarla, ¿no sabes la gravedad del maltrato animal? —Comentó entre risas mientras me tendía una mano para ayudarme a levantar. —Vamos, hay que lavar tus manos. —Su mirada bajo hacia Santana, quien estaba tirada en el suelo tratando de incorporarse. —Mmmh, en algún lugar está el botiquín. Arréglatelas.

El recorrido hacia el lavabo permaneció en silencio hasta que como era de esperarse, Yusia lo rompió.

—Fue bastante estúpido lo que hiciste allí, valiente pero estúpido —Comentó ella mirándome fijamente y si las miradas mataran. —no es que Santana no se lo merezca pero, bajo estas condiciones no creo que te convenga una pelea en estos momentos. —Advirtió haciéndome entrar en razón, no podía permitirme ser sospechosa. Si por alguna razón mi nombre sale en el periódico relacionado al bar destrozaría a Marley.

—Ven, vamos a beber unas copas aprovechando la falta de penes hambrientos —Bromeó ella con su extraño sentido del humor.
No puedo seguir así, debo resistir y limpiar cualquier duda y sospecha en mi contra, no por mí sino por ella; por Marley.

¤¤¤

Siendo honesta no entendía del todo el porque Yusia con más posibilidades que cualquiera en el bar permaneciera aquí, se encargaba de los vestuarios y eso es algo que no necesariamente debería ser en una fachada como esta.

Cómo habíamos acordado nos dirigimos al bar, allí estaba Kurt Hummel siempre sonriente pero esta vez con un hilo de saliva que caía de sus finos labios.

—Que no se note las ganas que tienes ganas de una noche salvaje cariño. —Rio Yusia señalando a Blaine Anderson, el chico de seguridad.

—Y-yo no se de que estas hablando. —Respondió nervioso, saliendo de su trance —Blaine es solo un compañero de trabajo.

—No sabia que podíamos desnudar mentalmente a los "compañeros" de trabajo —El humor de Yusia era incomparable: crudo pero hilarante.

—¿Blaine no es hétero? —Pregunté curiosa.

—¿Tu no eres mesera? —Respondió Kurt dejándome algo sorprendida. —No te preocupes, trabajando sirviendo licores te llega cierta información, me parece noble lo que haces por ella.

—Bueno, volviendo al tema de Porcelana y su obsesión por el chico de trasero sexy, ¿algún avance? —Preguntó pervertida, di un golpe en mi frente. Oh Yusia.

—Salvo ser ignorado y ser llamado "marica" o "princesa", ninguna. Es homofóbico. —Sus ojos azules reflejaban la tristeza que traía en si.

—Kurt, los homofóbicos solo son gays de closet que no se aceptan. Podrías intentar, a lo mejor te deje saltarle encima como la gata que eres. —Agregó Yusia.

Nos vimos interrumpidos cuando pudimos distinguir a Santana saliendo del baño con una nariz hinchada y una bolsa de hielo, sin mencionar la mirada tóxica que nos lanzaba.

—¿Pero qué le pasó? —Kurt se tapó su boca en forma de sorpresa.

—Digamos que los Hobbits son más agresivos que en el Señor De Los Anillos. —Respondió Yusia cómplice.

—¿Qué? —Se extrañó Kurt.
Yusia fue un poco más clara con su explicación y Kurt comenzó a reír lo que nos llevó a una noche de bromas y carcajadas, cosa que hace mucho no sucedían. Pero en el fondo sabia que no sería para siempre.


Barely Breathing [FINCHEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora