Ocho

1.4K 238 149
                                    

Lo primero que notó fue el frío gélido en sus huesos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lo primero que notó fue el frío gélido en sus huesos. Sentía que moriría en ese instante. Hasta incluso respirar dolía, porque cada bocanada de aire significaba que sus pulmones se quemaran con aquel aire congelado.

No veía nada más que simples manchones. Estaba en medio de una tormenta de nieve y ni siquiera había sol, por lo que era imposible identificar el lugar.

Pensó en Siberia, o quizás Alaska. Nunca había sentido tanto frío, y eso que había pasado tiempo esquiando al norte de Noruega e incluso en la Antártida sudamericana. Esto era diferente. Era un frío que se calaba en lo más hondo de su piel, que le congelaba hasta los pensamientos, porque lo único que podía sentir era la frialdad.

Ni una sola persona o ser vivo a su alrededor. Yuri ni siquiera podía moverse. Que irónico sería que su viaje terminara allí, congelado en un cuerpo que no era suyo.

No había salvado a Viktor, mucho menos salvarse a él mismo. Quizás Otabek Altin estaba en camino a arrestarlo, y sólo se encontraría con un cuerpo enterrado en la nieve.

Pero sintió calor de pronto. Alguien lo estaba sacando de la nieve y lo pegaba a su cuerpo.

- ¡Yuri! Pero si serás terco -masculló la persona-. Anda vamos. Tienes una suerte que te encontré justo yo.

- ¿Otabek? -preguntó, creyendo estar mirándolo a él. Quizás lo estaba imaginando.

- ¿Quién es Otabek?

Luego cayó preso de la inconsciencia.

* * * *

Seguía helado, pero al menos podía mover los dedos. Sentía como si miles de hormigas caminaran bajo su piel, y que si movía demasiado las extremidades se le terminarían partiendo.

Estaba vivo. Nada más que eso le importaba.

Se irguió un poco en medio de las cálidas mantas, que contrastaban con su piel gélida. Observó todo a su alrededor y descubrió que las paredes estaban hechas de hielo. Todo estaba hecho de hielo.

- ¡Despertó! -chilló una voz femenina- ¡Yuri! ¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Sabes quienes somos?

- No entiendo nada...

- Isabella, no lo atosigues -rió la voz de la persona que lo salvó-. Yuri ya se adaptará.

Lo reconoció al instante, y no pudo creer que no supo quien era a la primera.

- Leroy -dijo entre dientes.

- Veo que recuerdas el nombre del rey -se burló, con las manos en las caderas-. Debo asumir que no eres el Yuri de nuestro mundo.

Isabella, la chica, los miró a ambos confundida. Tenía el cabello negro y corto, los ojos del azul más intenso que jamás había visto.

Pero no se concentró en ella. Yuri seguía mirando a JJ y procesando lo que acababa de decir. Nuestro mundo. Su mundo. JJ sabía que era un intruso. Se tensó rápidamente.

Cien mil universos a tu lado [Otayuri] - YURI ON ICEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora