“Un hijo es una pregunta que le hacemos al destino.” -José María Pemán
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Mis ojos se aguaron al instante, mientras Harry me dirigía una de sus miradas indescifrables; que contenía una mezcla de sorpresa, alegría y felicidad con confusión, y preocupación. Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin permiso, mientras Harry apretaba más mi mano y yo sonreía a más no poder.
Estaba muy feliz, y esperaba que Harry también lo estuviera. Esto era algo que cambiaría nuestras vidas, algo que le daría un giro de 180 grados a todo lo que ya conocíamos y que haría que nos replanteáramos muchas cosas sobre nosotros mismos y sobre nosotros dos juntos, como pareja.
Muchas preocupaciones comenzaron a asaltarme, por lo que comencé a sacudir la cabeza, borrando todos esos pensamientos de mi cabeza y concentrándome en Johansson, quien sonreía con una expresión alegre y tranquila.
-Bueno chicos, espero que se tomen esta noticia con tranquilidad. Sobre todo tú, ____________, te conozco y sé que exageras todo, así que cálmate y vive el embarazado con tranquilidad, y sobre todo, con alegría por el ser que llevas dentro.
Asentí secando mis lágrimas, mientras nos poníamos de pie para despedirnos del doctor. Salimos caminando relajadamente del consultorio, intentando ocultar las ganas de gritar de le felicidad que yo tenía. Cuando subimos al auto nos quedamos en silencio. Mientras yo me sonaba la nariz y me secaba las lágrimas secas que habían quedado debajo de mis ojos y Harry arrancaba el auto, él hablo primero.
-¿Que va a pasar ahora?
-No lo sé -suspiré- ¿Que sientes? -añadí tragando saliva-
-Estoy... feliz. Contento. De verdad, ¡soy el hombre más feliz del mundo! -reí junto con él, ocultando de nuevo las ganas de gritar que tenía- ¿Y tú? ¿Qué sientes?
-¿Yo? -sonreí, sintiendo cómo las lágrimas volvían a mí y la voz se me comenzaba a quebrar- Yo voy a ser madre -dije con autosuficiencia- Oh Dios, ¡voy a ser madre! Mierda, tengo veintiún años. No puedo, Harry. ¡No puedo hacerme cargo de mí misma y tendré que hacerme cargo de un bebé! Oh por Dios santo, ¿dónde vamos a vivir? ¿En el departamento? ¿Quiénes serán los padrinos? ¿Y la ropa? Tenemos que comprarle ropa al bebé, una cuna, juguetes y demás cosas. ¿Y si...?
-¿Quieres callarte, por favor? -dijo riendo- Todo va a salir bien.
Movió una de sus manos del volante y la colocó en mi pierna izquierda.
-¿Tú crees?
-Claro, mi amor. Ya veremos lo que sucede después. Ahora concéntrate en cuidarte y en dejar de ponerte tan nerviosa por todo. Todo va a estar bien, vas a ver.
Y después Alex me preguntaba por qué estaba tan enamorada de este hombre.
-Pero quiero hablar...
-Bueno, hablemos. ¿De qué quieres hablar?
-De todo... quiero decir, ¿qué va a pasar ahora? -replanteé su pregunta- ¿Donde vamos a vivir?
-En el departamento, supongo. Tiene dos habitaciones.
-Ya lo sé -asentí- Pero, ¿entraremos nosotros dos y el bebé?
-Eso ya lo veremos, ___________. No te preocupes tanto ahora.
-Deja de retarme -le dije mirándolo con una mueca bromista- Voy a ser madre.
-Y yo voy a ser padre.
-Cállate -le dije riendo-
Yo seré madre, y Harry será padre. Todavía no podía creerlo, era imposible imaginarme a mi misma y a Harry criando a una personita, siendo que había muchas cosas que ninguno de nosotros sabía todavía, cosas que aún necesitábamos aprender.
-¿Cuando le diremos a los chicos, o a nuestras familias?
Cerré los ojos suspirando. ¿Familia? Mi verdadera familia ya lo sabía. Y nadie, nadie en este mundo podría imaginarse cuanto necesitaba a mi madre en ese momento. Y entonces, una idea se iluminó en mi cabeza. Mis padres me habían enviado a este maravilloso ser para que me reconfortara, para que lograra encontrarle un sentido a mi vida luego de su muerte. Habían enviado a mi hijo -o hija- en su lugar, para que encontrara a alguien más para amar tanto como los había amado a ellos. O incluso, más. Por otro lado, todo esto puede ser una tontería y la única razón por la que estaba embarazada era porque no nos habíamos cuidado. Pero prefería pensar en la primera opción como la correcta.
-No lo sé... -dije después de un rato pensando- Deberíamos hacer una cena el sábado. Serían... Zayn, Perrie, Liam, Danielle, Louis, Eleanor, Niall, Alex, Lucas, Anne, Gemma y mis tíos. Y nosotros, claro.
-¿Y en dónde? Somos quince, no entraremos en el departamento. Bueno, en realidad sí, pero no estaríamos cómodos.
Me encogí de hombros, pensando.
-En la casa de mis padres... tiene un lindo y gran patio y está haciendo calor estos días. Podríamos hacer unas hamburguesas afuera, en el asador, no lo sé... ¿te parece?
Harry asintió y nos pusimos a hablar con emoción sobre los preparativos de la cena, aunque mis pensamientos estaban más enfocados en otras cosas.
¡Estaba contenta, joder! ¡Iba a ser madre!