Capitulo 48 La propuesta

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—Han pasado apenas dos semanas y ya me siento como una ballena, mis pantalones apenas si me cierran, las blusas me comienzan a apretar bastante y de los pies mejor no hablar (siempre están hinchados y me duelen bastante). Gianluca ha cambiado bastante su forma de actuar desde que nos enteramos de que estaba embarazada, ahora siempre llega temprano a la casa, me prepara la comida y la cena, me prepara la ducha y por las noches siempre acostumbra a darme un masaje en los pies; me agrada que sea así conmigo, pero a la vez extraño al Gianluca desobligado, impuntual, lo sexi que se veía por las mañanas con su cabello castaño desordenado y enredado. Se estaba convirtiendo en un padre responsable, ordenado, amoroso.—.

—Había ido a comprar la despensa de la casa, ropa para Julissa y para el bebé (aunque seguramente me diría "no hay que comprar nada hasta que el bebé nazca que tal si pasa algo antes"), en fin; baje del automóvil y deje las compras en la mesa del comedor, subí con las demás cosas en las manos, abrí despacio la puerta— Llegaron las compras, te compre algo de ropa— Ella me miro como de costumbre—.

No tenias que comprarme nada Gian— En realidad cuando vi que era ropa nueva para mi me sentí tan aliviada ya que estaría más cómoda al menos por un par de meses, había una bolsa más pequeña dentro de la bolsa de ropa que me había traído, lo mire entrecerrando ligeramente mis ojos, al abrir la bolsita encontré un montón de ropa pequeña en colores azul, verde, amarilla y café toda en tonos pastel; él me extendió otra bolsa un poco más grande y dentro se encontraban mamilas en los mismos tonos que la ropa y ya para terminar me mostro dos paquetes de pañales para recién nacido— Gracias Gian pero...—.

No me digas nada por favor, espero que nos sirva del algo, igual faltan muchas cosas que hay que ir comprando para que cuando llegue el bebé ya este todo listo porque si lo dejamos todo para el ultimo momento no nos va a dar tiempo—.

Tienes razón Gian, me gusto mucho la ropa para el bebé y la mía también, creí que estabas con Lisney— La idea de que el estuviera con ella me seguía doliendo como la primera vez—.

No, de hecho pensaba ir con ella pero decidí mejor ir de compras— Baje la mirada poco a poco tratando de no verme tan evidente hasta que por fin encontré su pequeño vientre abultado al verlo sentí como toda mi piel se comenzó a erizar de pies a cabeza, ella se percato de que estaba mirando su vientre, extendió su mano fría tomando una de mis manos que la llevo suavemente a reposar sobre su pequeño vientre abultado, una leve sonrisa se dibujó en mis labios y un suave suspiro escapo de los mismos— Solo espero no hacerlo llorar como acostumbro con todos los bebés—.

—Jajajajajaja el bebé sabe que eres su papá— Aunque si llegara a pasar eso ya no me sorprendería nada, el y los niños son dos polos completamente opuestos—.

Voy a preparar algo para comer, tú necesitas descansar más para ti y para el bebé— Se veía más demacrada que otros días, pero aquello se debía a la falta de medicamento para el cáncer y que también le había estado costando bastante trabajo conciliar el sueño debido a las fuertes nauseas que tiene por las noches—.

  —La semana paso tan rápido y el mes de marzo igual, hoy es día de visitas en la casa; vendrá mi hermana Martina, Piero, Ignazio, Eliana, Elba, Sua, Lisney y toda la familia política de Gianluca. Comenzaron a llegar aproximadamente a las 3 de la tarde, aunque seguía sin comprender porque la reunión familiar. Me bañe rápidamente acariciando de vez en cuando mí vientre, busque entre la ropa nueva que me había traído Gianluca y encontré un hermoso vestido de mezclilla el cual complete con unas sandalias color blanco—.

—Este es un día muy especial para nosotros, aunque Julissa no lo sepa todavía— ¿Puedo pasar? —.

—Si Gian pasa—.

—Qué guapa te ves, ¿estas lista para bajar? — Ella afirmo suavemente con la mirada y sujeto mi brazo con fuerza, bajamos las escaleras como si nos estuviésemos graduando de la universidad, toda mi familia que se encontraba sentada en el comedor nos miro algunos con ternura otros con recelo y algunos más con cierta curiosidad— Disculpen la tardanza, ahora si estamos todos podemos comenzar a cenar— Lisney era de las pocas de las pocas personas que nos miraban con bastante recelo; ayude a Julissa a sentarse en un sillón que había comprado especialmente para ella, una vez que estuvo sentada yo regrese a sentarme junto con Lisney. Todos comían y charlaban muy amenamente, mi padre estaba sirviendo la champaña para hacer el brindis; yo le serví un poco de jugo a Julissa para que pusiese brindar con nosotros, cuando mi padre termino de hacer su brindis yo me levante y golpe mi copa con mi tenedor— Yo quisiese hacer un brindis por toda la familia, por la familia que esta por llegar, por los amigos que más que amigos son hermanos, por mi hermosa novia— Tome su mano y la bese para después quedar de rodillas frente a ella— Lisney, desde la primera que vez que te vi supe que tú serias la persona que me acompañaría toda mi vida, la persona con la que tendría a mis hijos, la persona que envejecería a mi lado— Saque de mi abrigo una pequeña caja que al abrirla mostro un precioso anillo de oro con un diamante incrustado en el centro— ¿Te quieres casar conmigo? Me harías el hombre más feliz de este universo si dices que si—.

En El Corazón De Gian...Hasta El Final.  Libro IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora