—Camine sigilosamente hacia ella la tome por la cintura y pude respirar ese encantador aroma que su cuerpo desprendía, nuestros labios empezaron a rozarse hasta que por fin hicieron contacto–. Es mejor que bajemos–. Me retiré rápidamente, la tome entre mis brazos hasta llegar al sofá en donde había estado prácticamente todo el día—.
—Gracias–. En ese preciso momento en el que él me dejó en el sofá la puerta de la entrada se abrió, todos los presentes miramos fijamente para ver quién iba a entrar—.
—Espero no haber llegado tarde—.
—¿Tenia la llave de la entrada?—.
—No llegas tarde amor, de hecho casi nadie ha llegado–. Camine rápido por no decir que corrí hacia ella y la besé intensamente dejando que mi lengua se guiará con la suya–. Te amo—.
—Yo te amo aún más–. Cuando abrí mis ojos me percate de que lo que había dicho Gian era cierto casi no había llegado nadie solamente estaban Elbi e Ignazio—.
—Estúpidos sentimientos hacia ti no sabes cuánto te odio y te amo al mismo tiempo pensaba para mi mientras observaba como se besaban con tanto cariño—.
—Creo que Piero y Eli ya vienen tarde–. Dije bastante preocupada la verdad, Piero era de las personas más puntuales que pudiera existir en el planeta tierra–. Gian deberías llamarles—.
—Creo que Elbi y yo pensamos lo mismo–. Ahora le llamo–. Saque el celular de mi bolsillo y cuando estaba por marcar, el timbre de la casa sonó–. Deben de ser ellos–. Me dirigí abrir la puerta y allí estaban ellos–. Llegas tarde Barone, hola Eli pasa por favor—.
—Ya llegó por quién lloraban–. Entre con una sonrisa de oreja a oreja pero todos me miraban con mirada asesina–. ¿¡¿QUE?!?—.
—¿Porque llegaron tarde? Pícaros—.
—Cállate Ignazio, que no pueden personar que uno llegué dos minutos después de la hora–. Puse los ojos en blanco en señal de molestia—.
—¿Y Francesco?–. Le pregunté a Piero—.
—No debe de tardar mucho–. No les iba a decir que se estaba tardando porque había pasado por Jessica pero tal vez debía decirle a Gian por seguridad de Francesco–. ¿Gian podemos hablar a solas?—.
—Claro Piero, en un momento vuelvo, siéntate Eli por favor–. Piero me tomo el brazo y a todos les dio risa, me llevo hasta el jardín–. ¿Que ocurre?—.
—Lo que pasa es que Francesco... Puffff... Me da pena decírtelo... Pero mi hermano traerá a Jessica con él—.
—Descuida Piero y al que le debería de dar pena es a Francesco–. Di media vuelta y observé que Julissa estaba recargada en la ventana mirando la nieve caer, tenía la mirada perdida como si esperara con ansias a alguien, regrese mi mirada a Piero y suspire–. Es mejor entrar antes de que nos hagamos hielo–. Estaba apunto de abrir la puerta cuando una camioneta bastante conocida se estacionó enfrente–. Hablando de tu hermano–. Entre rápidamente a la casa y abrace a Julissa por la espalda—.
—¿Y a ti que te pasa el día de hoy?–. Más bien que carajos nos estaba pensando a los dos–. Aunque un abrazo no me cae nada mal, estaba esperando a Francesco para hablar con él sobre nuestra discusión del otro día—.
—Le dijo o no lo dijo, mejor no le dijo nada–. Creo que acaba de llegar–. Seguramente se irá a su cuarto de inmediato cuando vea bajar a Jessica de la camioneta—.
—Observe fijamente la camioneta, Francesco bajo despacio de ella pero en vez de caminar hacia la puerta se dirigió a la puerta del acompañante y la abrió, de ella bajo una chica alta, delgada, de piel clara, cabello rubio y largo y ojos color miel bastante bonita, ella lo tomo del brazo y el la escoltó hasta la entrada–. Bueno al parecer no tenemos nada de que hablar el y yo–. Francesco toco el timbre y Gian fue a recibirlos—.
—Buenas noches a todos y disculpen la tardanza–. Todos contestaron excepto Julissa quien me miraba con los ojos muy abiertos como dos platos—.
—Bueno ya que estamos todos creo que ya podemos empezar a cenar–. Dije para tratar de calmar los humos que se habían generado con la llegada de Francesco y Jessica a la casa, los guíe a todos hasta el comedor, se sentaron todos como se les dio su regalada gana dejando solamente los lugares de la cabecera–. Voy por Julissa y ya empezamos—.
—Escuche unos pasos que se acercaban a dónde me encontraba, solo esperaba que no fuera Francesco, cuando por fin pude mirar de quien se trataba–. Gianluca eres tú–. Dije en tono de alivio–. Creí que eras otra persona—.
—Otra persona como el insecto que acaba de llegar–. Ella sonrió ligeramente y después tendió sus brazos como si fuera una bebé quiere que la pasearan por toda la casa–. Vamos copo de nieve–. La cargué y camine hasta el comedor con ella en brazos, la deje un cómodo sillón que habíamos adaptado para ella–. Listo, llegamos–. Todos empezaron a comer de toda la comida, Julissa apenas si había probado bocado de algo, una vez que acabamos de cenar todos se dirigieron a la sala, me acerca a Julissa y colocándome cerca de su oído dije–. Casi no comiste nada, se que cocino de la fregada pero no es para tanto, ¿quieres ir a la sala? Creo que van a jugar juegos de mesa—.
—No seas ridículo la comida quedo deliciosa es solo que no tengo ganas de comer ni de jugar, creo que es mejor que me valla a dormir–. El me tomo entre sus brazos y me levanto sin problema alguno del sofá, yo era bastante delgada pero últimamente había estado bajando de peso aún más quizá por la quimioterapia o tal vez porque ya no he comido como se debe; Gianluca me dejó caer suavemente en la cama y se acostó a lado mío, el me miraba pero yo a él no–. Gian te puedo preguntar una cosa–. Le pregunté mientras cerraba mis ojos con fuerza—.
—Por supuesto–. Le dije mientras la miraba fijamente—.
—¿Que es lo que te gustó de mí? Quiero la verdad Ginoble–. Le dije lo último en tono de broma mientras abría mis ojos y me daba media vuelta para quedar frente a frente—.
—Pues me siguen gustando muchísimo tus ojos, tu sonrisa, tu cabello, tus manos y tus pies fríos en la noche–. Le decía mientras sonreía para ella—.
—¿Yo aún te gustó?–. Note que su rostro se ponía rojo y su labio tenía ese pequeño temblor tan lindo y sexi, sus manos empezaron a temblar ligeramente, el no dejaba de mirarme y por primera vez en muchos meses nos besamos como Dios manda—.
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En El Corazón De Gian...Hasta El Final. Libro II
Teen FictionLa continuación de "En El Corazón De Gian" Después de que Julissa enfermo de cáncer Gian regresa más fuerte que nunca para luchar en cada etapa de la enfermedad, juntos Hasta El Final...