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Pasaron los días, dieciocho para ser exactos, desde la noche de nuestra semi-reconciliación. Habíamos tenido algunos encontrones, pero no peleas en sí.
Había vuelto a juntarme con Nathan dos veces en esas casi tres semanas y, para ser claros, a Harry le había molestado, pero no había vuelto a tocar el tema “soy tan celoso que me molesta que salgas a tomar un café con un amigo”. O ex novio. O lo que sea.
Ahora nos encontrábamos reunidos con todos los chicos, chicas y Nathan en Gino's nuevamente, pero porque celebrábamos mi vigésimo segundo cumpleaños. Si, ¡tengo veintidós años! ¡Soy toda una anciana! Claro que, Harry y todos los chicos me llevaban dos años, así que podía sentirme joven aún...
-... y entonces, _______________ se enojó. -Harry finalizó su monólogo entre risas, acompañado de sus amigos-
-Soy su único tema, ¿verdad? -les pregunté entrecerrando los ojos, fingiendo molestia-
Rieron más. Al parecer, la historia que Harry les estaba contando era muy graciosa.
-Hoy sí, cariño. -canturreó Louis alargando una mano y apretando mi mejilla- ¿En serio te enojaste por eso?
-Recuérdame lo que Harry les estaba contando.
-Dice que estabas en su antigua habitación y encontraste unas Playboy debajo de su cama, y te enojaste.
-Ah sí, me enojé. -sentencié- ¡Es un maldito caliente!
-Louis también tenía unas, _____________. No te preocupes, son así por naturaleza. -dijo Eleanor mirando con odio fingido a Louis-
En realidad, no me había enojado, sólo me había molestado al encontrar eso.
-Mira, nena, yo te explico. -comenzó el rizado- Antes de tenerte a ti, tenía muchas chicas, y antes de esas muchas chicas, tenía revistas.
Toda la mesa estalló en risas ante la explicación de la vida sexual de Harry. Excepto yo.
-No le veo la gracia. -dije poniendo los ojos en blanco-
-Oh, vamos, ¿en serio te vas a enojar? -rezongó él- Tienes veintidós años, no puedes enojarte por eso.
-¿Muchas chicas?
-Tú ya lo sabías, no te enteraste de nada nuevo.
-Pero...
-Cállate.
Rio tirando de mí, y me vi obligada a recostar me cabeza en su hombro. Me tocó la oreja y luego apretó mi nariz, sabedor de que eso me haría reír. Efectivamente, lo hice, cerrando los ojos.
-Es tan difícil enojarse contigo, Harold. -los chicos rieron y recordé que no estábamos “peleando” solos, así que me senté normalmente y dije:- Bueno ya, cambiemos de tema.
-Hablemos del nuevo proyecto. -propuso Alex-
¡Oh, cierto! Había un nuevo proyecto, con el mismo grupo que habíamos hecho el proyecto anterior. Osea, que me tocaba con Harry, Zayn, Lou, Niall y Liam. Esta vez era un corto, de esos que ponen antes de las películas. Personalmente, amaba los cortos animados, porque los que son actuados me daban un nosequé. Teníamos sólo un mes para presentarlo y bueno, eso nos tenía demasiado nerviosos últimamente.
-¿De qué va a ser el suyo? -preguntó Alex-
-De unos amigos que están contando anécdotas, y van a ir saliendo los flashbacks.
-Le preguntamos a Brooks si podíamos salir todos nosotros, pero dijo que tú y Lucas no, porque están en otro grupo, así que ustedes no van a poder estar. -añadió Louis-
-Oh, hubiera estado bueno que saliéramos los once. -reclamó Alex-
-Ya hablaré con Brooks. -dije yo- Trataré de convencerlo.
-¿Nathan saldrá? -pregunto Lucas-
Miré a Harry con indecisión. Los chicos no habían tenido problemas con que Nath saliera en el corto, pero Harry sí.
-Sí. -asintió Harry- Nathan saldrá.
-...-
Estábamos llegando al departamento, el coche estaba en un completo silencio. Quizás porque Harry había tomado de más y porque yo estaba molesta por tener que conducir. No estaba borracho, pero prefería ir manejando yo, por las dudas.
-¿Qué harías si yo volviera a hablar con Taylor?
-¿Qué? -pregunté levantando una ceja, confundida- ¿Por qué me dices esto? ¿Volviste a hablar con ella?
-No, sólo te pregunto. -murmuró- ¿Te molestaría?
-Un poco. -reconocí- Pero sólo al principio, luego me acostumbraría. No sé, la verdad.
-¿Me entenderías por qué me pongo celoso de Nathan?
-Creo que sí. -me encogí de hombros- ¿Estás hablando de nuevo con ella?
-Te dije que no. -murmuró- Sólo quiero saber.
-Vale. -asentí-
Pero la duda carcomía mi cabeza. ¿Por qué me preguntaba eso?