Cien mil universos a tu lado [Otayuri] - YURI ON ICE

Cuarenta y nueve

Viktor lo recordaba todo demasiado bien.

Recordaba el hermoso cielo azul y la risa de la gente del segundo Triadverso. Los dulces olores de la comida callejera y la alegría que destilaba a su alrededor.

Ahora ya no quedaba nada de eso. Ni siquiera su nombre, porque ahora no era más que un mundo que se caía a pedazos.

Le dolía el cuerpo horrores. El Viktor de allí había estado fragmentado por más de un año ya y su cuerpo había quedado olvidado en algún plano matemático.

Pero las piezas de ese Viktor que descansaban junto a su alma sí reconocieron el cuerpo. Sintió un intenso hormigueo y un montón de recuerdos que no debería haber sido capaz de ver.

Muchas cosas finalmente se aclararon. Demasiado para su gusto.

Pero ahora Viktor sabía lo que tenía que hacer.

* * * *

Serpenteó entre las calles como si se tratase de su propia ciudad. Viktor conocía Moscú demasiado bien pero era casi imposible ubicarse, con tantos edificios rotos y a falta de carteles de señalización.

Sorprendentemente no tenía ninguna herida muy notoria en su cuerpo. Solo podía notarse una delgadez cadavérica y también sentía que su estado físico flaqueaba mientras más se apresuraba.

Llegó a donde esperaba. No sabía muy bien cómo pero una voz en su interior le susurraba que tenía que llegar allí. Que allí era donde encontraría a quien estaba buscando.

El Mausoleo de Lenin. Un lugar bastante tétrico para montar una base de operaciones. El lugar tenía una forma piramidal escalonada, con gradas de diferentes niveles cada una. Las paredes del lugar estaban recubiertas de piedra pulida que Viktor pudo reconocer como granito rojo, mármol negro, entre otros. El edificio no se veía tan destrozado como el resto, solo parecía descuidado y abandonado.

Y es que nadie se hubiera atrevido a saquear la tumba de una figura como Lenin. Excepto, claro, el Príncipe.

Entró con cuidado en la construcción, maldiciéndose cada vez que los zapatos taconeaban en el piso también hecho de mármol. Parecía un lujo que pocos en ese mundo serían capaces de darse.

-Pensé que nunca llegarías -murmuró una voz conocida para Viktor-. Estaba esperando que el alma que acompaña a la tuya te trajera hasta aquí pero no estaba seguro.

-Han pasado muchos años -pudo decir.

-Sí, y yo aún no ascendía al poder. Tú trabajaste junto a Katsuki, mi antecesor y juntos crearon el gran desastre.

-Te recuerdo emocionado por la operación. Tus compañeros que competían contra ti, no tanto.

-Al final terminaron eligiendo el bando ganador. Tu equipo ha tenido el honor de conocerlos.