Catorce

1.1K 234 141
                                    

Toda la información que su cerebro había recibido en los últimos minutos le hizo dar vueltas la cabeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Toda la información que su cerebro había recibido en los últimos minutos le hizo dar vueltas la cabeza. No era difícil aceptar que estaban en el Palacio de Invierno, el hogar de los antiguos zares del Imperio Ruso. Podía explicarlo: nunca hubo una revolución bolchevique, lo que provocó que el asesinato a la familia Romanov tampoco se produjera. El zarato siguió a través de las décadas, hasta ahora. O quizás los Romanov sí que había muerto, más el Imperio no había caído, lo que produjo un cambio de casas.

Era demasiado extraño. Y resultaba que Yuri era el hijo menor del zar, y Mila, su hermana mayor, era la futura zarina. Además de su prometida. Siento que se iba a desmayar.

Si bien no conocía lo suficiente de Yuri Plisetsky, sabía que nunca había conocido a su padre. No era un misterio para la gente de La Tríada; el chico tenía el apellido de su abuelo materno, Nikolai Plisetsky. Pero si Mila y Yuri eran hermanos...

¿Quería decir que Fiódor Babichev era el zar, así como también el padre de Yuri? Le espantó la lógica. El padre de Mila trabajaba en La Tríada desde antes del nacimiento de Yuri, junto a Alina Plisetskaya. Todo parecía encajar perfectamente.

Lilia Baranovskaya seguía ladrándole a Yuri, que se veía a punto de estallar en un escándalo. Mila escondía una risita, pero no dejaba de mirar a Otabek de reojo y sonrojarse.

- ¡No peleemos en este día tan especial! Mi amor -dijo ella, tendiéndole una mano a Otabek. Dudoso la tomó.

- Claro, y a mí que me parta un rayo -balbuceó tratando de parecer calmado y asegurándose de ensuciar su fino traje de príncipe al levantarse. En su mirada parecía estar enloquecido.

- Ya tendrás tu día especial y serás el mimado -dijo Mila guiñándole un ojo.

Otabek entonces notó que Yuri llevaba la mano echa un puño contra su pecho. Y el Pájaro de Fuego no estaba en su cuello.

Decidió no hacer ideas locas antes de tiempo.

Lilia entonces los llevó al gran salón, donde un montón de nobles y personas de alta alcurnia los estaban esperando. Otabek sentía que el corazón iba a salírsele del pecho.

No podía creer que hubiese llegado en un momento tan inoportuno. No podía simplemente ir y cancelar el compromiso del otro Otabek. Pero tampoco podía robarle aquel momento. Probablemente aquello no fuera más que un matrimonio concertado, pero sus valores éticos le decían que estaba tanteando los límites.

Yuri a su lado se veía igual o peor. Todavía cargaba su Pájaro de Fuego, protegiéndolo como si fuera oro puro. Ninguno de los dos tenía idea de cómo salir de aquella, y ahora que solo tenían un solo aparato a su disposición así que irse no estaba en sus planes.

Mila lo miró expectante, haciendo una mirada a su brazo. Él se lo ofreció y ella lo tomó gustosa.

Un sacerdote los estaba esperando para oficiar la ceremonia. El zar, el padre de Mila -y posiblemente de Yuri- estaba esperándolos en el altar. La zarina, Alina, también estaba allí, al igual que Nikolai Plisetsky. Todos miraban emocionados a la feliz pareja.

Cien mil universos a tu lado [Otayuri] - YURI ON ICEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora