Capítulo 41

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#NOBREATHINGMARATON 3/3

*Narrado en tercera persona*

Las cosas en el bar se iban poniendo cada vez más tensas desde la llegada de Damian Anderson, no solo había afectado el coraje de Blaine sino que había involucrado a sus seres cercanos cortando todo tipo de relación entre ellos. Rachel se encontraba tan envuelta en sus preocupaciones que le era difícil mantener una sonrisa formal para todos aquellos ebrios que aclamaban por dos cosas: alcohol y su cuerpo. Se sentía como una zorra, aunque después de todo se había convertido involuntariamente en una; ya no tenía a su novio, había perdido a sus amigos y sin mencionar que estaba como tapadera en un conflicto familiar.

Cada que se quedaba sin bebidas para servir tenía que volver junto a una nueva orden para los hombres de cada mesa que consumían alcohol como bebían agua y eso implicaba cruzar palabras con su ex-amigo ojiazul, que después de todo ya no era tan reconfortante cuando se sentía agotada en ocasiones anteriores. La pequeña herida en su labio permanecía un poco más leve que la noche anterior pero aún actuaba como un fuerte recordatorio del exceso de fuerza que había cometido, pero eso no significaba que lo lamentara del todo puesto que aunque sí tuviera derecho a enojarse por lo sucedido con Blaine no justificaba que le propiciara tal golpe sin escuchar la mínima explicación.

―Una ronda de Vodka para la mesa dos―Solicitó la morena en su tono más suave con la esperanza de que el ojiazul extrañara tanto su compañía como ella lo hacía, pero sabía que no podría ser así después de todo; el chico solo se limitó a hacer su trabajo sin romper su aura gélida ante ella por lo que una vez más sintiéndose vacía y solitaria se apartó a continuar con su labor.

Una vez termino de depositar las bebidas en la mesa correspondiente no pudo evitar posar su mirada en la entrada del bar, pero para su sorpresa ―bastante predecible a decir verdad― la imagen de un Finn colérico tomando al moreno que estaba de guardia por el cuello arrastrándolo hasta llegar a ella, la mirada que posó sobre ella lo explicaba todo: Lo sabe, pensó la morena temiendo lo peor.

― ¡Finn déjalo! ―Chilló la chica temiendo daños mayores en el cuerpo de su único "amigo", tras de todo no podía culparlo, actuó a merced del miedo justo como ella lo hacía ahora causando aún más molestia en el más alto.―Déjame explicarte.

―Explicarme que Rachel, ¿el estar tan despechada después de ser quien me dejaste a mí para robar la felicidad de amigo? ―Bufó el oficial con fuerte ironía pero su voz ocultaba algo más, estaba dolido. ―Claro está que la basura que yace en tus pies no merece a alguien como Kurt, supongo que ambos se complementan... Y creer que me arrepentía tanto por haberte llamado zorra aquella vez, pero gracias por quitarme la carga, en especial porque está más que confirmado.

Todas las miradas se posaron sobre la escena que habían montado, Kurt se había abierto paso entre las miradas curiosas con ansias de sangre para posicionarse más cerca, a pesar del daño que le habían hecho aún le seguía preocupando lo que la ira del oficial desencadenara sobre el cuerpo de su Ex.

―Déjalo ya Hudson. ―Respondía el moreno mientras se reincorporaba con un poco de la ayuda de la judía. ―No sabes nada de lo que estás diciendo así que mejor déjalo como esta antes de que hagas alguna estupidez, podrás tener tu punto pero eso no indica que me quedaré esperando a que me patees el culo.

―No juegues con tu suerte Anderson. ―Amenazó el más alto con una expresión fría―Porque no te daré el lujo de reaccionar después de todo.

Sin percatarse del veloz movimiento del oficial, el moreno recibió el puñetazo con todo el impacto sobre su rostro pero en la adrenalina del momento no le impidió devolver el golpe logrando que la nariz del más alto hilara en un sendero de sangre. Golpe tras otro provocaba los nervios de la judía, no podía quedarse parada mientras posiblemente uno de ellos acabara muerto y en este caso Blaine no tenía la suerte de su lado cuando fue lanzado contra una de las mesas de cristal derrumbando a un par de clientes que disfrutaban alegres del combate, esa era su oportunidad de hacer algo; antes de que el moreno retomara la cercanía con su amado sucedió lo que nadie hubiera esperado que sucediera: por actos de reflejos del más alto la judía cayó al suelo por un puñetazo directo en su rostro mientras escuchaba un inminente grito:

Barely Breathing [FINCHEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora