#NOBREATHINGDAY
*Narrado en tercera persona*
Sam Evans no era una presa fácil de atrapar para Kitty Wilde y mucho menos ahora que Quinn Fabray había dejado su mísero corazón tan vacío que la sangre ni fluía a su miembro por las incontables veces que la rubia intento seducirlo. Sin embargo, ese ya no era el mayor de sus problemas que le quitaban el sueño.
―Flashback―
Desde que no podía sacar al rubio de su cabeza, no dejaban de lloverle sermones y advertencias, aunque a veces parecían más amenazas; amenazas que tomaba como juego. Kitty sabía con exactitud que la necesitaba y que nada podía hacer en su contra, mucho menos cuando cumple cada uno de sus caprichos. En ellos estaba la discreta cita que se había programado para hoy en la habitación más privada del lugar, la cual a estas horas de la noche no sería de mucha ayuda pues todos los presentes seguían manteniendo sus cinco sentidos y el dinero en sus bolsillos.
Pero en Kitty los deseos de su mente eran más que los de trabajo, pues se trataba de su amor imposible; un amor que nunca pensó que le llegaría a pasar, sobre todo porque no eran del todo lujuriosos, al parecer todo el rechazo le había hecho sentir un flechazo más profundo hacía él.
Pero los deseos de la mente eran aún más intensos cuando tanto se hacía esperar, Sam Evans ocupaba la mayor parte de sus pensamientos y no precisamente eran pulcros pero tampoco los consideraba sucios, simplemente era una oleada de placer prohibido representado en toda su sensualidad. Sin resistirlo más, llevó su tacto hacia su zona baja aprovechando la ausencia de ropa interior que acostumbraba.
―Manos a lo que es necesario, Wilde. ―Su voz la sobresaltó e hizo que rápidamente quitara sus manos de su cuerpo, la puerta se cerró detrás de sí y le transmitió una decepción en la mirada.
―Después de lo que me niegas no es mucho pedir un poco de auto satisfacción. ―Se defiendió reincorporándose para luego alisar sus prendas con las manos. ―Los ebrios junto a sus movimientos torpes no son de mi agrado.
―Tu trabajo no es ser una puta exigente y eso lo he dejado claro en este tiempo, Evans no nos conviene en estos momentos
―¿Y que más quieres que haga? Me limito a hacer nada porque es lo que me pides. ―Bufó, su enfado desde luego se notaba con cada palabra y en su interior se sentía indignada, nunca había sido de las chicas que aceptaba ordenes de otras personas y ahora le estaban quitando su objetivo.
―No se diga más, mientras tu jugabas a la ramera provocadora a mí se me ocurrió deshacernos de un dolor menos en el culo. ―Caminó hacia su lado para posicinarse junto a la rubia con un aura de maldad en sus ojos. ―Puckerman no ha servido en lo absoluto contra Hummel así que... ¿por qué no atar igualmente los cabos sueltos?
―¿Cabos sueltos? ―Hasta donde tenía entendido, no había mucos intereses en sus actos aunque no los entendía del todo y mucho menos las razones de ellos.
―Solo necesito que te encargues de una cosa.
―Te estabas tardando con eso, dime quien. ―Dijo con voz segura, obviamente fingiendo la impaciencia en su cuerpo.
―Rachel Berry.
―Fin del flashback―
Se sentía nerviosa; nerviosa porque nunca pensó que enredarse con el enemigo de todos aquí la haría cometer un crimen; un crimen que si era descubierto podía pasar el resto de su vida en una prisión de esas que se ven en la televisión y que a pesar de lo que podría aprender estando ahí no quería ni descubrirlo. Pero era eso o su propia muerte.
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Barely Breathing [FINCHEL]
Fanfic«El Gobierno dice que ayuda, pero cuando mi hermana menor ocupa un par de zapatos no veo que existan algunos gratis en las zapaterías.» «Trabajar para detener la delincuencia nunca ha sido sencillo, mucho menos cuando todo te recuerda a tu...