Treinta y cinco

1.2K 210 144
                                    

            Todo lo que cualquier viajero interdimensional podía soñar lo tenía Yuuri en aquel momento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Todo lo que cualquier viajero interdimensional podía soñar lo tenía Yuuri en aquel momento.

Decidió hacer caso omiso a la camisa con diseños floreados y a la intensa insolación que sufría en la piel. Lo único que importaba era que tenía un daiquiri de banana en su mano, el mar a sus pies y Viktor Nikiforov sin camisa a su lado.

- Cielo, ¿me pones más protector en la espalda? -preguntó dulcemente.

- P-por supuesto -tartamudeó.

Con nervios y dudas tomó la crema olor a coco. La esparció sobre sus manos durante un par de minutos, principalmente para evitar el momento en que sus manos tocarían la suave piel de Viktor y la acariciarían.

No es como si no quisieras.

En otras circunstancias Yuuri tal vez lo hubiera hecho con un poco menos de incomodidad. Acababa de ver a un Viktor chiflado gritando en latín y ser quemado en vivo para ahora estar echándole protector solar cual pareja de novios.

Finalmente se decidió a terminar con esa tarea. Posó suavemente la palma de su mano sobre la espalda de Viktor y se suplicó a sí mismo no ponerse a suspirar.

Agradeció estar ya rojo por culpa de sol.

- Gracias, bebé -dijo Viktor girando para mirarlo- ¿Quieres otro daiquiri?

- E-estoy bien ¡Bien! -masculló. Estaba comportándose como un adolescente hormonal. Viktor le sonrió con dulzura.

- Pues yo estoy necesitando otro. Vuelvo enseguida.

Yuuri cayó en cuenta de repente. No podía dejar que se vaya sin usar el UV38. Por muy precioso que ese mundo fuera tenía que seguir con lo suyo.

- ¡Viktor! ¡Espera! -vociferó.

- Ya vuelvo, Yuuri. No me extrañes.

Besó sus labios, entonces. Fue apenas un rápido roce y más cerca de la comisura que de sus labios en sí pero eso lo dejó totalmente descolocado.

Un beso de Viktor Nikiforov, ¿cuántas veces había fantaseado con ello? Sintió un leve gusto a piñas y mango mezclado con vodka, pero era la suavidad de su boca lo que hizo que se sintiera también. Eso, y que era Viktor Nikiforov.

Se marchó entonces hasta un puesto alejado de tragos. Sabía que debía seguirlo y acabar con la misión en ese universo. Se dispuso a levantarse pero una pierna se estancó en su camino y lo hizo caer de lleno contra la arena.

- ¿A dónde vas, cerdo?

Esa voz. Ese chico.

Observó desde el suelo a su atacante, que al final era quien Yuuri pensó desde un principio: Yuri Plisetsky.

Cien mil universos a tu lado [Otayuri] - YURI ON ICEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora