Cien mil universos a tu lado [Otayuri] - YURI ON ICE

Cuarenta y siete

A Yuri lo poseyó una rabia irrefrenable. Se arrojó con todas sus fuerzas contra el Príncipe, quien lo esquivó con gracia. Sacó un cuchillo de cocina y lo amenazó. Mientras tanto, Seung-Gil ya estaba en el piso intentando detener la hemorragia de la cabeza de Phichit.

-¡NO! -exclamó Otabek.

-Ay pero que dramáticos -dijo el Príncipe con la voz de Yuuri-. No lo mataría en un cuerpo ajeno otra vez, no soy tan estúpido.

Yuri intentó pensar con claridad. Todo aquello tenía que ser una trampa. El Príncipe no revelaría su identidad a no ser que fuese una situación de vida o muerte como la Bratva o la lucha librada en el Triadverso.

Allí había algo más.

Lo acorraló contra un rincón, pero el cuchillo que estaba usando lo detenía de acercarse. Quizás el Príncipe no podía matarlo pero sí que podría herirlo y dañar de alguna forma horrible a su hospedante.

Recordó que Viktor le había dicho que el Príncipe lo necesitaba para traer de regreso al suyo propio. Entonces, ¿por qué no esperar a que Viktor apareciera?

¿Qué estás tratando de hacer?

La idea brotó inconsciente de su cabeza.

Viktor no estaba allí, y todos estaban luchando contra el Príncipe.

Era una distracción. Este podía ser un simple secuaz mientras el Príncipe real estaba persiguiendo en dónde sea que estuviera.

Otabek aprovechó el momento y cargó contra el cuerpo de Yuuri. El Príncipe no se removió demasiado y logró desarmarlo fácilmente.

-Nos encontramos por segunda vez en una situación parecida -le espetó. Yuuri sonrió con sorna.

-Quizás a la tercera ya falles.

Mila agarró unos cinturones que debían servir como cuerdas. Le apretaron lo más fuerte que pudieron las manos sin tener que dañar el cuerpo original de Yuuri.

Todo esto es sospechosamente fácil.

Lo dejaron en una silla y lo ataron con fuerza a ella. La mirada de burla en el Príncipe seguía siendo la misma, como si todos ellos hubiesen actuado de la forma que él estaba esperando que lo hicieran. Eso le erizó los vellos de la nuca.

-¿Alguien ha localizado a ese maldito de Viktor? -preguntó a nadie en particular.

Desde el suelo lo miró Seung-Gil, que ya estaba vendándole la cabeza a Phichit.

-Me pregunto exactamente lo mismo, dado que estamos en todas estas situaciones por él -escupió con veneno. Yuri apretó los puños.

-Eres bienvenido a retirarte de la misión.

-Ya estoy embarrado hasta el fondo aquí -respondió mirando con tristeza a Phichit-. Pero no puedes dejar de admitir que esto es injusto para todos nosotros.