Cien mil universos a tu lado [Otayuri] - YURI ON ICE

Veintidós

La noche se había hecho más larga de lo normal para el grupo. Habían corrido a farmacias, despensas y demás para conseguir suministros con los cuales curar a Seung-Gil. El chico había llego con el pulso demasiado débil, pero aún vivo.

Les tomó su tiempo; y para el día siguiente ya estaba estable. El chico dormitaba sobre el sofá, con la respiración irregular haciendo un sonido horrible cada vez que inspiraba aire, como si le quemara por dentro.

La advertencia de Seung-Gil acerca de huir había dejado a todos con los pelos de punta. Chris, Mila y Minami se tomaban turnos para registrar el perímetro y hacer guardias, más no vieron ninguna amenaza a la vista. JJ se quejaba de que no lo dejaban participar pero Yuuri estaba seguro que un joven abogado recién graduado no podría hacerle frente a los que destrozaron al joven coreano, un muy entrenado agente

Phichit no había abandonado su lado, limpiándole el sudor de la frente o simplemente velando por su bienestar. Yuuri comenzaba a dudar de la relación que tenían ellos dos. Le recordaba un poco a él y Viktor, el día que lo protegió de los ladrones en la Australia Colonial.

- Se pondrá bien -dijo Yuuri, que le hacía compañía a Phichit en sus guardias-. Ha sido muy valiente de su parte. Ha sobrevivido.

- Lo peor es que yo creo que sé quiénes fueron -respondió su amigo, con tristeza-. Tiene que ver con lo que nos enfrentaremos cuando tengamos que buscar a Yuri.

- ¿Te refieres a...?

- Sí -se apresuró a decir-. Tienen un poco de odio contra los otros grupos que atenten contra sus intereses, especialmente si no son europeos.

- ¿Y cómo sabes tanto?

- Porque, Yuuri... yo soy parte de uno de esos grupos. En el mismo en que Seung-Gil estaba. Estoy seguro que lo tomaron cautivo entre la última vez que vine aquí y nuestra reciente llegada.

- Cielos -empezó Yuuri, sin saber que decir- ¿Es la Bratva tan macabra?

- ¿No has oído las historias?

Claro que las había oído. La Bratva, la "hermandad", o también llamada vulgarmente como la mafia rusa. Tenían centros de operaciones en todos los continentes, en las grandes ciudades, en los callejones más oscuros. Los seres más viles, ruines y sádicos del mercado, capaces de hacer dinero cualquiera sea el precio: drogas, armas, un animal exótico, una mujer, un niño. Los límites los ponían ellos, y Yuuri dudaba de que de verdad existieran.

- Viktor forma parte de ellos ¿verdad? -preguntó con dolor- ¿Es miembro de la Bratva? No habría otra razón para tener que enfrentarnos a ellos.

Phichit asintió con pesar.

- Yuri también es miembro. Viktor es el capo aquí en Berlín, y entrena a Yuri para ser su sucesor. Ya sabes que en ese bajo mundo la esperanza de vida no es demasiado alta.