Capítulo 21

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*Narrado en tercera persona*

Tras aquellas intimidantes preguntas, Rafael pasó el tiempo restante de su jornada de trabajo entre nervios intentando aparentar tranquilidad e indiferencia ante los hechos sin embargo, todo acabaría al final de la noche. Antes de regresar a su casa tenía un trabajo más por hacer: llamar y avisarle lo ocurrido, no podía perder cuidado y hablar frente a frente sería un gran riesgo. La mejor opción (o al menos la única que podía pensar en estos momentos), era en programar su encuentro en su pequeño departamento que estaba en lo más escondido.

Caminaban juntos sin decirse una sola palabra, parecían ser la sombra del otro y sin llamar en absoluto la atención. Tras varios minutos caminando de calle en calle, por aquí y por allá llegaron a su destino. Y sin esperar un segundo más después de quedar en completa privacidad habló:

—Dime exactamente que te preguntó aquel oficial.—Tomó asiento en uno de los sillones de la estancia. —cada simple detalle.

—Me preguntó sobre aquel trago y la nota.—Contestó Rafael, más nervioso que nunca y su poco trabajo en fingirlo no le era de mucha ayuda.

—¿Sospecha?

—Eso creo, al parecer fiarse de mí no está en su currículo. —Se podía ver enojo en su rostro, pero eso no hizo que el pequeño Rafael dejará a la mitad su historia.—pero no sabe nada de ti, no he dado algún indicio de eso.

—Aún. No has dado un indicio aún.—Se levantó lentamente y con paso firme comenzó a andar hacia él.—Sí él no se ha fiado de ti empezará a indagar más y más, ¿sabes lo que haría eso? Iríamos a prisión, si me hundo ten por seguro que te hundes conmigo.

—No pasará, lo juro. Seré más cauteloso.—Finalmente logró su objetivo al terminar a un solo paso de distancia de su cuerpo, en sus ojos se seguía reflejando fastidio pero su sonrisa lo hizo pensar de manera diferente, ¿pensaba que todo había terminado para bien?

—Aunque pensándolo bien, puedo ayudarte. La cárcel no es lugar para ti ¿o sí?—Con ilusión en su rostro, Rafael asintió eufóricamente.—Desde ahora eres libre de todo cargo... Al menos en esta vida.

Un ardor en su garganta lo hizo perder el control de su cuerpo y caer al suelo junto con una ráfaga de sangre, entre jadeos y esfuerzo logró voltear boca arriba para poder distinguir la pequeña navaja en sus manos antes de que su visión se tonara totalmente negra. Había fallado.

POV SAM

Cuatro días después y aún no lo tenía.Intentaba descubrir que estaba pasando, pues después de haber escuchado a Figgins decir que ese bar merecía ser clausurado y que su opinión cambiara me hacían pensar mal.

—Flashback—

Estaba enfadado, después de mi corta plática con Quinn había calculado otros 15 minutos y Figgins seguía sin salir de aquel cuarto. Si no escuchara murmullos, podría jurar que lo habían matado. Pero no era así.

La puerta se abrió por fin y mostraba al misterioso Jefe de Schuester un poco diferente; ya no parecía querer acabar con este bar con la mirada y mucho menos tenía intención alguna de limpiar cada parte del lugar.

—¿Ahora que procede?—Pregunté esperanzador, no quería que las personas del lugar perdieran su trabajo pero creía que sería más fácil descubrir con el lugar cerrado.

—Seguirás vigilando, es lo único que harás.

—Pero... ¿clausurar el bar? ¿No era eso a lo que venía? —No me limite ni un segundo a tratar de ser amable.

Barely Breathing [FINCHEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora