Vivimos en un multiverso; un entramado de miles de burbujas donde universos paralelos conviven entre sí. Los viajes entre dimensiones han sido probados científicamente y están regulados por un ente llamado La Tríada, que no solo controla el Multiver...
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Mini maratón 2/2
Los disparos fueron inmediatos. Yuri no había tenido tiempo de procesar nada de lo que el Doctor Nikiforov le había dicho antes de que el horror se desatara en aquel reducido cuarto.
Algunos guardias fueron abatidos por las armas caseras de los rebeldes. Muchos de ellos también cayeron bajo los disparos de los fusiles.
Mila gritaba horrorizada mientras su escolta personal, el imbécil de Georgi alias la bruja malvada, la arrastraba entre la gente y usaba su cuerpo para protegerla del desastre. La chica daba patadas y gritaba el nombre de Yuri, dando órdenes a su guardia de que también tomara a su hermano pequeño. Se le hizo un nudo en la garganta; ni siquiera su prometido Lord Altin era tan importante para ella como su hermanito.
Otabek lo tomó del brazo. Viktor, a su lado, temblaba como una hoja. Dudaba que un simple ingeniero supiera algo de defensa personal.
Cayó en cuenta de repente ¡El comando! Debía usar el estúpido comando por si aquel Viktor caía muerto en manos de los rebeldes. Si moría con... con el pedazo del alma de su hermano alojado en él, entonces todo estaba acabado.
Pero algo que cargaban los rebeldes, en picas, lo dejó totalmente descolocado: alzaban en lo alto las cabezas sangrantes del Zar Fiódor y su esposa la Zarina Alina. Mamá, quiso llorar Yuri al verla. Aquellos monstruos le habían arrebato al zarévich sus padres. Quizás esa tarde lo perdería todo.
Yuri nunca en su vida sintió tantos deseos de venganza, ni siquiera luego de que pensara que Viktor había sido secuestrado.
Olvidándose del comando y el pedazo empezó a preguntarse cómo podía noquear al menos a un rebelde con sus manos desnudas.
- ¡Yuri! -gritó Otabek detrás de él.
No vio venir al hombre que cargaba un machete contra el zarévich, dispuesto a atravesar sus entrañas. Yuri quiso esquivarlo, pero no había el tiempo suficiente.
Ni siquiera tenía tiempo de coordinar el Pájaro de Fuego y saltar, totalmente mortificado por dejar allí al joven zarévich.
Pero el golpe nunca llegó.
Porque Otabek estaba en frente de él, dándole la espalda, con la hoja del machete atravesándole el estómago.
Yuri quiso gritar de horror y asesinar al maldito rebelde.
El chillido que soltó en aquel momento el hombre le dio un poco de placer. Cuando el tiempo cayó con una bala que le había reventado la cabeza, pudo ver el rostro del Doctor Nikiforov salpicado en sangre. Se veía furioso, y mientras Yuri acunaba a Otabek, a Lord Altin, en sus brazos, Viktor disparaba como poseído a la prole rebelde.
Recostó el robusto cuerpo del chico sobre el frío suelo, alejado de la batalla. Yuri reconoció los ojos del Lord mucho antes de descubrir que el Pájaro de Fuego ya no estaba allí: Otabek había saltado de universo.