Capítulo 5

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—Bienvenido, mi Señor —anunció el presentador—. Ya que contamos con su magnífica presencia, iniciemos la subasta en cincuenta mil euros ¿Quién da sesenta mil euros a la una...?

Mi corazón se aceleró al saber que pronto me separarían de mi hermana. No quería que pasara esto. Deseaba que todos los presentes en la sala murieran de una forma cruel y dolorosa para poder escapar de sus abominables garras infernales.

Estoy realmente desesperada por lo que ocurrirá después.

Una lágrima recorrió mi mejilla al soltar la mano de Ana. Cien mil euros ¿Ese era el precio de mi única hermana?

Su nuevo dueño esperó por ella frente a los escalones. Mia era su nuevo nombre.

En cuestión de segundos mi rostro estaba completamente humedecido al ver como ese hombre tan perverso -A pesar de ser extremadamente atractivo con su tez pálida y cabello oscuro- sujetaba por la cintura a mi hermana y se la llevaba hasta una de las mesas del público, en donde hizo que se sentara sobre su regazo.

—Por último, la pequeña Renesme Lethood —catorce años en la jaula. Tan solo un año para conocer a mi familia y, dos subastas para ser vendida. Los sollozos emergieron de mi boca. Sorbí mi nariz y pasé la palma de mi mano por mis mejillas—... Es la inocencia en persona —sus fríos dedos se posaron en mi mentón. Cerré los ojos al momento en que alzó mi rostro para presentarlo a la jauría de vampiros, hambrientos no solo por mi cuerpo, sino también por mi sangre —. Habla cuatro idiomas. Canta y toca el piano, pero lo que más cautiva de ella es su ingenuidad —las carcajadas no se hicieron esperar—. Iniciemos con cincuenta mil euros... ¿alguien desea dar sesenta mil?

— ¡Sesenta y cinco mil euros!

— ¡Yo doy ochenta mil euros!

— ¡Cien mil euros! —lo que más me sorprendió no fue la cantidad de personas que deseaban comprarme, sino el valor.

— ¡Que sean doscientos mil euros! —Habló una voz grave y ronca a lo lejos. Nuevamente estuve cabizbaja, esperando el momento en que me llevarían con mi dueño.

Ahora que pronunciaba esa palabra me causaba más escalofríos. Solo pude conocer una pequeña porción de libertad en el año que estuve en casa y no me siento totalmente satisfecha con ello.

En ese entonces, cuando mi cuerpo empezó a temblar del terror, cuando mi respiración se agitó al no poder capturar el oxígeno con la facilidad normal, me prometí a mí misma luchar por mi familia. Esa sería mi motivación a partir de este momento.

—Lucharé hasta el día de mi muerte. —balbuceé para mí misma, lo más bajo que pude. Tomé una enorme bocanada de aire en un fallido intento por tranquilizarme.

—Quinientos mil euros. —Dio por finalizado una voz gruesa y algo tosca. El silencio reinó nuevamente.

—Quinientos mil euros por Renesme ¿alguien da más? ...Quinientos mil euros a la una... a las dos... y a las tres ¡Vendida a nuestro señor Von Saher!

Mi corazón dio un vuelco al tenerlo frente a mí. El hombre, ahora mi dueño, colocó un collar negro en mi cuello y le entregó la cuerda a un segundo vampiro tras él.

Sus dedos se apoyaron con delicadeza en mi barbilla.

—Puedes mirarme —ordenó con voz neutra, sin dejar de sonar terrible para mí. Obedecía a sus demandas aunque el terror estuviera totalmente apoderado de mi cuerpo—.Tu nombre será Elina.

Cabello castaño claro, casi rojizo. Tez pálida, y un par de perlas carmesí que brillaban de una manera singular. Su rostro eliminó cualquier rastro de aquella macabra sonrisa que había formado tan solo unos escasos segundos atrás.

Era Sangrienta |Libro 1| #IncesanteDolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora