Capitulo 55 ¿Piero?

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-Por lo del novio ni te preocupes no cree que nadie me soporte de suegro-  Logré sacar una risa débil, la abrace procurando no aplastar a Valentina quien dormía plácidamente. Bese su frente y seque con mi pulgar sus lagrimas que rodaban por sus mejillas. Después de tanto llorar consiguió dormir. A la mañana siguiente me llamaron para realizar todo el papeleo del alta, lo cuál fue bastante tardado. Piero e Ignazio habían llegado desde hace 1 hora y esperaban impacientes en la sala de espera. Cuando por fin liberaron el alta de Julissa y Valentina; salí a buscarlos-

-Pero que hospital más lento carajo, ¿ya nos vamos?-

-Ya, solo necesitamos guardar todas las cosas que trajimos. Si se quieren ir más rápido pueden subir a ayudar a guardar las cosas- Piero e Ignazio se echaron a correr para solicitar el elevador, el elevador tardo más de lo normal en abrir las puertas para dejarnos pasar, marcaron el  número 6 con bastante torpeza para que las puertas se cerraran, cuando llegamos casi me tiran de lo rápido que intentaban llegar- Toquen primero-

-¿Se puede?-

-Primero que entre Gianluca-

-Te hablan estúpido-

-Respeta a los señores- Solté una carcajada y abrí la puerta para cerrarla detrás de mi- Ya libere el alta- Ella me sonrió, estaba algo ocupada dándole pecho a nuestra hija, la cubrí con la sabana lila y ella me agradeció con la cabeza- ¿Pueden pasar los chicos?-

-Por supuesto, pasen- Grite-

-Piero entro tan excitado  a la habitación que al instante se rompió la  paz que en esta había; Ignazio por su parte entro mucho más relajado dedicándole una enorme sonrisa a Julissa, quien se la devolvió de inmediato-

-QUIERO VERLA, QUIERO VERLA, QUIERO VERLA, QUIERO VERLA, QUIERO VERLA, QUIERO VERLA-

-Cállate Piero, que no  ves que esta comiendo-

-En casa la vas a ver Piero, ayúdenme a guardar las maletas en el coche para irnos de aquí lo antes posible- Piero frunció el seño pero tomo las dos maletas juntas y salió de la habitación. La enfermera entro a preguntarle a Julissa si necesitaba una silla de ruedas para salir del hospital a lo que Julissa respondió que no, que ella podía salir caminando perfectamente (mujer necia). Llevaba en brazos a la pequeña Valentina y a Julissa colgada del otro brazo. Ignazio ya nos esperaba con la puerta del coche  abierta, ayudo a subir a Julissa y después me ayudo a mí; Piero condujo todo el camino a casa sin decir nada, de vez en cuando nos miraba por el retrovisor pero nada más-

-¡¡¡YA LLEGARON, YA LLEGARON!!!-

-Esperamos que les guste la sorpresa a los tres-

-Más sorpresas- Ernesto venía corriendo hacia nosotros, cuando Julissa bajo del coche; tuve que taclear a Ernesto para que no se estampara con Julissa- Oye ten cuidado que no ves que ella apenas si puede caminar-

-Esta bien Gianluca. Ven Erni dame un abrazo-

-TE EXTRAÑE DEMASIADO JULISSA-

-No llores cariño, no me paso nada, solo trajimos a tu sobrina-

-¡¡¡ES NIÑA!!!-

-Tal vez se pregunten porque tanta emoción respecto al tema de que mi hija fue era niña. En nuestra familia de parte de papá nunca ha habido una niña con apellido Ginoble- Ten cuidado Ernesto- Piero ayudo a Julissa a entrar a la casa; mientras yo tomaba en brazos a mi pequeña, Ignazio bajo las maletas del auto. Al entrar a la casa un aroma exquisito nos recibió a todos- Que rico huele, ¿Quién cocino?-

-Piero e Ignazio cocinaron. Déjame cargarla hijo-

-Decía mi mamá mientras se me aproximaba cada vez más, me asegure de que la tuviera bien y entonces ayude a Julissa a llegar a la habitación- Descansa un poco cariño; mi mamá esta encantada con su nieta jajajaja dudo mucho que la suelte en un buen rato-

-Me tape completamente la cara, sin decirle nada más nada a él; cerré mis ojos para imaginar que al abrirlos despertaría de esta pesadilla, que tendría 5 años de nuevo y vería a mi mamá cocinando pero la cruda realidad era otra; ya no me sentía tan sola pero me sentía miserable, muy miserable. Escuche que cerraron la puerta por lo que supuse que se había ido de la habitación, pero casi inmediatamente escuche que abrían la puerta de nuevo; no quería mirar para ver quien había entrado, sin embargo su aroma corporal lo delato de inmediato- Hola Piero-

-¿Cómo supiste que era yo?-

En El Corazón De Gian...Hasta El Final.  Libro IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora